CARACTERÍSTICAS GENERALES RESERVA NATURAL LAGUNAS DE VILLAFÁFILA |
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La Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila se encuentra entre las coordenadas de longitud oeste 5º 30’ y 5º 39’ y latitud norte 41º 45’ y 41º 52, en plena comarca natural de Tierra de Campos, situada en la provincia de Zamora y abarca, total o parcialmente, los términos de Villafáfila, Revellinos, Villarrín de Campos, San Agustín del Pozo, Cerecinos de Campos, Tapioles, Villárdiga, San Martín de Valderaduey, Cañizo, Villalba de la Lampreana y Manganeses de la Lampreana. La Reserva tiene una extensión de 32.682 hectáreas y engloba sorprendentemente dos ecosistemas la Pseudoestepa Cerealista y el Lagunar.
El paisaje de la Reserva es eminentemente llano, con suaves elevaciones (tesos) que no superan los 700 metros s. n. m., entre campiñas arcillosas donde predomina sobre los que se trazan los interminables cultivos de cereal de secano, y de algunos retazos de encinar en las vastas llanuras desprovistas de arboles. Este hecho, unido a las condiciones climáticas extremas que caracterizan la zona, ha motivado que algunos autores definan este vasto territorio como la PSEUDOESTEPA CEREALISTA llamada comúnmente estepa cerealista, nombre que cuadra a la perfección a las características del lugar y que es usado asiduamente para diferenciar este entorno tan sobresaliente. Lagunas saladas, endorreicas, que corresponden a unas 1.000 ha más de 40 zonas encharcadas que constituyen la zona húmeda más importante de Castilla y León y una de las más interesantes todas España, en los pueblos de Villafáfila Otero de Sariegos, Revellinos y Villarrín constituyen un verdadero oasis de vida en medio de la penillanura cerealista. Este oasis, sin embargo, no permanece como tal todo el año, ya que son generalmente durante junio o julio la evaporación consigue la desaparición de su elemento fundamental, el agua, dejando en su lugar una fina película de sal que contrasta con el verde-amarillento de los cultivos de secano perilagunares. Las tres lagunas principales engloban más del 80% de la superficie inundada; Laguna Grande (t. m. de Villafáfila) de 192 ha, la Laguna de Barillos (t. m. de Villafáfila y Revellinos) de 118 ha. y la Laguna de Salinas (t. m. de Villafáfila y Villarrín) de algo menos de 70 ha. Esta última laguna fue desecada por el IRYDA en 1972 y recuperada por la junta de Castilla y León entre 1988-90. Es uno de los humedales españoles incluidos en la "Lista de Humedales de Importancia Internacional" del Convenio Ramsar. Así mismo, tiene la consideración de Reserva Natural.
Geológicamente
La Cuenca del Duero La cuenca hidrográfica del Duero es la mayor cuenca fluvial de todas las de la Península Ibérica con 98 000 km2 de los cuales 20 000 se localizan en Portugal y el resto en España. La cuenca, como su nombre indica, está drenada por el río Duero que la recorre de E a W, naciendo dicho río en la Cordillera Ibérica a 2 169 m y desembocado en el Océano Atlántico en Oporto (Portugal). Las lagunas de Villafáfila se encuentran en el centro de la mayor cuenca fluvial de toda la península, con 98.000km2: la Cuenca del Duero. A este tipo de cuencas, con salida al mar (nivel de base), se las denomina “cuencas exorreicas”. A lo largo del Cenozoico con 65 millones de años - Ma, sólo en los tres o cuatro últimos la cuenca fue exorreica; el resto del tiempo la cuenca tuvo comportamiento de “cuenca endorreica”, esto es, sin salida al mar. Durante esos largos 60 Ma se produjo en el centro de la cuenca una enorme acumulación de sedimentos de más de 50 000 km2 de superficie por más de 2 000 m espesor en algunas zonas. Esta inmensa acumulación de sedimentos continentales de edad cenozoica es lo que conocemos como “cuenca cenozoica del Duero”
Podemos concluir que, durante el Cenozoico, existen dos etapas perfectamente definidas en la historia geológica de la cuenca del Duero: -una, de larga duración en la que los procesos geológicos dominantes fueron erosión en los bordes de la cuenca y acumulación de sedimentos en el centro (etapa endorreica), -otra, actualmente en curso, pero aún muy corta, en la que el proceso dominante, tanto en los bordes como en el centro, es la erosión y evacuación de sedimentos hacia el O. Atlántico (etapa exorreica).
LOS MATERIALES DE LA CUENCA DEL DUERO
El relleno de la cuenca cenozoica A lo largo de 65 millones de años la dinámica fluvial varía muchísimo, pero también lo hacen la tectónica y las condiciones ambientales. Por ello, en la aparentemente monótona Tierra de Campos encontramos distintos tipos de materiales que ofrecen pistas para intuir la situación hídrica vigente de Las Lagunas. En esta zona de la cuenca se diferencian dos grandes ciclos sedimentarios, un ciclo paleógeno que comprende tres unidades y un ciclo neógeno que abarca dos unidades. El ciclo paleógeno * (Primera Unidad Paleógena). Areniscas y gravas silíceas de Zamora de origen fluvial de unos 50 m de potencia y de edad Paleocena. * (Segunda Unidad Paleógena) La Formación Entrala que consta de dos partes bien diferenciadas, una inferior de origen lacustre (arcillas, margas y carbonatos) y otro origen fluvial distal con limos y arenas. El conjunto alcanza los 200 m y data del Eoceno. *(Tercera Unidad Paleógena) La Formación Corrales de origen aluvial- fluvial, con más de 200 m de espesor y de edad Eoceno-Oligeceno.
El ciclo neógeno. * (Primera Unidad Neógena). Las series rojas. Unidad de origen fluvial constituida por conglomerados de cantos y bloques de cuarcita cementados por arenas arcillosas aparecen sobre los sedimentos paleógenos, sus tonos son rojizos. Su edad es Mioceno inferior o inferior medio (Aragoniense inferior), coronan tesos o relieves tabulares que forman los materiales eocenos. El espesor máximo observado en la cuenca del Río salado es de 15m, pero hacia el E aumentan su espesor. En las inmediaciones del arroyo Salado, las Series Rojas están compuestas por arcillas, limos y conglomerados que componen el espacio entre el arroyo y el río Valderaduey. Su característica esencial es la dureza de algunos tramos debido al proceso de rubefacción al que fueron sometidas. • (Segunda Unidad Neógena). Las series ocres. Son sedimentos de carácter fluvial más o menos distal por lo que predominan las facies finas (arenas finas, limos y arcillas). El espesor de estas series puede ser superior a los 200 m pero en la cuenca del río Salado sólo son visibles 75 m. La edad atribuida a esta unidad es Aragoniense medio. Es la denominada facies Tierra de Campos, responsable del peculiar relieve de lomas y cultivos casi infinitos. Aparece en la zona de Villafáfila en afloramientos de limos y arenas de colores amarillentos sobre las Series Rojas. La mayor parte de la Reserva según los datos geológicos el I. G. M. E indican que los materiales más representativos pertenecen al Terciario y Cuartanario, cubriéndose de forma discordante a otros materiales paleozoicos que forman el basamento de la cuenta. Estas lagunas se disponen sobre un amplio fondo de valle (fig. A), a una cota de 685 m, de pendiente prácticamente nula, encajado en terrazas fluviales compuestas por gravas y arenas que indican un régimen de drenaje previo incompatible con su existencia.
Gran parte de la Reserva se encuentra en terrenos donde la mayoría de sedimentos que afloran son de datados del Mioceno Medio-Superior (Vindoboniense). Mioceno inferior que limita los materiales paleógenos (representados por arenas subarcósicas, conglomerados y en menor proporción, lutitas) de los neógenos (representados por las arenas y arcillas de la facies Tierra de Campos) (fig. A). El complejo lagunar se sitúa sobre un substrato de edad terciaria y naturaleza variable. El origen de los sedimentos terciarios se encuentra en los abanicos aluviales y sistemas fluviales que rellenaron la Cuenca del Duero. Fotografías Cartografía geológica del IGME: Instituto Geológico y Minero de España, de la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila.
En la zona de la cuenca del arroyo Salado, afluente del río Valderaduey, el cual es alimentado por el freático local (Fernández Pérez y Cabrera Lagunilla, 1987) el rasgo más importante es el cambio gradual en las facies terciarias que constituyen el substrato del complejo lagunar, pues existen zonas ocupadas por los materiales de las Facies "Tierra de Campos", constituidos por capas arcillosas y areno-arcillosas de naturaleza cuarcítica, también encontramos otras zonas de predominio detrítico en el sector oeste de la cuenca que disponen sobre las facies "Montamarta", fundamentalmente formadas por arenas, arcillosas arenosas, arcillas y limos de colores ocres o rojizos, con granos generalmente subangulosos. La existencia de este cambio en el substrato de las lagunas puede ser un factor fundamental en la génesis y funcionamiento del complejo lagunar, pues implica también cambios de permeabilidad, lo que es primordial en el comportamiento hidrológico. Las facies litológicas:
Facie de Montamarta Con abundantes niveles detríticos en la zona del borde. Los materiales en ella depositados están datados entre el Vindoboniense Inferior y Superior.
Facie de Villafáfila – Valencia de San Juan Se aprecian con más facilidad algunos niveles detríticos. Los materiales que en ellos se encuentran son del Vindoboniense Medio o Superior. Del Plioceno aparecen depósitos de rañas en las lagunas y en sus bordes. Estos depósitos están constituidos por cantos de cuarcitas redondeados, con arcillas sabulosas rojizas y arenosas. Del Cuaternario aparecen sedimentos aluviales en el cauce del arroyo Salado.
Edafológicamente Son suelos pardos calizos sobre materiales consolidados que constituyen los suelos agrícolas de la Reserva. En los aledaños al vaso lagunar existe suelos Gley, que dan origen a terrenos de aprovechamiento piscícola que permanecen parcialmente inundados durante una buena época del año. Los suelos Salinos se encuentran en el vaso lagunar y una vez evaporada el agua de los humedales en verano, aparecen cuarteados y cubiertos de una costra de sal.
El Clima Tal como corresponde a una zona interior de la meseta castellana, el clima de la Reserva se encuadra dentro del mediterráneo semiárido continental un carácter Semiárido Continental (IGME - 1980) caracterizado por poseer inviernos realmente fríos y lluviosos, aumento de la humedad relativa en la zona próxima a las lagunas en los días con niebla o bruma y veranos cálidos y secos. La cantidad media de lluvia que se recoge a lo largo de los años es escasa y oscila entre los 400 y 500 mm repartidos de forma bastante uniforme entre el invierno, la primavera y el otoño. En cuanto a las temperaturas, tanto en las extremas como en las medias, existe una gran amplitud térmica, pues durante el verano la temperatura es muy calurosa, con medias de 31º C., siendo normal que existan días en los que se superen los 40º C. En el invierno, el frío es muy intenso con numerosos días con fuertes heladas, pudiéndose alcanzar temperaturas mínimas absolutas de hasta 16º bajo cero. Esta sensación de frío, que generalmente define los días de invierno en la Reserva, se intensifica por la velocidad predominante del viento, que suele soplar desde el sudoeste sin encontrar obstáculo a su paso en la mayor parte de los meses; el invierno es la época más ventosa.
Como referencia, apuntamos los datos de la estación climatológica situada en el t. m. de Tapioles (media de 14 años).
Hidrología
La Superficie del Valderaduey Se trata de una morfoestructura de una gran extensión superficial que se puede seguir desde la localidad de Tábara al W, hasta más allá del Río Valderaduey al E. Su límite N es la línea recta Tábara- Lagunas de Villafáfila y su límite S es, grosso modo, la línea La Hiniesta-Coreses. Topográficamente la Superficie aparece ligeramente inclinada desde el W (Tábara -750 m-) hasta el E (Lagunas de Villafáfila -675 m-) y del S (Roales-730 m-) hacia el N (Montamarta -708 m-). Esta morfoestructura se origina como resultado de un importante levantamiento de los bordes S y W de la cuenca acompañado de un hundimiento del centro de la misma. A ello sigue un intenso ciclo erosivo que provoca la formación de una superficie de arrasamiento con la consiguiente erosión de unidades paleógenas enteras; hablamos de la desaparición de varios cientos de metros de estos sedimentos. La superficie es contemporánea de las Series Rojas y por tanto su edad es Aragoniense inferior. A pesar de su antigüedad, la superficie está bien conservada gracias a procesos diagenéticos que transformó los sedimentos, endureciendo y enrojeciéndolos.
La Reserva se encuentra vertebrada por el Arroyo Salado, encontrándose en el centro de ésta el complejo lagunar. La cuenca del arroyo Salado en la Reserva es de 16.800 ha, las otras subcuencas vierten en los ríos Esla y Valderaduey. La particularidad que presentan estas lagunas es el carácter salino de sus aguas (Tabla 1). Estas provienen de un freático profundo procedente del NO que descarga en la zona de las lagunas (ITGE, 1989). Este carácter salino de las aguas, queda registrado además en las eflorescencias salinas que se desarrollan en la zona de las lagunas, que han sido explotadas desde el siglo XII y conocidas desde el Bronce Antiguo (Delibes, 1993). Así mismo, esta salinidad ha "preservado" estas lagunas ya que no se han explotado las aguas que la alimentan y, ya en tiempos recientes, el peculiar ecosistema que se desarrolla en el ámbito de las lagunas ha llevado a establecer diferentes figuras de protección.
Los recursos hídricos subterráneos son muy importantes, si bien en los pueblos de Villafáfila, Villarrin y Revellinos por debajo de la cota 695 se encuentra agua salada, no utilizable ni para riego ni consumo. En la zona se diferencia dos acuíferos principales, uno regional y otro municipal. El acuífero regional profundo no posee descarga natural directa a las lagunas. El acuífero superficial, con un nivel freático cercano a la superficie, se encuentra conectado directamente con las lagunas. Las Lagunas de Villafáfila cuentan con algunos estudios limnológicos parciales (Margalef, 1956, Alonso 1981, Alonso y Comelles, 1987; LIMNOS, 1995) a lo largo de los cuales se han ido describiendo sus características hidroquímicas e hidrobiológicas, y se ha puesto de manifiesto el gran interés naturalista de esta área y su problemática conservacionista. En las lagunas del complejo se desarrollan comunidades hidrobiológicas típicamente esteparia con especies únicas en la Península Ibérica y que encuentran en este lugar el límite occidental de su distribución en el Paleártico. Estas comunidades son altamente productivas y concentran su producción en los cortos periodos de tiempo que dura la inundación, lo que explica su notable interés como recurso alimenticio para muchas aves acuáticas migratorias. Las aguas de las tres principales lagunas tienen altas concentraciones de cloruro sódico, estando los sulfatos y carbonatos en proporciones minoritarias. El fitoplancton es muy pobre debido a la elevada turbidez de las aguas. El zooplancton y el meiobentos son muy diversos e interesantes, siendo Villafáfila una de las pocas localidades de la Península Ibérica donde aparece Brachinecta ferox, el anostráceo más grande del Paleártico (hasta 4 cm), que solo vuelve a aparecer en las estepas del este de Hungría; se considera por esto que la población de Villafáfila es una reliquia preglaciar. (LIMNOS, 1995).
Las características limnológicos de las lagunas tal y como presentó Miguel Alonso en la ponencia titulada "Las Comunidades de entomostráceos de las Lagunas de Villafáfila" en el Primer Congreso Español de Limnología que tuvo lugar en el año 1986. En este estudio se analiza algunos parámetros Limnológicos de las principales laguna según la época del año:
Fernández Pérez y Cabrera Lagunilla (1987) analizan 204 puntos de agua (sondeos, pozos, zonas de descarga y lagunas) en la zona de las lagunas y establecen tres facies hidroquímicas: I) aguas clorurada sádicas (65 % de las muestras analizadas); 2) aguas bicarbonatado-cloruradas sódicas (20 % de las muestras) y 3) aguas bicarbonatado-cloruradas caleicomagnésico-(sódicas) (15 % de las muestras). Así mismo determinan que las aguas cloruradas sódicas proceden de circulación profunda. Además, excluyen la posibilidad de cualquier contaminación salina a partir de los depósitos neógenos. El análisis de las isopiezas revela que las lagunas (con isopiezas cerradas) son zonas de descarga natural del freático y que hacia el sur las isopiezas se encuentran abiertas, lo que implica un drenaje del freático por medio del Arroyo Salado, probablemente debido a las obras de drenaje de la Confederación Hidrográfica del Duero.
La falla del Río Salado El Río Salado, que se ensancha a partir de las lagunas, es uno de los afluentes del Valderaduey. Nace en San Esteban del Molar, a unos 740 m de altitud y desemboca a 635m cerca de la localidad de Molacillos. Recorre en total 50km a través de Tierra de Campos y forma, en su parte central, las famosas Lagunas de Villafáfila. Pero las direcciones preferentes y los depósitos asociados al sistema fluvial no fueron siempre así: durante el Cenozoico (hace 65 millones de años,) los ríos que circulaban por la Villafáfila contemporánea corrían en dirección opuesta, de oeste a este, dejando marcas en los sedimentos como pruebas de su antiguo recorrido.
¿Por qué el agua corre y se acumula por esa parte de Tierra de Campos? Los ríos son los agentes erosivos más poderosos del planeta. Su corriente es capaz de transformar un paisaje por completo en pocos miles de años y, como si de una sierra se tratara, cortan sedimentos y los transportan a centenares de kilómetros. Por tanto, cuando observamos un río, observamos su historia y, en el caso del Río Salado y las Lagunas de Villafáfila, vemos que hay algo que no encaja… al menos a primera vista.
El perfil longitudinal del Río Salado El perfil longitudinal de un río es la representación gráfica de la línea que traza un curso de agua desde su nacimiento hasta su desembocadura (nivel de base).
Perfil longitudinal de un río no maduro y atravesado en un terreno no homogéneo. A lo largo del perfil longitudinal se aprecian las diferentes competencias del flujo.
El perfil depende fundamentalmente de la antigüedad de dicho río y de los materiales que «corta». El río Salado es considerablemente antiguo, debería aproximarse a un perfil de equilibrio, como lo hace el Duero y, sin embargo, en las inmediaciones de Villafáfila hay acumulaciones de agua que forman Las Lagunas. La respuesta está en la siguiente imagen:
Y la respuesta a esta acumulación de agua es la «Formación Series Rojas» (Neógenas). Perfil longitudinal real del río Salado, situación de las principales lagunas y posible perfil de equilibrio del río.
Esquema teórico de circulación del agua en una gran cuenca
Hipótesis sobre las surgencias de agua salada en el entorno lagunar de Villafáfila y en el Río Salado ¿Lagunas salinas? El agua que se aloja y circula en el subsuelo conforma los acuíferos. Las fuentes principales de agua son: la lluvia, los ríos y los lagos. El movimiento del agua dentro del acuífero se mide en cientos de metros cúbicos por día; así pues, los acuíferos son unidades geológicas capaces de almacenar y ceder agua. El agua que se filtra a un acuífero puede tardar desde pocos días en reaparecer en la superficie hasta cientos o miles de años. La duración o persistencia del agua dentro del acuífero depende de la distancia entre el área de filtración y la de afloramiento. Una de las pistas para conocer la edad del agua que fue filtrada en un acuífero es su composición química. Al analizar el agua de Villafáfila encontramos algunos datos llamativos:
Ahora bien, hasta ahora no hemos mencionado ni una sola vez que haya rocas salinas en las cercanías de la provincia de Zamora. Por tanto, ¿dónde se han enriquecido las aguas de Villafáfila? Ciertamente, no hay rocas salinas en las inmediaciones de Zamora. Habrá que acudir lejos, muy lejos, para comprobar que el agua salina de Villafáfila se filtró a muchísimos kilómetros de distancia de la Tierra de Campos: fue en los bordes de la cuenca, en la cordillera Ibérica, donde existen unos materiales denominados keuper en los que predominan las rocas formadas, entre otros componentes, por sales. Estamos, pues, ante un acuífero muy profundo en el que una gota que se filtró en la cordillera Ibérica ha tardado más de 10.000 años en llegar al subsuelo de Villafáfila.
Estudio preliminar de los sedimentos recientes de las lagunas de Villafáfila (Zamora) Para realizar esta investigación se realizaron tres sondeos cortos (<50 cm) en julio del 2001. Los sondeos se realizaron mediante la introducción por percusión manual de tubos de PVC de 0.5 m de longitud y 5 cm de diámetro. Las áreas seleccionadas para realizar los sondeos corresponden a dos lagunas diferentes. El sondeo 1 se realizó en el margen E de la Laguna de la Fuente (fig. 1). Este margen se encuentra muy próximo al substrato paleógeno y se caracteriza por la presencia de un relieve cercano que le separa de los campos de cereal circundantes. Así mismo, es una zona de mayor des-carga del acuífero, por lo que, a pesar del estiaje, la laguna aún presentaba una lámina de agua considerable. El sondeo recuperó 32 cm en perfecto estado (fig. 2) sin que hubiera disgregación de la parte superior, pérdidas a muro ni fragmentación interna.
Los sondeos 2 y 3 se realizaron en el margen E (2) y centro (3) de la Laguna de San Pedro, en las proximidades de Villarrín de Campos. Dado el intenso calor de ese año y la posición más alejada con respecto a los puntos principales de descarga del acuífero, la laguna estaba completamente seca. En el área marginal el grado de desecación era tan importante que fue imposible recuperar más que 2 centímetros, estando el resto del sondeo disgregado. En la zona central, sin embargo, fue posible recuperar 26 cm de los cuales sólo los 5 cm superiores estaban disgregados. Con el fin de determinar la mineralogía de los materiales se realizó un muestreo con un espaciado aproximado de 5 cm en los sondeos 1 y 3 (fig. 2) y se tomó una muestra adicional en el sondeo 2 como elemento de comparación. Los estudios mineralógicos de estas muestras se realizaron mediante DRX (fracción total e inferior a 4 p,), microscopía óptica y microscopía electrónica de barrido (electrones secundarios y electrones retrodispersados) y se realizaron frotis para su estudio con lupa binocular de 4 muestras en cada uno de los sondeos 1 y 3 y otra en el sondeo 2. Posteriormente (30/07/02) se realizó otra campaña de sondeos, ahora en estudio, con recogida de aguas y muestreo y análisis de las eflorescencias salinas y los sedimentos sobre los que se desarrollan en el margen de estas lagunas. Estos sedimentos se estudiaron mediante DRX, FRX, absorción atómica, volumetría, ICP y PPC a 950°C. Descripción de los sondeos -Sondeo 1 (Laguna de la Fuente, mar-gen) (32 cm): Está compuesto por limos arcillosos, arenas de grano fino y, en menor proporción, arcillas. El color de los materiales varía entre el negro de los centímetros superficiales hasta el ocre verdoso (dominantes). La materia orgánica aparece concentrada en láminas que siguen la estructura del sedimento, como parches diseminados o puede intuirse por la presencia de porosidades fenestral yen caverna que, por su morfología, se relacionan con la descomposición de la materia orgánica. La estructura interna está re-presentada por laminación paralela horizontal, dominante en las arcillas y limos, y laminación paralela inclinada, más frecuente en las arenas, que se interpreta como relacionada con la acumulación/decantación de sedimento sobre superficies inclinadas. La potencia de las láminas oscila entre 2 y 3 mm. Son abundantes las raíces en todo el sondeo y sólo en los centímetros superficiales desorganizan parcialmente al sedimento. Estos materiales se organizan en secuencias granodecrecientes de unos 7-8 cm de potencia, de base plana o ligeramente irregular (erosiva), que se agrupan formando una secuencia granocreciente. -Sondeo 2 (Laguna de San Pedro, margen) (17 cm): Debido al grado de de-secación del sedimento sólo se recupera-ron sin disgregar 2 cm. El resto del sondeo corresponde a unos 15 cm de mate-rial disgregado. Son limos grises con restos vegetales (raíces) y materia orgánica dispersa. Se pueden apreciar fragmentos de tamaño arena de conchas de gasterópodos. Se observan, además, niveles de color oscuro que pueden corresponder a episodios de mayor acumulación de materia orgánica. Presenta una estructura laminada (laminación paralela horizontal).
-Sondeo 3 (Laguna de San Pedro, centro) (26 cm): Está dominado por arcillas limosas con granos dispersos de arena y limos arcillosos de colores gris y pardo verdoso. Aparecen algunas arenas a techo del sondeo si bien se encuentran disgregadas en su mayoría. La materia orgánica está presente a lo largo de todo el sondeo y se dispone según la laminación de los materiales. La estructura interna dominante es la laminación paralela horizontal, la cual es más evidente en los niveles limosos. Pueden aparecen niveles de limos con laminación paralela inclinada, la cual, dada la ausencia de superficies erosivas internas, se interpreta como la adaptación de la sedimentación a la topografía de las superficies erosivas que los limitan a base. En ambos casos el espesor de las láminas, tanto de limos como de arcillas, oscila entre 2 y 4 mm. Hacia la base del sondeo aparecen concentraciones de carbonato de posible origen pedogénico. También se observan cristales correspondientes a evaporitas. Son abundantes las raíces en todo el sondeo, si bien no llegan a desorganizar el sedimento. Estos materiales se organizan en secuencias granodecrecientes de 3 a 6 cm de base plana o ligeramente irregular (erosiva). Las secuencias se agrupan formando una secuencia de orden mayor granodecreciente. Es de destacar la presencia de fragmentos de plástico a lo largo de los 5-10 cm superiores de los sondeos. Este dato da indicación sobre la edad de ese tramo ya que el plástico, como uso común doméstico y en la agricultura no fue introducido en la zona hasta el inicio de la década de 1960. Características petrológicas y mineralógicas de los sondeos La mineralogía en todos los sondeos está dominada por la fracción detrítica y, más en concreto, por cuarzo, feldespatos, moscovita, illita y kaolinita. Otro componente importante es la calcita, que aparece ya sea como masas pulverulentas o diseminada entre la matriz arcillosa. Los minerales evaporíticos aparecen tanto diseminados (escasos cristales) entre el sedimento siliciclástico como concentrados en niveles hacia la base de los testigos. La observación exoscópica de las muestras revela que el cuarzo se presenta en forma de granos generalmente redondeados (ocasionalmente los hay angulosos), transparentes, de brillo vítreo y con dos poblaciones de tamaños. La dominante es de tamaño aleurita, excepcionalmente arena muy fina, y la subordinada está formada por granos dispersos con una dispersión en los tamaños muy grande. Es frecuente observar envueltas orgánicas alrededor de los granos, en cuyo caso adquieren tonos marrones os-curos. La moscovita se concentra en la fracción aleurita.
Como restos orgánicos hay que destacar la presencia de diatomeas (D, fig. 4), estructuras bacterianas (B, fig. 4), restos vegetales (raíces y fragmentos no identificados) y fragmentos de tamaño arena muy fina de moluscos no identificados. Gómez-Ferreras et al. (1996) identifican esporas de algas y polen de herbáceas y árboles. Sedimentos superficiales y aguas Los sedimentos superficiales se caracterizan por una composición silicilástica dominante (cuarzo, moscovita y feldespato) y el rasgo más llamativo es que sobre ellos se desarrollan, anualmente, delgadas costras o eflorescencias salinas (I a 4 mm) tanto en los márgenes (tanto en época de estiaje como de aguas altas) como en el centro de las lagunas (durante el estiaje). Las eflorescencias muestran una composición mineralógica dominada por la halita mientras que el yeso aparece como indicios. También pueden aparecer calcita y dolomita. Tanto la composición mineralógica como química (tabla 1) de las eflorescencias es consecuente con el análisis de aguas realizados por nosotros de las Laguna de Barrillos (30/7/2002), en el que el Cl- (2310.00 mg/1) y Na+ (1513.00 mg/1) dominan sobre el SO42+ (241.00 mg/1), CO3H- (400.00 mg/l), Ca2+ (98.00 mg/1) y Mg2+ (46.00 mg/l). Conclusiones. De los rasgos expuestos a lo largo del presente trabajo se puede concluir: 1.- La presencia de material detrítico externo al vaso lacustre y las cicatrices erosivas implican eventos de entrada de aguas de escorrentía ligadas a eventos probablemente de lluvias torrenciales (como los de 1998 y 2001). 2.- La decantación es el proceso sedimentario dominante en el centro de las lagunas y fosiliza las cicatrices erosivas, dando laminaciones inclinadas. La ausencia de estructuras de corriente y oleaje puede estar debida a que la vegetación que franquea los márgenes de las lagunas "frena" a las aguas de escorrentía y atrapa al material de grano más grueso mientras que el mate-rial fino (limo y arcilla) queda en suspensión hasta que desciende la energía del me-dio, momento en el cual decantan. 3.- Las evaporitas que se observan en los sedimentos superficiales no se encuentran bien representadas en los sondeos. Esto puede deberse a varias causas: irrigación con aguas dulces en las zonas adyacentes, intenso pastoreo en las zonas de formación de las evaporitas, explotación humana de las sales. 4.- Las tasas de sedimentación que se pueden inferir a partir de la presencia de plástico (entre 1.25 y 2.5 mm/año) parecen relativamente anómalas ya que si consideramos que hay evidencias de la existencia de estas lagunas desde hace más de 5000 años (Delibes, 1993) y los sondeos realizados que alcanzan el fondo de las lagunas son de 1.5 m de potencia obtenemos una tasa máxima promediada de 0.3 mm/año. Esto puede ser motivado por el incremento de los aportes debido a la agricultura de seca-no en las proximidades (incremento de los aportes detríticos).
El trabajo Hidrogeología del entorno de las Lagunas de Villafáfila (Zamora). Situación geográfica y geología Las principales lagunas del conjunto de Villafáfila son las lagunas Salina Grande de Villafáfila, Salina y Barillos (Fig. 1). Las lagunas se encuentran en la llanura de inundación de la cuenca de cabecera del río Salado, que discurre de NE a SO entre los ríos Esla, al oeste, y el Valderaduey, al este, al cual afluye (Fig. 1). La cuenca de drenaje de las lagunas tiene una forma alargada de unos 10 km de ancho por unos 20 km de largo desde su nivel inferior en Villarrín de Campos (675 m) hasta su cabecera en San Esteban del Molar (748 m). Las lagunas se sitúan en torno a los 675 m, en el curso alto del río Salado sobre una superficie de escasa pendiente (0,003%). La llanura lagunar se encuentra limitada por suaves lomas con un desnivel de hasta 50 m. El sustrato sobre el que se asientan las lagunas y sus depósitos son limos y arenas ocres (facies Ocres, Martín Serrano y Barba Martín, 1979), que hacia el NE pasan a arenas, lutitas con intercalaciones de conglomerados y margas (Facies Tierra de Campos, Martín Serrano y Piles Mateo, 1982). El clima es mediterráneo continental con inviernos fríos y relativamente lluviosos y veranos secos y cálidos; en el periodo 2013-1018, la precipitación media anual fue de 387 mm, y las temperaturas medias fueron 5,69 ºC, en enero, y 19,64 ºC en agosto.
Metodología Se midieron los parámetros físico-químicos y la piezometría de 62 puntos de agua, repartidos en lagunas, sondeos, manantiales y pozos de gran diámetro, y en 15 de estos puntos se analizaron los aniones y cationes mayoritarios a partir de 46 muestras en verano e invierno (Fig. 1). La temperatura, conductividad, pH y alcalinidad (HCO3-) se midieron en el campo. La concentración de cationes y aniones se determinaron en el laboratorio, previo filtrado. Los cationes fueron determinados en el Servicio de Análisis Químico de la Universidad de Salamanca mediante técnicas espectrofotométricas (ICP-OES) los aniones se analizaron mediante volumetría (Cl-) y espectrofotometría (SO4-2). La piezometría se elaboró durante septiembre de 2017 con datos de pozos de gran diámetro abiertos a profundidades menores de 15 m, superficies de agua libre y manantiales. Resultados Piezometría El mapa de isopiezas muestra la superficie del nivel freático, aunque su resolución no es muy grande debido a la baja densidad de puntos de agua (Fig. 2). Este mapa evidencia que existe un flujo local que va desde la cabecera y las laderas de la cuenca hacia las lagunas. La profundidad del nivel freático en las zonas próximas a las lagunas es baja (< 1 m) mientras que en las laderas es mayor (2-10 m). Según la piezometría, las laderas son zonas de recarga local de la parte superior del acuífero que descarga en las lagunas, las cuales forman temporalmente el afloramiento del acuífero superficial. Los sondeos (prof. > 15 m) situados al pie de las laderas o en las zonas llanas del entorno lagunar son surgentes y/o su nivel piezométrico está más alto que en pozos de gran diámetro (prof. < 15 m).
Características físico–químicas Las propiedades físico-químicas aparecen reflejadas en los valores de la tabla I. La variación de las temperaturas de verano a invierno de las aguas superficiales es mayor que en pozos y sondeos. El pH es mayor (en torno a 8,5) en las aguas superficiales, mientras que la conductividad eléctrica es relativamente alta tanto en las aguas superficiales como en sondeos y manantiales (entre 4000 y 5000 µS/cm; ca. 2600 y 3250 mg/L en total de sólidos di- sueltos; en torno a 1300 y 900 mg/L de Cl- y Na+, respectivamente); en los pozos de las laderas, en cambio, las conductividades son más bajas (en torno a 600 µS/cm; ca. 430 mg/L de total de sólidos disueltos; en torno a 140 y 80 mg/L de Cl- y Na+, respectivamente). Cabe destacar la existencia de aguas muy salinas (19000 µS/cm), en un piezómetro realizado en el centro de la laguna Salina Grande durante momentos de estiaje (septiembre de 2017).
Composición de las aguas El análisis de la composición química de las aguas incluye muestras obtenidas de pozos de gran diámetro situados en las laderas próximas a las lagunas, aguas superficiales de las lagunas, de sondeos (prof. > 15 m), y de manantiales (Fig. 1). Pueden reconocerse tres tipos de aguas según su composición: 1) bicarbonatada cálcico- magnésicas; 2) bicarbonatadas clorurado- sódicas; y 3) clorurado- sódicas (Fig. 3). Las aguas clorurado-sódicas dominan las aguas superficiales, las aguas obtenidas de sondeos, y las de los manantiales próximos a las lagunas. Las aguas bicarbonatadas clorurado-sódicas son características de manantiales situados al pie de las laderas, mientras que las aguas bicarbonatadas cálcico-magnésicas son características de las laderas en su parte alta y media. Estas últimas son las de menor salinidad mientras que las aguas clorurado-sódicas tienen las salinidades más altas.
Discusión y consideraciones finales Los distintos tipos de agua y su localización en el entorno de las lagunas permiten comprender su dinámica hidrogeológica. Las aguas bicarbonatadas cálcico-magnésicas, que tienen bajas concentraciones y se sitúan en las vertientes de la cuenca, adquieren su composición a partir de la iluviación del CO2 de la lluvia y del suelo, y mediante la disolución de cementos y nódulos carbonáticos que existen en las unidades siliciclásticas miocenas. Tal y como puede observarse de la distribución de las isopiezas (Fig. 2), las laderas de la cuenca son áreas de recarga local lo cual refleja el corto recorrido de estas aguas. Por el contrario, las aguas clorurado-sódicas identificadas en sondeos, lagunas y en los manantiales permanentes que aparecen junto a éstas tienen mayor concentración (entre 7 y 8 veces mayor). Esta circunstancia apunta a flujos profundos de largo recorrido (Fernández Pérez y Cabrera Lagunilla, 1987) que surgen en el en- torno inmediato de las lagunas y, en algunos casos, en el vaso lagunar. La presencia de sondeos (prof. > 15 m), surgentes y/o con niveles piezométricos más altos que pozos adyacentes de gran diámetro (prof. < 15 m) sugiere la posible existencia de una componente vertical ascendente del flujo subterráneo. Esta diferencia de potencial hidráulico podría ocurrir si el sondeo profundo estuviese abierto en un acuífero confinado, pero la presencia de manantiales con aguas cloruradas sódicas y conductividades entre 4000 y 5000 µS/cm refuerza la primera hipótesis. Las aguas bicarbonatadas clorurado-sódicas tienen concentraciones iónicas intermedias a los otros dos tipos de aguas, y aparecen en zonas de transición entre las laderas y las lagunas. La composición bicarbonatada se interpreta como una mezcla de aguas meteóricas procedentes de las recargas locales y aguas de flujos profundos. Dado el entorno climático de la zona de estudio, el origen de la composición de las aguas clorurado-sódicas se debe probable- mente a la disolución de evaporitas con contenidos notables de haluros (Hem, 1985). La ausencia de formaciones salinas en superficie y en el subsuelo, formado por unidades siliciclásticas terrígenas de origen aluvial procedente de la erosión de metasedimentos silíceos paleozoicos en los cercanos paleorrelives al oeste, sugiere que estas aguas, ricas en Cl- y Na+, han tenido un largo recorrido y constituyen el término final de la secuencia de Chebotarev (1955). En consecuencia, parece más probable que la zona de recarga de estas aguas esté en los relieves septentrionales de la Cordillera Cantábrica donde existen unidades evaporíticas. Otra posibilidad es que las aguas adquiriesen su impronta clorurada sódica a partir de evaporitas postpaleozoicas, cuya presencia es desconocida por ahora, situadas en el subsuelo a lo largo del recorrido desde dichos relieves. Actualmente se está trabajando en estas cuestiones con el procesado de nuevos datos hidrogeoquímicos e isotópicos. La evaporación de aguas de las lagunas (de tipo clorurado-sódico) causa el depósito de eflorescencias salinas durante los periodos de desecación de las lagunas. El des- censo del nivel freático por debajo del fondo lagunar promueve la formación de salmueras de gran salinidad. Durante los periodos lluviosos, se produce una dilución meteórica de dichas salmueras que lleva consigo la disolución de las sales precipitadas, razón por la que el grueso del volumen acuoso lagunar, presenta la misma señal clorurada sódica que los flujos surgentes profundos. En con- secuencia, las lagunas de Villafáfila presen- tan una composición química producida por la mezcla de aguas de lluvia + aguas de es- correntía superficial + aguas bicarbonatadas cálcico-magnésicas de las recargas locales + aguas cloruradas sódicas procedentes de aportes profundos + el reciclado de salmueras muy concentradas. Estos procesos de mezcla y reciclado son típicos de lagos salinos (Yechieli y Wood, 2002). Entre muchos habitantes de la zona existe la creencia de que las lagunas fueron muy profundas en el pasado y mencionan incluso que un hombre a caballo era capaz de pasar por el puente romano que existe en la Laguna Grande o que éstas tenían 10 m de profundidad a principios de siglo; sin embargo los recientes estudios realizados en 1997 sobre los sedimentos de las lagunas, basados en la determinación de la edad de la materia orgánica que se encuentra depositada junto a éstos y datada con el sistema del carbono 14, ha permitido comprobar que los sedimentos situados a 60 cm de profundidad datan del año 333 d.d.C. y los situados a 30 cm. de profundidad del año 1470 d.d.C. A la vista de estos datos, las tasas de sedimentación (resultado de episodios alternantes de sedimentación y erosión) serían de 0,30 a 0,60 mm/año, lo que echa por tierra las teorías que decían que las Lagunas de Villafáfila han sufrido un enorme proceso de colmatación durante el presente siglo. Autor: José Luis Domínguez Martínez.
Bibliografía-Textos:
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Estudio preliminar de los sedimentos recientes de las lagunas de Villafáfila (Zamora). Autor: J.I. Santisteban (1,2), M.A. García del Cura (3), R. Mediaviila (4) y C.J. Cabrio (2). GEOGACETA, 33, 2003 Key-words: Salive lakes, sedimentary record, Holocene. Geogaceta, 33 (2003), 51-54 ISSN: 0213683X https://eprints.ucm.es/10718/1/Santisteban_et_al_2003.pdf
Hidrogeología del entorno de las Lagunas de Villafáfila (Zamora) Autor: Ildefonso Armenteros1, Pedro Huerta2, Azahara Cidón-Trigo1, Mª Carolina Rueda-Gualdrón1, Clemente Recio1 y Antonio Martínez-Graña1. 1 Dpto. de Geología, Facultad de Ciencias, Universidad de Salamanca. Plaza de los Caídos s/n, 37071 Salamanca. 2 Dpto. de Geología, Escuela Politécnica Superior de Ávila. Avd. Hornos Caleros nº 5, 05003 Ávila. Geogaceta, 66 (2019), 51-54, ISSN (versión impresa): 0213-683X ISSN (Internet): 2173-6545, Recepción: 31 de enero de 2019, Revisión: 23 de octubre de 2019, Aceptación: 24 de mayo de 2019. http://www.sociedadgeologica.es/archivos/geogacetas/geo66/Geo66_13.pdf
Sal: ¿Qué haces tú aquí? http://www.rutasgeologicaszamora.es http://www.rutasgeologicaszamora.es/comarcas/puntos_rutas/campos/villafafila.html
Geología en el entorno de las lagunas de Villafáfila Autor@s: José A. Blanco, Begoña Fernández, Gabriel Santos, Pedro Huerta e Ildefonso Armenteros. ISS: 2603-8889 (versión digital) Coleción Geolodía. Edita en Salamanca por la sociedad Geológica de España Año 2018. https://geolodia.es/geolodia-2018/geolodia-zamora-2018 https://sge.usal.es/archivos_pdf/geolodia18/guias_geolodia18/gdia18gui_zamora.pdf Fotografía y mapas: Mapa de la reserva-lif2 http://rednatura.jcyl.es/natura2000/ZEPA/Cartograf%C3%ADa/mapas%20ZEPA%20PDF/ES0000004.pdf Estudio preliminar de los sedimentos recientes de las lagunas de Villafáfila (Zamora). Autor: J.I. Santisteban (1,2), M.A. García del Cura (3), R. Mediaviila (4) y C.J. Cabrio (2).GEOGACETA, 33, 2003. Hidrogeología del entorno de las Lagunas de Villafáfila (Zamora). Autor: Ildefonso Armenteros1, Pedro Huerta2, Azahara Cidón-Trigo1, Mª Carolina Rueda-Gualdrón1, Clemente Recio1 y Antonio Martínez-Graña1. Cartografía del IGME: Instituto Geológico y Minero de España: 308 (13-13) VILLAFÁFILA http://info.igme.es/cartografiadigital/datos/magna50/jpgs/d3_G50/VRF_MAGNA50_308.zip 309 (14-13) VILLALPANDO http://info.igme.es/cartografiadigital/datos/magna50/jpgs/d3_G50/VRF_MAGNA50_309.zip 340 (13-14) MANGANESES DE LA LAMPREANA http://info.igme.es/cartografiadigital/datos/magna50/jpgs/d3_G50/VRF_MAGNA50_340.zip 341 (14-14) SAN PEDRO DE LATARCE http://info.igme.es/cartografiadigital/datos/magna50/jpgs/d3_G50/VRF_MAGNA50_341.zip https://sociedadgeologica.org/ http://sge.usal.es/archivos_pdf/geolodia18/guias_geolodia18/gdia18gui_zamora.pdf http://www.rutasgeologicaszamora.es http://www.rutasgeologicaszamora.es/comarcas/puntos_rutas/campos/villafafila.html José Luis Domínguez Martínez.
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