EL CRISTO DE LA VERA CRUZ EN VILLAFÁFILA

 

 

En esta pequeña sección como llamo a cada una que realizo, nos vamos a centrar en la imagen del Cristo de la Vera Cruz de Villafáfila.

Sirviéndome siendo, del trabajo de D. José Ángel Rivera de las Heras. “Nuevas obras relacionadas con Alejo de Vahía y su escuela en la Diócesis de Zamora”[1], vamos a relatar el valor artístico que tiene pues nos dejan constancia que es del escultor es Alejo de Vahía.

Y apoyándome en otros trabajos ya publicados entre Elías Rodríguez Rodríguez y un servidor.

Todo Villafáfileño conoce que existió una ermita[2] de la Vera Cruz, que estaba próxima  perteneciente a la iglesia de San Andrés, de la que radicaba allí la Cofradía[3] la Vera Cruz y en ella estaba el Cristo de la Vera Cruz que nos ha llegado a nuestros días.

Todos los convecinos nos preguntamos a veces ¿este Cristo, Virgen, Santo o Santa que tenemos es de valor?, y ¿si lo tuviere de cuánto?, el valor que nos referimos sería artístico o económico y quien es el autor, de algún tenemos referencia. El valor sentimental tanto personal como de un pueblo ese es incalculable.

Hoy día que se le da gran valor a una talla por su escultor, este Cristo de la Vera Cruz así lo es, me apoyo en el estudio antes mencionado, pero vamos a exponer primeramente en situación al Cristo de la Vera Cruz en Villafáfila.

1º citación de la ermita de la Vera Cruz de Villafáfila

La referencia más antigua a la ermita es de forma indirecta de 1490, pues en la escritura de gasto que se hizo en la testamentaría de Yván de Collantes, que:

 “Fallesçio a sabado treçe dias del mes de hebrero de 1490”[4],

figura el cumplimiento de una manda testamentaria de este hidalgo, que había sido alcaide de la fortaleza de Villafáfila:

“se dio a la Vera Crus + çien mrs. Que levo Rodrigo Herrada, abad”[5].

Con lo que nos da que ya existiera anteriormente la ermita como su cofradía.

La existencia de la ermita también la conocemos concretamente pues en 1513, cuando falleció la viuda de Collantes, María Vázquez, deja mandado en su testamento:

“A la Vera Cruz e a Sª Mª de Villarigo e a Sª Mª Madalena e a Sª Marta e a Sª Mª la Nueva, hermitas desta villa, a cada una medio real para sus obras”[6],

Por lo que es de suponer que el origen de las mismas se remonte a la Edad Media

No es nada descabellado por D. afirma D. José Ángel Rivera de las Heras en su trabajo a fecha del tallado del Cristo.

“la que nos obliga a asignarle una fecha temprana en su producción, quizás la correspondiente a uno de los crucificados del Museu Frederic Mas de Barcelona, datado hacia 1480-1485”[7].

Nos lo situaría tallado ente 1480-1485.

Ello nos da pensar que si ya estaba la ermita, el cristo es fechado 1480-1485, también existiera la Cofradía.

Imagen del Cristo de la Vera Cruz, descripción, lugar de ubicación y pertenencia, y procesional

Imagen

Siglo: XV, años anteriores a 1500. Ateniéndonos al estudio entre 1480-1485.

Estilo: Gótico-flamenco.

Mide: 1,2 m.

Autor: Alejo de Vahía[8].

Alejo de Vahía[9] (? - circa 1515) fue un escultor gótico de probable origen nórdico, ya que su formación artística parece proceder de la zona del Bajo Rin[10].​ Se estableció en íEspaña, donde desarrolló su actividad escultórica en un periodo de tiempo impreciso, comprendido entre 1475 y 1515. Se desconoce la fecha de su nacimiento, aunque se sabe que falleció en 1515 o previamente[11], deducción que hace Oliva Herrer a partir del censo de Becerril de Campos, en que aparece su mujer como viuda.

No firmaba sus obras y su personalidad se ha reconstruido gracias a su estilo personal muy definido, y a un solo dato documental[12] Es, sin duda, el escultor con mayor obra conocida entre todos los que trabajan en Castilla a finales del XV, pero a causa de su constancia en repetir esquemas y modelos -que, por otra parte, hace muy fácil el reconocimiento de sus obras- es difícil trazar su evolución estilística.

Procede y lugares de ubicación: De la ermita de la Vera Cruz, se encontraba en un retablo. Exactamente en el pico que forman los caminos del Espino y de S. Agustín en su divergencia. al que pertenecía el solar de la antigua ermita, conocida como el Salón, o el Humilladero. Que era dependiente de la iglesia de San Andrés (esta iglesia estaba ubicada en el Cementerio Viejo,) que estaban muy cercanas.

Punto donde estaba ubicada la ermita de la Vera Cruz y la iglesia de San Andrés (en amarrillo)

 

Lugar del pareje donde estaba la ermita de la Vera Cruz pico que forman los caminos del Espino y de S. Agustín en su divergencia

 

En 1642 la iglesia de San Andrés pasa a ser aneja de San pedro e igualmente la ermita como depender la cofradía. La iglesia de San Andrés desaparece en 1755

Antiguo lugar iglesia de San Andrés, luego antiguo cementerio, aún perduran restos

 

La imagen estuvo en la ermita de la Vera Cruz hasta 1805 que se derriba la ermita y pasa se traslada al interior de iglesia de San Pedro sin saber su ubicación.

Croquis de la planta de la iglesia de San Pedro.

 

1896 el 24 junio la iglesia de San Pedro es suprimida pasando a ser aneja de Santa María del Moral, fue derribada en 1904, el Cristo pasa a la iglesia de Santa María del Moral, seguramente no en su interior sino sería ubicado en dependencias parroquiales como sucedió en esos momentos con otras imágenes.

En el 1995 es recogido en el Museo Parroquial.

Cristo de la Vera Cruz colgado en el interior del Museo Parroquial 2005

 

En el 2010 la Junta Pro-Semana Santa le hace una limpieza.

2011 es restaurada la imagen del Cristo de la Vera Cruz e introducido en la iglesia, expuesto del lado de poniente (mano izq.) 3º tramo, al lateral. En medio de las imágenes de Jesús atado a la Columna “Ecce Homo” izq. y el Salvador “drcha.”.

Imagen del Cristo de la Vera Cruz restaurado en 2011

 

Lado de poniente (mano izq.) 3º tramo, al lateral. En medio de las imágenes de Jesús atado a la Columna “Ecce Homo” izq. y el Salvador “drcha.”.

 

Descripción de la imagen

D Manuel de la Granja Alonso, en libre sobre el Arte de una villa castellano-leonesa Villafáfila[13], nos describe de la siguiente manera.

La imagen, tiene una cabeza inclinada hacia delante y a su lado derecho. Su cabello cae sobre los hombros ceñido por una corona acordonada sin espinas. Su rostro, con expresión cadavérica, denota cierto sufrimiento. El tórax con formas redondeadas, es proporcionado al resto del cuerpo. La espalda es plana, no esculpida. Su cintura es pronunciada debido a su costillaje prominente.

El “perizonium” o paño de pureza es pequeño - cubre solamente las zonas de caderas -, dorado, ceñido, cruzado en el centro, montado se lado derecho sobre el izquierdo, lleva el nudo colgando de este lado.

Tiene los brazos colocados en ángulo, la unión del brazo y antebrazo bien realizada. Las piernas están cruzadas desde las rodillas, llevando el pie derecho sobre el izquierdo para la colocación del clavo, aunque en posición un tanto rara. Sus manos están abiertas para recibir a los suyos. La policromía presenta dorado bruñido en el paño de pureza y encarnación mate en las partes desnudas. Es aceptable su estado de conservación. Su cruz es de madera como la imagen. Las cofradías de la Vera Cruz popularizaron en España el culto al “Lignum crucis”.

Imagen procesional: Era la imagen titular de la Cofradía de la Vera Cruz que ya procesionaba el jueves santo a la noche, desde el siglo XV, lo hizo hasta la existencia de la cofradía que desaparición hacia 1880.

En el 2010 la Junta Pro-Semana Santa recupera su procesión el Jueves Santo, de la Vera Cruz “La Carrera”, unos ciento treinta años después de su última procesión, mediante los estudios por hechos por Elías Rodríguez Rodríguez de la antigua cofradía, intentan hacer una procesión lo más fidedigna a los momentos actuales, donde para darle un toque representativo se introduce la capa castellana, con la recuperación de dar la Parva a toda la procesión.

Procesión de la Vera Cruz en el 2010 tras su recuperación

 

Detalles históricos

Haremos unas pequeñas reseñas históricas en referencia a la cofradía y procesión.

En siglo anteriores estaba vestido con faldellín.

La fiesta la cofradía se celebraba el 3 de mayo, y el 1 de mayo, según prescribía la Regla, tenían los cofrades obligación de asistir, llevando al Cristo, a la procesión y rogativa que todos los años se realizaba a la ermita de Ntra. Sra. de Villarigo (un poco más allá del puente romano).

Después de la precesión se daba la “Parva” que consistía en tortas y vino.

1693 se gastaron en el año dos cargas de trigo para las tortas y seis cántaros de vino el Jueves Santo. 1698 y 1707 siete cántaros gastaron, 1718 ocho cántaros. Todo ello provocó la intervención de los obispos de Astorga, que en sus mandatos de visita de esos años dejan escrito:

“que se moderen los gastos que hacen en las colaciones, principalmente los del Jueves Santo y el Viernes Santo... que no se va por devoción a las procesiones sino por las colaciones”.

No les hicieron mucho caso a estos mandatos, pues en 1726 lo reitera:

“la mayor parte de los caudales de esta cofradía los gastan y consumen en vino de las colaciones, siendo esto contra el ynstituto de la cofradía de la cruz, que es de penitencia y para azer sufraxios por las ánimas... y que semejantes colaciones en la Semana Santa dan motivo a faltar al precepto de ayuno y otros graves inconvenientes... mando que se dé sólo a cada cofrade que se disciplinare un trago de vino, y corta porción de pan que sirva de parba”.

Algún efecto surgió pues en adelante gastan sólo una carga de pan:

“en dar la parba a los cofrades la noche del Jueves Santo, y dar la colación a los sacerdotes, porque asistan a la procesión de dicho día... y seis cántaros de vino en la colación a los sacerdotes, en labar a los penitentes y en dar refresco a los cofrades”.

De esta tradición de “la Parva” los ritos y penitencias que tenían lugar durante toda la noche del Jueves Santo al a la madrugada del Viernes Santo justa al arranque de la procesión de la Mañana (la del Encuentro) que hacían permanecer despiertas a gran número de personas, las cuales hacían más llevadera la vigilia con unos tragos de vino, serían el origen de la costumbre de hacer la limonada y mantenerse toda la noche de juerga que seguían los jóvenes de Villafáfila desde tiempos inmemoriales mezclando lo semanasantero con lo festivo.

Las procesiones se alargaban hasta la noche por lo que el obispo manda que salgan con tiempo de entrar en la iglesia antes de acabar el día, (poco o nada caso se debía hacer, Villafáfila siempre ha sido de procesiones hacia la nocturnidad).

1726 la imagen estaba muy vieja en lo que puede ser orientativo de su antigüedad, por lo que el obispo manda:

 “que se retoque la efigie del Sstº Xpttº por allarse sin pintura y muy deteriorada”.

1741 se menciona lo que ha costado dorar la caja del Cristo y dos Cristos pequeños con faldellines de damasco verde.

1775 entre las alhajas de la cofradía se relacionan:

“Dos faldones verdes que trae el Santo Cristo donados por doña Lucía Costilla”.

Trabajo de D. José Ángel Rivera de las Heras. Nuevas obras relacionadas con Alejo de Vahía y su escuela en la Diócesis de Zamora.

 En este trabajo realizado en el 2010, como veremos cataloga al Cristo de la Vera Cruz como imagen atribuida a Alejo de Vahía, por ello nos describe en su policromía que esta burdamente pintado, además del transcurso de los siglos tomado por el humo de las velas, hoy este cristo esta restaurado desde el 2011.

Además, también cataloga al Cristo de la Misericordia de la escuela de Alejo de Vahía (el que es de San Martín) que está ubicado en el Museo parroquial no confundir del que proviene de de Santa María el Moral que están abocados la Cofradía del Cristo de la Misericordia. Seo dará para otra sección sobre este cristo.

Cristo de la Misericordia, procedente de la iglesia de San Martín s. XV o XVI

 

Transcripción literal trabajo de D. José Ángel Rivera de las Heras. Nuevas obras relacionadas con Alejo de Vahía y su escuela en la Diócesis de Zamora. Sobre el Cristo de la Vera Cruz de Villafáfila

Resumen

La parroquia de Santa María de la localidad zamorana de Villafáfila conserva dos esculturas de Cristo crucificado, una de ellas atribuida a Alejo de Vaa, y otra a su escuela o círculo de seguidores

Recientemente hemos hallado en la parroquia de Santa María de Villafáfila (Zamora) y en el convento zamorano de Santa Marina tres esculturas relacionadas con la producción de Alejo de Vahía –“imaginero” de origen flamenco o renano, establecido en Becerril de Campos (Palencia), y activo entre 1475 y 1515- y que vienen a incrementar la numerosa y dispersa obra de es escultor, de su taller y de sus seguidores, así como su presencia artística en la diócesis de Zamora[14].

La localidad de Villafáfila, situada en Tierra de Campos, y próxima a las villas de Benavente y Villalpando, llegó a poseer ocho iglesias en el siglo XVI: Santa María del Moral, Santa Marta, El Salvador y su aneja San Miguel, San Andrés, San Juan, San Pedro y San Martín[15]. También poseyó diversas ermitas hasta época moderna: San Isidro y Nuestra Señora de Villarigo (pertenecientes a la jurisdicción de la parroquia de Santa María), La Vera Cruz (de San Andrés), Nuestra Señora la Blanca o Santa María la Nueva (de San Pedro) y La Magdalena (de San Martín). De todos los edificios mencionados sólo queda en pie la iglesia parroquial de Santa María.

En el centro parroquial se encuentran recogidas diversas esculturas procedentes de las iglesias y ermitas mencionadas, incluso algunas del antiguo monasterio cisterciense de Santa María de Moreruela[16]. Entre ellas figuran dos crucificados tardogóticos, relacionados con la obra de Alejo de Vahía.

El primero de ellos (fig. 1) mide 109x103 cm. Es, por tanto, de menor tamaño que el natural, lo que responde a uno de los tipos más usuales en el taller del escultor. Descontextualizado, no podemos asegurar con certeza el lugar para el que fue realizado, aunque la tradición oral asegura que procede de la desaparecida ermita de La Vera Cruz, que se hallaba contigua a la iglesia de San Andrés[17],  donde, como imagen titular y devocional, quizás ocupase la hornacina de su retablo mayor. Tampoco sabemos si originalmente formaba un Calvario con las figuras de la Virgen Dolorosa y San Juan Evangelista, pero creemos que se trataba de una figura aislada, como parece ser lo habitual en la producción de este escultor.

Está burdamente repintado, excepto en la zona comprendida entre la cintura y la mitad de las piernas, explicable porque antiguamente debió de estar tapada por un faldellín, como era costumbre extendida en las imágenes devocionales de Cristo crucificado. El dorso es plano, no está tallado en bulto redondo. El lugar del clavo que sujetaba los pies al madero ha sido modificado, pues se ha tapado el orificio original y se ha colocado el clavo más arriba. Los dedos de las manos, en su mayoría, están mutilados, aunque su posición denota que estaban contraídos. La cruz, que mide 210x106 cm., también está repintada, imitando las vetas de la madera. Conserva la cartela original, a modo de filacteria apergaminada. 

Fig. 1. Cristo crucificado. Centro parroquial. Villafáfila (Zamora)

 

La figura participa de los estilemas asignados a la obra de Alejo de Vahía. La cabeza (fig. 2), algo desproporcionada con respecto a un abultado tórax, está girada hacia su derecha y levemente inclinada hacia adelante; va ceñida por una corona formada por dos gruesas ramas de espino trenzadas, de la que ha perdido sus púas. La cabellera cae en mechones ondulados y su larga barba dibuja el esquema habitual, con ondas simétricas a cada lado y vacío bajo el labio inferior. Presenta nariz recta y mulos salientes, y mantiene los ojos y la boca entreabiertos. El torso, modelado sumariamente, contiene los músculos pectorales aristados y las costillas resaltadas; la sangre que brota de la llaga del costado derecho desciende en leve relieve, aumentando el ancho de su reguero la pintura que la rodea, y que alcanza la cara interna del muslo. Las altas y delgadas caderas hacen resaltar el vientre, con el ombligo característico, formado por una nea curva sobre otra redondeada.

Fig. 2. Detalle de fig. 1

 

El po de pureza (fig. 3) se cruza en el hipogastrio, pasa por debajo de las ingles y uno de sus extremos pende de la cadera izquierda; presenta pliegues quebrados y en U”, respondiendo al denominado tipo A por Ara Gil[18], y conserva la policromía original, formada por rectángulos y bordes dorados sobre fondo blanco en el anverso del lienzo y azul en el envés. Las piernas muestran las tibias aristadas, pero no se disponen simétricamente, pues esta imagen presenta una peculiaridad con respecto a los crucifijos adscritos a Alejo de Vahía: mientras el pie izquierdo permanece vertical, el derecho va colocado sobre él en rotación externa. Es precisamente esta nota retardataria, además de la severidad característica del periodo inicial del escultor presente en esta imagen, la que nos obliga a asignarle una fecha temprana en su producción, quizás la correspondiente a uno de los crucificados del Museu Frederic Mas de Barcelona, datado hacia 1480-1485[19].

 

Fig. 3. Detalle de fig. 1

 


Autores:

José Luis Domínguez Martínez

El cristo de la Vera Cruz en Villafáfila.

villafafila.net - https://villafafila.net/cristodelaveracruzvillafafila/cristodelaveracruzvillafafila.htm

En base al trabajo de D. José Ángel Rivera de las Heras, realizo in ampliación dando relación del Cristo de la Vera Cruz.

 

José Ángel Rivera de las Heras.

Nuevas obras relacionadas con Alejo de Vahía y su escuela en la Diócesis de Zamora.

BSAA Arte: Boletín del Seminario de Estudios de Arte, ISSN 1888-9751, Nº. 76, 2010, págs. 25-32.

https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/3418293.pdf

 

Biografía-texto:

 

Elías Rodríguez Rodríguez y José Luis Domínguez Martínez.

Ermita de la Vera Cruz de Villafáfila. villafafila.net https://www.villafafila.net/ermitaveracruz/ermitaveracruz.htm

Elías Rodríguez Rodríguez y José Luis Domínguez Martínez.

Cofradía de la Vera Cruz de Villafáfila XV-XIX y XXI su recuperación.

villafafila.net - http://villafafila.net/cofradiaveracruz/cofradiaveracruz.htm

 

Manuel de la Granja Alonso y Camilo Pérez Bragado:

Villafáfila: Historia y actualidad de una villa castellano-leonesa y sus iglesias parroquiales. 1996 pág., 412, 443.

 

Manuel de la Granja Alonso.

El Arte de una villa castellano-leonesa Villafáfila 2008, pág. 26, 32, 44 y 45.

 

Alejo de Vahía

https://es.wikipedia.org/wiki/Alejo_de_Vahía

 

Fotografía:

José Ángel Rivera de las Heras.

José Luis Domínguez Martínez.

 

Transcripción y montaje:

José Luis Domínguez Martínez.

 

Todo texto, fotografías, transcripción y montaje, sus derechos son pertenecientes a sus autores, queda prohibida sin autorización cualquier tipo de utilización.

 

Todo texto y fotografía ha sido autorizado el almacenamiento, tratamiento, trabajo, transcripción y montaje a José Luis Domínguez Martínez, su difusión en villafafila.net, y cualquier medio que precie el autorizado.
 

[1] José Ángel Rivera de las Heras. Nuevas obras relacionadas con Alejo de Vahía y su escuela en la Diócesis de Zamora. BSAA Arte: Boletín del Seminario de Estudios de Arte, ISSN 1888-9751, Nº. 76, 2010, págs. 25-32. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/3418293.pdf

[2] Elías Rodríguez Rodríguez y José Luis Domínguez Martínez. Ermita de la Vera Cruz de Villafáfila. villafafila.net https://www.villafafila.net/ermitaveracruz/ermitaveracruz.htm

[3] Elías Rodríguez Rodríguez. José Luis Domínguez Martínez. Cofradía de la Vera Cruz de Villafáfila XV-XIX y XXI su recuperación.

villafafila.net - http://villafafila.net/cofradiaveracruz/cofradiaveracruz.htm

[4] Archivo de la Real Chancillería de Valladolid. Pleitos Civiles. Zarandona y Walls 1353-8 olv.

[5] Archivo de la Real Chancillería de Valladolid. Pleitos Civiles. Zarandona y Walls 1353-8 olv.

[6] Archivo de la Real Chancillería de Valladolid. Pleitos Civiles. Zarandona y Walls 1353-8 olv.

[7] YARZA LUACES, J., Un crucificado en Alejo de Vahía:  una nueva imagen”, en B.S.A.A., LX (1989), pp. 376-380; ID., en Fons del Museu Frederic Marés/1. Catàleg d'escultura i pintura medievals, Barcelona, 1991, p. 274; ID., en el cat. de la exp. Alejo de Vahía, pp. 128-130 e ID., en el cat. de la exp. Isabel la Católica..., pp. 441-443. Recientemente se ha dado a conocer otro crucifijo autógrafo de Alejo de Vahía conservado en el Convento de las Madres Agustinas Canónigas de Palencia, datado poco después de 1500, ARA GIL, C. J. y PÉREZ DE CASTRO, R., “El crucifijo de las Agustinas Canónigas de Palencia de Alejo de Vahía”, en BSAA arte LXXXV (2009), pp. 55-62.

[8] José Ángel Rivera de las Heras: Nuevas obras relacionadas con Alejo de Vahía y su escuela en la Diócesis de Zamora. BSAA Arte: Boletín del Seminario de Estudios de Arte, ISSN 1888-9751, Nº. 76, 2010, págs. 25-32. http://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo?418293.pdf

[9] Alejo de Vahía: Vhttps://es.wikipedia.org/wiki/Alejo_de_Vahía

[10] Ara Gil, Clementina Julia (1974). En torno al escultor Alejo de Vahía (1490-1510). Valladolid: Sever-Cuesta, Universidad de Valladolid. ISBN 84-600-6050-0.

[11] Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología, BSAA LXV, 1999, Universidad de Valladolid, págs. 203-218 p. 213

[12] Ara Gil, Clementina Julia (1974). En torno al escultor Alejo de Vahía (1490-1510). Valladolid: Sever-Cuesta, Universidad de Valladolid. ISBN 84-600-6050-0.

[13] Manuel de la Granja Alonso. El Arte de una villa castellano-leonesa Villafáfila 2008, pág. 44 y 45.

[14] Hasta ahora se vinculaba con Alejo de Vahía el altorrelieve de la Virgen lactante coronada por ángeles de la parroquial de Morales del Vino (Zamora), considerada autógrafa por Ara Gil y obra de taller o de su escuela por Yarza Luaces. Cf. GÓMEZ-MORENO, M., Catálogo monumental de España. Provincia de Zamora, [t. I]: texto, Madrid, 1927, p. 327; HERAS HERNÁNDEZ, D. de las, Catálogo artístico-monumental y arqueológico de la diócesis de Zamora, Zamora, 1973, p. 105; NIETO GONZÁLEZ, J. R., Catálogo monumental del partido judicial de Zamora, Madrid, 1982, p. 234; ARA GIL, C. J., En torno al escultor Alejo de Vahía (1490-1510), Valladolid, 1974, pp. 33-34 y 56; ID., en el cat. de la exp. Las Edades del Hombre. El Arte en la Iglesia de Castilla y León, Valladolid, 1988, p. 135; ID., en el cat. de la exp. Las Edades del Hombre. RemembranZa, Zamora, 2001, pp. 571-573; ID., en el cat. de la exp. Isabel la Católica. La magnificencia de un reinado, Salamanca, 2004, pp. 447-448; YARZA LUACES, J., "Definición y ambigüedad del tardogótico palentino: escultura", en Actas del I Congreso de Historia de Palencia, t. I: Arte Arqueología y Edad Antigua, Palencia, 1987, p. 41 y “Alejo de Vahía”, en Alejo de Vahía, mestre d'imatges, (serie Quaderns del Museu Frederic Marés. Exposicions, 6), Barcelona, 2001, pp. 279-280 y 286.

Y la escultura de Santa María Magdalena de la parroquial de Cañizo (Zamora), considerada autógrafa por Ara Gil. Cf. HERAS HERNÁNDEZ, D. de las, ob. cit., p. 42; ARA GIL, C. J., En torno..., pp. 39 y 51 y en el cat. de la exp. RemembranZa, pp. 551-552.

[15] El lugar perteneció a la diócesis de Astorga (León) hasta 1954, en que pasó a depender de la diócesis de Zamora. En la iglesia de San Martín se firmó la célebre "Concordia de Villafáfila" entre Fernando el Católico y Felipe el Hermoso en 1506.

[16] GRANJA ALONSO, M. de la, El monasterio de Moreruela en Santa María del Moral de Villafáfila (Zamora). Desamortizaciones del siglo XIX”, Cistercivm, 214 (1999), pp. 193-200.

[17] GRANJA ALONSO, M. de la y PÉREZ BRAGADO, C., Villafáfila: Historia y actualidad de una villa castellano-leonesa. Sus iglesias parroquiales, Zamora, 1996, p. 412.

[18] ARA GIL, C. J., En torno..., pp. 11-12.

[19] YARZA LUACES, J., Un crucificado en Alejo de Vahía:  una nueva imagen”, en B.S.A.A., LX (1989), pp. 376-380; ID., en Fons del Museu Frederic Marés/1. Catàleg d'escultura i pintura medievals, Barcelona, 1991, p. 274; ID., en el cat. de la exp. Alejo de Vahía, pp. 128-130 e ID., en el cat. de la exp. Isabel la Católica..., pp. 441-443. Recientemente se ha dado a conocer otro crucifijo autógrafo de Alejo de Vahía conservado en el Convento de las Madres Agustinas Canónigas de Palencia, datado poco después de 1500, ARA GIL, C. J. y PÉREZ DE CASTRO, R., “El crucifijo de las Agustinas Canónigas de Palencia de Alejo de Vahía”, en BSAA arte LXXXV (2009), pp. 55-62.