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EL PASO DE LAS ESTACIONES RESERVA NATURAL LAGUNAS DE VILLAFÁFILA |
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Aquí las estaciones se marcan con el reloj de los trabajos periódicos en el campo, arando, sembrando, segando, amaneciendo con los ganados en los rastrojos, y se mide con el reloj de las aves que van y vienen o se quedan, en su ciclo anual de reproducción. En la Reserva, merece la pena contemplar el paso del tiempo, pues cada etapa descubre un paisaje diferente, paisajes que parecen repetirse año tras año, pero que nunca son los mismos.
A lo largo del año, con el paso de las estaciones, una serie de acontecimientos van caracterizando, con notables contrastes, la llanura cerealista y la zona lagunar. Primaveras breves y en ocasiones lluviosas, rigores estivales con elevadas temperaturas, otoños suaves y tranquilos y los inviernos crudos y prolongados se dejan sentir en estas tierras áridas y pardas, donde la uniformidad del paisaje prolonga la línea del horizonte.
La floración, las espectaculares ruedas de las avutardas, el griterío del pasar nocturno de gansos y grullas, o la invernada de miles de aláudidos y fringílidos dibujaran cada año el entorno sucederse de las estaciones. En esta tierra la ligazón al medio humano es patente y muy estrecha, creando dualidades que con el tiempo se han hecho indisolubles: Avutardas y Alfalfa, Cernícalos y casas, Liebres y Galgos... conservación y desarrollo. Una ligazón no exenta de conflicto que suele poner en la balanza las decisiones sobre los recursos económicos, el eterno debate. Quien por primera vez se detenga en el paisaje de la Reserva de las Lagunas de Villafáfila y reciba de repente un viento gélido o tórrido, sin términos medios, está obligado a definir al instante la sensación y seguramente no será una descripción emocionada. Pero, demos tiempo, y una vez acostumbrados a este entorno aparentemente tan poco acogedor, demasiado abierto, demasiado amplio, podemos comenzar a observarlo y descubriremos que pocas veces se ha dado una conjunción tan rica entre el hombre y la naturaleza.
LA PRIMAVERA La primavera tiene su llegada oficial el veintiuno de marzo, pero por esas fechas todavía los campos amanecen blancos, abrasados por la helada. Los árboles permanecen desnudos, como si no quisieran despertar de su largo sueño invernal aparentemente el invierno aún vive. En las lagunas y lavajos se concentran numerosas anátidas, ánsares, ya gran número a realizado su viaje de regreso a sus lugares de cría, miles de kilómetros al norte. Las primeras notas de vida y renovación se harán notar, las flores anunciarán un año más que la primavera ha comenzado en la Pseudoestepa cerealista y las lagunas. El sol luce triunfante en un azul purísimo, la luz y el calor hacen vibrar la flora y la fauna de la llanura, salir de su letargo y renacer a la vida. Pero esto no es más que un atisbo y engañoso anticipo de la primavera, de la noche a la mañana, unas heladas tardías serán implacables y harán enmudecer a esa falsa primavera. Los cultivos renacen con las primeras lluvias. Algunas de las aves esteparias comienzan a sentir en sus cuerpos unos de los momentos más importantes de sus vidas. Es la hora de cumplir la misión de perpetuar la especie.
Las Avutardas serán las más madrugadoras en iniciar las paradas nupciales, a finales de marzo, los grandes machos exhibirán sus vistosos plumajes, pavoneándose ante las hembras que miden y esperan en las alfalfas. Comenzara entonces uno de los espectáculos más sobresalientes de la llanura cerealista: las “Rueda de los Barbones”, un espectáculo donde el macho abriendo sus alas envolviéndolas, se pavonea Aunque las aves esteparias son tempranas en iniciar las paradas nupciales, son tardías en la nidificación, porque han de esperar al crecimiento del cereal y otras plantas que les protejan sus nidos situados en el suelo. Poco a poco, el canto de numerosas especies invadirá el cielo y el tapiz verde de los campos de cereal cubrirá la llanura en contraste con el arce tostado de los barbechos. Alondras y calandrias emitirán sus prolongados cantos desde el azul, mientras la perdiz entre febrero-marzo forma sus parejas durante el cual los machos libran furiosos combates para controlar el plantel de hembras y emiten su característico reclamo, desde proclamará a sus vecinos sus ansias de cría su estación de celo se sitúa entre los meses de abril y junio, la nidificación se efectúa desde mediados del mes de mayo hasta finales de julio. En el nido de halcón peregrino, situado en un pequeño tajo fluvial, rebullen tres o cuatro polluelos diminutos. Cogujada común a principios de abril pone entre 3 y 6 huevos muy manchados de oscuro que eclosionan tras 13 días. La vegetación, a medida que la primavera avanza después del letargo invernal, los días se hacen más largos y luminosos y la escasa vegetación natural refugiada en cunetas y baldíos comienza a desarrollarse, reverdecer y florece de blancas magarzas y amapolas encendidas. Alfalfa sembrar eligiendo un periodo de lluvias cercanas y sin heladas, y las ya sembradas de años atrás se siegan a partir de mayor, un año bueno suele das tres cortas. A finales de abril y primeros de mayo nace la afamada manzanilla de Villafáfila, que los suelos le dan un característico olor cuanto más cercana a las zonas lagunares más intenso es, que no pasa desapercibido al igual que su sabor.
La vegetación lagunar comienza a desarrollarse y reverdecer. Las diferentes características ecológicas de cada especie permiten su separación espacial:
Los alcaravanes, recién llegados migración (marzo mayo) es más abundante, con grupos de varias decenas de aves, nidifica en abril, buscan un rincón escondido donde anidar en un hoyo excavado en la arena, mientras que el macho de sisón, vestido de gala, se instala en sus parcelas nupciales, los machos emiten su reclamo característico de abril a mayo para atraer a las hembras, los machos realizan llamativas exhibiciones, en las que dan saltos en el aire y patalean, en esta época crían las hembras. El aguilucho llaga de África, que llega a sus lugares de cría desde finales de marzo y durante todo el mes de abril cenizo, ocupando para criar campos de cereal, anida en el suelo se abandona a sus nupcias volatineras en las que entregará una presa a la hembra en pleno vuelo. Por los arroyos, regatos y lagunas fluyen las aguas de las últimas lluvias, cuando las condiciones ambientales del invierno y la primavera han permitido la existencia de agua suficiente, los anfibios salen de sus refugios invernales para desplazarse hacia las zonas húmedas y comienza la época reproductora, la rana común que con sus cantos ensordecen las noches de primavera se escucha a distancia. Procedentes de África, Golondrinas y aviones habrán invadido las casas de los pueblos, donde un año más, comenzaran la reconstrucción de sus nidos de barro. En el viejo nido, situado en la espadaña de la iglesia ya hay cigüeños.
Los Cernícalos Primilla empieza la cría, abril-mayo lo hace formando colonias en edificios, retornan a los huecos de los tejados etc., en Otero de Sariegos se encuentra la mayor colonia de Castilla y León. La Ganga se reproduce de abril a agosto, con frecuentes puestas de reposición por la pérdida de nidadas., sobre nidos en el suelo. Los pollos abandonan el nido nada más nacer pero no vuelan bien hasta pasados unos dos meses. En estos meses primaverales un gran número de especies van a utilizar a estas zonas como aérea de nidificación, todas las especies están dedicadas a las tareas de la reproducción que se afana en la construcción de sus nidos, la incubación de huevos y la alimentación de sus crías entre las que destaca La Focha, Ánade real, Cigüeñuela a retomar las isletas para colocar sus nidos de las lagunas, la Polla de Agua, el Chorlitejo, etc. se cortejan, Gangas y Ortegas nidificante de abril a junio, en los campos agrícolas en el suelo. alondras y calandrias han elegido el lugar donde ubicar sus nidos, incluso algunas ya incuban y en los nidos de halcones y cigüeñas los pollos están encañonando. Ahora la llanura cerealista es una explosión de vida.
Cuando las condiciones ambientales de invierno y la primavera han permitido la existencia de agua suficiente, los anfibios salen de sus refugios invernales para desplazarse hacia zonas húmedas y dar comienzo a la época reproductora. Destacan el sapo corredor y el Sapo de espuelas que sus cantos ensordecen las noches de primavera. Topillos, hay años que las condiciones de reproducción es tan prolifera, que invaden los campos, pasando a ser una plaga. Aves en primavera: La relación de especies que se cita a continuación se encuentran durante toda o alguna parte del año en la Reserva.
La manzanilla ya totalmente germinada está en su punto de recolección, que se hace entre finales de mayo y principio de junio, los habitantes de la Reserva bien conocedores de sus propiedades y como cuando y como debe "apañar" puede ser a mano o a través de un rastrillo, muchas casas recogen para su uso personal, otras las recogían para su venta a otros particulares o en ferias y ganar algún dinero, los últimos de estos recolectores en Villafáfila han sido el matrimonio D. Dionisio Alonso "Tabarés" y Dña. Mª. Angelines Fernández, después de recogida, era secada a la sombra, al sol la achicharra, se llenaban muchas cortinas y portaladas al secado, era un andar por el pueblo esos días emanando a manzanilla, por último se escogía para quitar las impurezas, y lista para tomar.
EL VERANO El verano es productivo en todos los sentidos. Como auténticos quijotes, los cardos brotarán vivazmente en todos los terrenos secos e invadirán los campos sin cultivar, convirtiéndose con sus flores de vivos colores, en un verdadero símbolo y adorno de la época estival. Los campos de cereal en julio han cambiado de color. En muy pocos días los trigales y cebadas que eran verdes se han tornado de color amarillento, el cereal está a punto para ser cosechado. Los fuertes calores de este mes agostan las plantas en los baldíos y el agua empieza a escasear. Enseguida irrumpirán las cosechadoras y a su paso quedarán los campos desnudos, el Cernícalo vulgar durante la cosecha del cereal aprovecha para sobrevolar cerca de las cosechadoras para cazar a los insectos. Las rastrojeras dominarán el paisaje. La sequía estival se adueña de todo. En las horas centrales del día bajo un sol de justicia, la llanura se queda muda, todos sus habitantes se defienden del infernal calor, restringiendo su actividad a las horas más frescas del amanecer y atardecer.
Las nuevas generaciones inician un peligroso peregrinaje por estos campos y muchos de los nacidos fáciles presas de numeroso predadores. Hembras con sus polladas recorren vigilantes las tierras calientes, donde encontrarán insectos como saltamontes, grillos etc. Primeros vuelos de las cigüeñas del año. Se observa con facilidad aguiluchos cenizos que saca a su prole. Concentraciones premigratorias de cigüeñas. Lagunas y lavajos la cantidad de agua acumulada disminuye rápidamente apenas tendrán agua la mayoría estarán totalmente secos. Ahora son mero charcos visitados por los sedientos animales de la estepa. Los anfibios adaptados a las duras condiciones esteparias completan su desarrollo en pocos meses, cuando el año es extremadamente seco, la rápida desecación provoca una gran mortandad de los renacuajos de la especie.
En esta época se convierte la zona en el reino de las aves esteparias que campan a sus anchas entre los cultivos de cereal, que compartían el espacio con los rebaños de ovejas que al amanecer pastorean los rastrojos, los pollos nacidos de aves esteparias comen insectos y semillas, en los cultivos recién segados, la hembra de avutarda seguidas de sus polluelos, gangas y ortegas se posarán a varios cientos de metros para de forma siempre recelosa, acudir apeonando a beber y otras muchas aves encontrarán en estos últimos lagunajos, el único lugar donde poder saciar su sed.
El verano transcurrirá de forma más silenciosa, menos bulliciosa que la primavera. Los colores poco vistosos de los jóvenes primarán por los campos, mientras mudan el plumaje los adultos. Este fenómeno se extrema en las anátidas, que al cambiar de una vez todas sus plumas del ala quedan indefensos viéndose obligados a buscar lugares adecuados donde refugiarse, hasta recuperar la capacidad del vuelo, Este periodo recibe el nombre de “mancada” y los patos “mancones”. La cosecha ya ha sido recogida en su totalidad y la tierra es una extrema rastrojera, las codornices cantan en la estepa por donde ya entrado el mes de agosto, a mitad de agosto se abre su veda, pasarán cazadores y perros en busca de las preciadas codornices. La avutarda se reagrupa de nuevo a finales de verano, de los grupos que se disgregó en primavera. Ortega, visita a primera hora de la mañana los bebederos. Los jóvenes alcotanes, ya emplumados, observan desde el nido como sus primos, los jóvenes peregrinos, aprenden a cazar, principalmente aláudidos.
Las Aves dan por terminada el periodo reproductor dispersándose por los alrededores. Al finalizar agosto y durante el mes de septiembre, tras una aparente tranquilidad, los días se irán haciendo más cortos y pronto, con las primeras lluvias, un nuevo movimiento desencadenará sobre la estepa: para muchas especies de aves la migración habrá comenzado. Las lagunas en sus prados concentrará a ciento de cigüeñas, bandos de golondrinas se reunirán en puntuales dormideros y rapaces como aguiluchos cenizos, cernícalos primillas final de verano más abundante y alcotanes, comenzarán a abandonar sus lugares de reproducción. Poco a poco todas las aves estivales irán desapareciendo de la planicie castellana. Aves de verano: La relación de especies que se cita a continuación se encuentran durante toda o alguna parte del año en la Reserva.
EL OTOÑO Con el otoño vendrán las lluvias comenzaran a encharcarse las lagunas, caerán las primeras hojas, las lagunas y lavajos volverán a llenarse de agua y el verdor brotará en cunetas y baldíos. Las ovejas pastorean los rastrojos, Los tractores lentamente alcanzarán las rastrojeras dejando tras ellos un paisaje de desnudas barbecheras y se afanan en la siembra de los campos principalmente trigo y cebada, algo de avena, alfalfa se hace la última siega, que se guarda la grana para otras siembras o para venta. etc. El otoño desviste los álamos, durante el cual, milanos reales y otras aves, hallan descanso entre sus ramas. El sol calienta en las horas centrales del día, pero durante las noches, claras generalmente y muy serenas, se siente frío, a causa de la helada nocturna Campaña de siembra del cereal trigo y cebada, sobre mediados de octubre, despuntan los cultivos sembrados que serán alimento de algunas aves. Alcaraván migración (agosto-octubre) es más abundante, con grupos de varias decenas de aves. Sisón se agrupa en grandes bandos. Arranca la caza una tradición ancestral que nos llega a nuestros días la caza con las carreras incansables y bellas de los galgos tras las liebres por los campos de la estepa que no siempre alcanzan, y que hacen una selección natural de la especie. También en la forma de la escopeta con las zonas de espera para el disparo de los gansos, y a ciertas aves como la perdiz donde se vuelve más huidiza y sigilosa, aprovechando mimetizarse entre campo que corre que se las desea. Todo tango con galgo con escopeta todo regulado con ley y normas.
Ocurre uno de los hechos más importantes en los ciclos biológicos de Villafáfila, la llegada de los ánsares comunes llamados en la zona "patas" con su vuelo en "V" que procedentes de sus áreas de cría situados en el norte de Europa y Rusia, realizan desplazamientos migratorios de varios miles de kilómetros para pasar es invierno con nosotros, lo harán primero a su llegada encima de Revellinos, que vienen al segundo lugar de invernada más importante de la Península Ibérica. Durante esta época, concentraciones de ejemplares pueden observarse en la zona, desplazándose diariamente entre las lagunas y los campos de cereal para su alimento.
Muchas más especies utilizan las lagunas como lugar de invernada y alrededores del campo, sé escuchara el inconfundible paso de las Grullas en grandes bandadas, la Espátula, el Ánade Silbón, el Porrón moñudo, etc., utilizan las lagunas de Villafáfila como lugar de invernada.
Las primeras heladas no tardarán, porque el otoño en la estepa será breve y con ellas las avefrías, las grajas, los milanos reales invadirán estos campos. Aves de otoño: La relación de especies que se cita a continuación se encuentran durante toda o alguna parte del año en la Reserva.
EL INVIERNO Un nuevo invierno, todo irá lento hasta la primavera los campos descansan, pero en ellos bulle la vida. Amanecerá en la llanura cerealista, donde los días son muy fríos con temperaturas bajo cero, por las noches se producen grandes heladas que por la mañana cubre todo de un manto blanco, también se producen frecuentes nieblas, hasta varios días sin levantar, cae alguna nevada.
En las lagunas llenas de agua, con el ruido de las aves acuáticas e invernantes, miles de aves procedentes del norte de Europa, irrumpirán el paisaje invernal con su paso y sonido peculiar en una inmovilidad fría de una tarde de diciembre o de enero. Bando de pájaros granívoros, pinzones en su mayoría, recorrerán palmo a palmo sementeras y barbechos en busca de semillas. El veloz esmerejón, en vuelo rasante, atrasará la estepa tras algún pajarillo que cazará en pleno vuelo. El aguilucho pálido con su lento vuelo de cometa, sobrevolará las tierras en busca de algún pequeño roedor. Al atardecer, los milanos reales acudirán a su dormidero, situado en la pequeña alameda, mientras las avutardas, reunidas en bandos más numerosos desde el otoño, buscarán un lugar tranquilo donde pasar la noche. El mochuelo, como cada atardecer, se asomará a la llanura, testigo del eterno sucederse de las estaciones.
Las avutardas generalmente durante el invierno los bandos son mixtos. El alcaraván, puede invernar ocasionalmente aisladas en pequeños grupos. La ortega ,durante el invierno se agrupa en bandos de varias decenas de ejemplares. La Liebre empieza el celo desde enero a octubre, momento que finaliza la época de caza. A finales de enero y principios de febrero, la mayoría de estas especies ya han abandonado la zona a sus lugares de cría, las precipitaciones invernales llenan las lagunas donde se podrás distinguir fácilmente las distintas lagunas que forman este complejo lagunar. Las de mayores superficies son la Laguna Grande, la Laguna de Barillos y la Laguna de Salinas., dando comienzo a un nuevo ciclo.
Aves de invierno: La relación de especies que se cita a continuación se encuentran durante toda o alguna parte del año en la Reserva.
Autor: José Luis Domínguez Martínez.
Bibliografía-Textos. Cuadernos de la Naturaleza - 3, pág, 31 a 34. Edita: Diputación de Zamora 1991. Autores: Raquel Somero Boyero, Rosa San Segundo Romo. Marta Puebla Güezmes.Cesar J. Pollo Mateos. (Estudios Biológicos y Medioambiental EBYMA). Dibujo Color: Fernando Lozano. Dibujo blanco y negro: Juan Carlos Velasco Marcos. Fotografías: Roberto García, José A. González, EBYMA, José María Gamazo, Archivo Diputación.
Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila. 2000. pág. 12 a 15. Autor - Textos: Mariano Rodríguez Alonso, Jesús Palacios Alberti, Ana María Martínez, José Ángel Arranz Sanz. Fotografía: José Mª. Diez Laplaza.
Tierra de Avutardas - La Llanura Cerealista de Castilla y León. 1995, pág 35 a 39 y 115 a 131. Texto: Joaquín Sanz-Zuasti y Gabriel Sierra González. Fotografía: Calos Sánchez González y Juan Martín Simón.
Guía de las Aves de las Lagunas de Villafáfila y su Entorno. 1997. Textos: Joaquín Sanz-Zuasti, Tomás Velasco. Fotografía: Carlos Sánchez
José Luis Domínguez Martínez. Documentación propia.
Fotografía y mapas: Wikipedia: Mochuelo, Alcotán. Cuadernos de la Naturaleza - 3, pág. Patrimonio Natural J.C.y L, Red de Espacios Naturales. Compañía de Inventario Naturales, S.L. Mariano Rodríguez Alonso, Jesús Palacios Alberti. José Luis Domínguez Martínez.
Transcripción y montaje: José Luis Domínguez Martínez.
Autorización y difusión. Patrimonio Natural de C. y L.
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