IGLESIA SAN ANDRÉS

VILLAFÁFILA

En 1310 la iglesia de San Andrés se cita por primera vez documentalmente, en la firman de un contrato entre de cambio el Cabildo de la catedral de Astorga y el obispo don Alfonso II sobre el Cillero que tenían Villafáfila, con el infante de Castilla don Juan[1], el infante daba al obispo las martiniegas del bierzo, la iglesia del Toral y 2.000 mrs. y el obispo entregaba el Cillero de Villafáfila con carácter vitalicio.

“el nuestro Cillero de Villafáfila con todos aquellos nuestros derechos que son de la nuestra Messa”[2];

“et la meatad de la tercia de la Eglesia de Sant Andres, salvo la ofrenda, et el mortuorio que lieva el Clerigo de Memoria”[3].

Estaba situada en la parte más al norte de la villa. Podemos fijar con exactitud su emplazamiento, gracias a que en años más tarde en sus solares se edificó el cementerio interparroquial, como nos consta por las partidas de defunción de los primeros feligreses, de todas y cada una de las parroquias, inhumados en dicho cementerio.

Baste con citar un ejemplo:

“Enterróse en el cementerio construido en la localidad y jurisdicción de San Pedro y que en tiempos pasados fue iglesia, nominada de San Andrés; y que por disposiciones Reales Ordenes que circulan por todo el Reino, se manda no se entierren en las iglesias y si en el los cementerio”[4].

En la actualidad está situada en el Mapa de Concentración Parcelaria, de Villafáfila, Polígono 8, parcela 5049.

Su Libro de Fábrica comienza en 1559-1630.

ALTARES

Tenía tres altares:

El Mayor

“un retablo de pincel, con una imagen de bulto del Santo Andrés”[5].

San Tirso

Se cita en 1584 la capilla de Santo Tirso dentro de la iglesia. A principios del siglo XVII debía de estar en mal estado.

 La capilla de esta cofradía estaba:

“sita debaxo de la campana de la dicha parroquia”[6].

San Babilés

En 1582 es necesario realizar unas obras en profundidad para evitar su derrumbamiento total de la iglesia. Para evitarlo, se manda en la Visita Pastoral de dicho año:

“y poner teja y enmendar la capitalla de San Bebibles”[7].

Imágenes

San Andrés

Estilo: Hispano-germánico, siglo XVI, años posteriores al 1500.

Mide: 1,5 m.

Era la imagen titular de esta iglesia.

La única referencia que tenemos de esta escultura en la que, en el Lib, de Fáb. de su iglesia se indica entre sus altares

“un retablo de pincel, con una imagen de bulto de San Andrés”[8].

Derruida esta iglesia, la imagen pasó a la de San Pedro. En 1788 fue retocada por el pintor Joaquín Garrido, por lo que cobró 151 reales[9], y desaparecida está a Santa María, conservada en su Museo Parroquial.

San Tirso Desaparecida.

Nuestra Señora Desaparecida.

La de San Babilés Desaparecida, aunque hoy hay una imagen de este Santo, hay que tener en cuenta que también lo había en El Salvador, y ambas existían al mismo tiempo, como se ve por la visita pastoral de 1651, donde hace mención de la Cofradía de San Bebibles[10]. Y ésta es la existente, ya que como vemos se retoco en el año 1858 con otras imagines de dicha iglesia El Salvador.

Bienes

Tenía la Fábrica:

“unas tierras que rentan la carga y media de cebada por mitad y están, una encima de Valorio y la otra, en Carboneros, sea esto a la laguna de Valorio; una cuarta de viña, que están en el camino de Santo Agustín, junto a las casas; y renta cinco reales para la lámpara”[11] .

En 1561 Diego de Barrio cura párroco de la misma, hizo cesión a la fábrica había dejado a los curas (al curato) de San Andrés con la obligación de que alumbrasen, a expensas, la lámpara durante todo el año[12]. La casa parece se hallaba en mal estado, pues, dos años después de la visita Pastoral de 1563, se manda:

 “que, a la casa, que está muy mal y no renta nada, se le quiten las maderas y las tapias y se haga un tapial alto”[13].

Cofradías

Vera Cruz

Esta cofradía pertenecía a la jurisdicción de la iglesia de San Andrés, cerca de cuya iglesia se encontraba la ermita, en ella radicaba la cofradía de la Veraz Cruz, que surgieron con un carácter penitencial de disciplina durante la Edad Media influida por el pensamiento franciscano, para dar cobijo a los penitentes y ejercer otras funciones asistenciales.

La referencia más antigua a la Vera Cruz es de forma indirecta de 1490 con lo que nos da que ya existiera la ermita, pues en la escritura de gasto que se hizo en la testamentaría de Yván de Collantes, que:

 “Fallesçio a sabado treçe dias del mes de hebrero de 1490”,

figura el cumplimiento de una manda testamentaria de este hidalgo, que había sido alcaide de la fortaleza de Villafáfila:

“se dio a la Vera Crus + çien mrs. Que levo Rodrigo Herrada, abad”.

De carácter semanasantero, desfilaba el Jueves Santo a la noche, en la procesión de la “Carrera”, donde iban dos tipos de cofrades:

Los cofrades de “Luz” acudían portando una luminaria, eran una especie de socios honorarios que se acogían a los beneficios de la cofradía, pero no estaban sujetos a todas las obligaciones, entre ellas a la de disciplinarse. Eran vecinos más pudientes.

Los cofrades de “disciplina”, cubiertos con una túnica o camisa blanca de penitencia con un caperuz, también denominados de sangre o de pica, eran socios ordinarios con todas las obligaciones que imponía la regla, entre ellas la de someterse a disciplina la tarde y noche del Jueves Santo. Pertenecían a las clases bajas del pueblo. Tenían que hacer disciplina durante la noche del Jueves Santo en el Salón se realizaba ante un crucifijo: “una cruz que llaman de los azotes, con los instrumentos de la Pasión”, de la ermita, probablemente también durante el trayecto de la procesión, pues en esa época se llama procesión de la disciplina. Las características de esta penitencia no las conocemos en detalle, pero básicamente consistía en sufrir azotes en sus carnes hasta hacerse sangre, posiblemente con algún flagelo o instrumento cortante, de ahí su denominación también como cofrades de pica o de sangre. Para la limpieza de las heridas utilizaban vino.

A los participantes en la disciplina la cofradía les ofrecía la parva, consistente en una porción de torta de pan y vino. De esta procesión y la parva

Los ritos y penitencias que tenían lugar durante toda la noche del Jueves Santo que hacían permanecer despiertas a gran número de personas, las cuales hacían más llevadera la vigilia con unos tragos de vino, serían el origen de la costumbre de hacer la limonada y mantenerse toda la noche de juerga que seguían los jóvenes de Villafáfila desde tiempos inmemoriales.

La fiesta la cofradía se celebraba el 3 de mayo, y el 1 de mayo, según prescribía la Regla, tenían los cofrades obligación de asistir, llevando al Cristo, a la procesión y rogativa que todos los años se realizaba a la ermita de Ntra. Sra. de Villarigo^[14].

1642 al suprimir la parroquia de San Andrés pasa ser aneja a la de San Pedro y la cofradía igualmente a pertenecer a la jurisdicción de dicha iglesia de San Pedro.

Mas información de la Cofradía de la Vera Cruz:

https://villafafila.net/cofradiaveracruz/cofradiaveracruz.htm

Santo Tirso

Era este un Santo muy venerado, al parecer en esta parroquia; pues una de las razones que se aducen en un mandato de la Visita Pastoral de 1747 es:

“que se repare la iglesia en lo que se pueda para celebrar en ella, al menos las funciones del Patrón y de Santo Tirso”[15].

Se cita en 1584 la capilla de Santo Tirso dentro de la iglesia. A principios del siglo XVII debía de estar en mal estado. La capilla de esta cofradía estaba:

“sita debaxo de la campana de la dicha parroquia”[16].

1606 el obispo deja mandado en que:

“se da licencia para que se haga una Asenara para San Tirso y para ello se pueda arar y sembrar los días de fiesta, y asimismo los cofrades saquen cada domingo para hacer la capilla de dicho Santo”[17].

En 1608 se da comisión al cura para tomar las cuentas de la cofradía de Santo Tirso, sita bajo la campana de la parroquia de San Andrés.

En 1630 en su visita pastoral el obispo visita la cofradía de Santo Tirso.

Pasó a la parroquia de San Pedro, de ella se hace mención, por última vez en 1682[18].

Supresión de San Andrés como parroquia

Por lo que se desprende de la lectura de su libro de fábrica, San Andrés, era al menos desde 1559 una parroquia pobre: pobre en su edificio, altares, imágenes y ornamentos; pobre en cuanto a feligreses y economía de los mismos. Esta fue la causa principal (como lo fuera la de Santa Marta, situada en el otro extremo de la villa), de su desaparición como parroquia, primero, y más tarde como iglesia.

En 1557 el obispo cuando visita la parroquia deja mandado que se quiten las campanas para hacer la torre que se empezó dos años más tarde cuando se inventarían:

“dos campanas en la torre y una pequeña para el sacramento”, que habían vuelto a ser colocadas en 1569.

Así reconocía, como veremos en el mandato de supresión.

Vemos que en 1561 se están realizando obras de reparación en la torre[19]

En 1567 se ordenan que se socalcen las paredes, se reteje y repara la iglesia, so pena de excomunión mayor[20].

En 1582 es necesario realizar unas obras en profundidad para evitar su derrumbamiento total de la iglesia. Para evitarlo, se manda en la Visita Pastoral de dicho año:

“que Diego de Barrio, Cura Párroco de San Andrés, pase el santísimo dentro de un mes de la dicha iglesia a la ermita de la Vera Cruz; que se hagan llaves de la puerta de la ermita y demás necesario para la custodia y decencia del Santísimo; y luego haga derribar el cuerpo de dicha iglesia y poner teja y enmendar la capitalla de San Bebibles, y se arregle la capilla mayor; lo cual se manda porque está la iglesia pa caerse en gran peligro. Mientras se realizan las obras, pido al cura de Santa María del Moral, que, bajo excomunión, dé al de San Andrés pila y demás necesario”.

Este mandato parece que no agradó a algunos feligreses, que quizás temieron la supresión de la parroquia, ante la imposibilidad de repararla una vez derribada. Por ello, el mandato amenazaba con excomunión al que impida o fuerce el traslado del Santísimo o el derribo de la iglesia[21]. Las Obras aún no se habían finalizado en 1589, Y vieron realizarse con materiales muy pobres, ya que la visita 1594 se dice:

“que la nave es angosta y, como acuden bastante gente, hasta los que no son de la parroquia a devoción de Santos Particular que hay en ella, por ser las tapias de tierra, manda que se derriben las tapias nuevas y viejas, y se vuelvan hacer, sacándolas desde la esquina de la torre al ancho de la misma, y que se hagan las puertas”[22].

Esta continuidad en las obras obliga a pedir colaboración de los fieles e, incluso, a suprimir actos de cultos obligatorios, para disminuir gastos. Así en 1617 se exhorta a que hagan alguna semana de donación a San Andrés, por la mucha necesidad que tiene la iglesia de ornamentos, pudiendo los que tal hagan trabajar los domingos[23]. Eran tantas las necesidades de reparación y lates las carencias económicas, que, en 1624, no pueden tener ni sacristía. Ello da motivo a la siguiente exhortación en la Visita:

“que teniendo en cuanta que esta iglesia es pobre, los feligreses hagan con sus expensas y haciendo una sacristía, de modo que estén los cajones dentro y el cura vista y desnude en ella; y da licencia para que trabajen los días festivos”.

Y a continuación otro mandato:

“Por cuanto en esta villa hay muchas iglesias parroquiales, donde se inciensa el Jueves Santo el Santísimo y porque la iglesia parroquial de San Andrés es pobre y no tiene lo necesario para que se incicie con decencia el Santísimo, puesto hay poca cera y la iglesia no pude acudir a todo esto, mandó Su Señoría que por cuatro años no se iniciase ni haga gasto, y los labradores y vecinos feligreses acudan a los oficios divinos a la iglesia de Santa María; y mandamos que sin embargo, el cura diga las horas económicas en su iglesia como es costumbre en San Andrés”[24].

La situación, como vemos, se iba agravando de tal manera, que en 1642 se hizo insostenible, por lo cual hubo que recurrir a la supresión de la parroquia, quedando como anejo de San Pedro la iglesia, y sus feligreses pasaron a serlo de la misma parroquia. Su último párroco fue D. Pedro de Barrio y de San Pedro lo era entonces D. Amaro Pérez.

En el decreto de supresión de la Visita Pastoral, de ese año se exponen las causas que habían decidido al Obispo a tomar tal decisión: mal estado del edificio, escasez de feligreses y carencia de medios económicos. Al mismo tiempo se ordenaba que las campanas y ornamentos se trasladaran a San Pedro. Los cofrades de la Vera Cruz, le piden que les permita tener los cabildos de la cofradía en San Andrés, que no traslade la campana grande ni lo necesario para celebrar las misas que tienen la cofradía. A todo lo cual accede el Obispo[25].

En 1715 la iglesia necesita una gran reparación y, no contando con medios para ello, se manda en la V Pastoral de dicho año que se desmonte la ermita de la Vera Cruz, y con esos medios reparar la iglesia; en el lugar que ocupó la ermita ha de ponerse una cruz[26]. El mandato anterior no se cumplimentó, ya que en la Visita de 1747 se hace notar que la iglesia está indecente, que se repare lo que se pueda, para celebrar en ella, al menos las funciones principales del patrón y de Santo Tirso; y que visitó la ermita de la Vera Cruz, contigua a San Andrés[27].

Desmonte de la iglesia

Finalmente, el año 1772 se desmonta la iglesia, se venden algunos objetos, entre ellos las puertas, y su importe junto con algunos materiales aprovechables se destina al arreglo que entonces se llevó a cabo en la de San Pedro, a donde también se llevaron el retablo y las imágenes[28].

En 1784 se da licencia para vender la campana grande, que, a petición de los cofrades de la Vera Cruz, no había sido trasladada en el momento de la supresión; dándose también licencia para demoler la torre[29].

De las 10 iglesias parroquiales y 5 ermitas de Villafáfila, la de San Andrés fue la que más años resistió a la demolición 130, después de haber sido suprimida como parroquia; y la única que, después de distinta naturaleza: como cementerio en 1833, el primero común de todas las parroquias que tuvo Villafáfila, y que fue clausurado en 1961.

Ermita

De la Vera Cruz

Esta ermita pertenecía a la jurisdicción de la iglesia de San Andrés, cerca de cuya iglesia se encontraba la ermita, en ella radicaba la cofradía de la Veraz Cruz, que surgieron con un carácter penitencial de disciplina durante la Edad Media influida por el pensamiento franciscano, para dar cobijo a los penitentes y ejercer otras funciones asistenciales.

La referencia más antigua a la Vera Cruz es de forma indirecta de 1490 con lo que nos da que ya existiera la ermita, pues en la escritura de gasto que se hizo en la testamentaría de Yván de Collantes, que:

“Fallesçio a sabado treçe dias del mes de hebrero de 1490”,

figura el cumplimiento de una manda testamentaria de este hidalgo, que había sido alcaide de la fortaleza de Villafáfila:

“se dio a la Vera Crus + çien mrs. Que levo Rodrigo Herrada, abad”.

La ermita tenía los cimientos de piedra y algunas paredes de tapial, contaba con varias dependencias como el Salón.

Dentro de la ermita se encontraba un retablo con el Santo Cristo de la Vera Cruz, cristo que daba nombre a la cofradía.

Donde se procedía a la disciplina, alrededor de sus paredes había unos poyos de piedra donde se sentaban los cofrades durante la noche del Jueves Santo, que salían en procesión portando dicho Cristo.

Contaba con una cocina y otros cuartos anejos para poder cumplir con las funciones de hospitalidad que tenía encomendadas la cofradía.

Más información sobre la Ermita de la Vera Cruz:

https://villafafila.net/ermitaveracruz/ermitaveracruz.htm

Autor:

José Luis Domínguez Martínez.

Bibliografía - Texto:

Elías Rodríguez Rodríguez.

Cofradía de la Vera Cruz.

villafafila.net - http://villafafila.net/cofradiaveracruz/cofradiaveracruz.htm

Manuel De la Granja Alonso y Camilo Pérez Bragado:

Villafáfila, historia y actualidad de una villa castellano leonesa y sus iglesias parroquiales. 1996, pág. 412, 413, y 433.

Manuel de la Granja Alonso.

El Arte de una villa castellano-leonesa Villafáfila 2008, pág. 26, 32, 44 y 45.

Archivo Parroquial de Villafáfila. Libros 71 y 72, dos libros de cuentas desde 1693 hasta 1877.

José Ángel Rivera de las Heras

Nuevas obras relacionadas con Alejo de Vahía y su escuela en la Diócesis de Zamora    

BSAA Arte: Boletín del Seminario de Estudios de Arte, ISSN 1888-9751, Nº. 76, 2010, págs. 25-32.

http://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo?3418293.pdf

Mapas de Concentración Parcelaria, Agricultura y Ganadería de JCyL, de Villafáfila:

https://agriculturaganaderia.jcyl.es/web/jcyl/binarios/415/843/VILLAFA_ACU_PLA_008.TIF?blobheader=image%2Ftiff&blobheadername2=site&blobheadername3=Cache-control&blobheadername4=Expires&blobheadervalue2=JCYL_AgriculturaGanaderia&blobheadervalue3=no-store%2Cno-cache%2Cmust-revalidate&blobheadervalue4=0

https://www.sedecatastro.gob.es

José Luis Domínguez Martínez.

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Fotos:

Manuel de la Granja Alonso.

José Luis Domínguez Martínez.

Transcripción y montaje:

José Luis Domínguez Martínez.

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