Iglesia de San Juán - Villlafáfila

Estuvo situada al sur de Villafáfila, por el exterior, pero próxima a la muralla a la que daba nombre a una de sus puertas, esta iglesia da nombre al lugar donde estuvo edificada, la plaza de San Juan.

El Titular de la misma fue sin duda alguna San Juan; pero como en todos los libros parroquiales lo encontramos sin adjetivos; puede surgir la duda si era el Bautista o San Juan, El Apóstol. Se puede confirmar, sin temor a equivocarse, que se trata de San Juan Bautista; porque tenemos una imagen de San Juan y ésta es de San Juan Bautista como lo denotan su simbología (el cordero), pies descalzos, brazo derecho totalmente desnudo, dejando al descubierto, debajo del manto, parte de la túnica, pelo y barba abundantísimos, etc. detalles que encajan totalmente en la manera tradicional de representar al Bautista. Ahora bien, si tenemos en cuenta que en ninguna de las otras parroquias se halla inventariada, ni siquiera aludida, imagen alguna de San Juan, concluiremos que está no puede ser otra que la del titular de San Juan.

Y aquí no se puede por menos de consignar una anécdota relativa a esta imagen, En la mañana del viernes Santo tiene lugar la procesión del “Encuentro”, en la que entre otra desfila la de San Juan. ¿Qué hombre de Villafáfila, al pasar de la niñez a la adolescencia, no hizo sus pinitos semanasanteros, portando en dicha mañana a San Juan y, cuando había sermón, esperando en la plaza con emoción a que el predicador pronunciase la frase ritual “Corre, Juan a ver a María”, y salir inmediatamente corriendo, para realizar el encuentro y ejecutar a continuación la “reverencia Sin embargo, de ese Juan de tan gratos recuerdos de adolescencia, y aquí está la anécdota Juan el Bautista (su imagen) ha suplantado, en esta procesión al otro Juan, el Apóstol, que fue el que acompañó a María en aquella mañana del primer Viernes Santo.

En 1228 el centro administrador local de las rentas de Astorga en Villafáfila es la iglesia de San Juan:

“In Villa fafila et in Lampreana, ecclesiam Sancti Ioanis cum pertinenciis suis et vineas et hereditatem et tercias ad cellarium episcopi pertinentes”[2].

En 1310 el Cabildo de la catedral de Astorga y el obispo don Alfonso firman un contrato con el infante don Juan, en el que, a cambio de ciertas concesiones del infante, le hacen entrega por los días de su vida de:

“el nuestro Cillero de Villafáfila con todos aquellos nuestros derechos que son de la nuestra Messa” …

Aparte de estos bienes de la mesa episcopal, el cabildo y el arcediano del Páramo, donde se integraba el arciprestazgo de Villafáfila poseían bienes como la iglesia de San Juan que no se cita en la relación de la mesa episcopal porque sus rentas pertenecían al arcediano.

Sabemos que dos de ellas se desplomaron en 1732 sobre el tejado del hospital de San Juan:

“30 reales para la reparación del hospital de San Juan por haberse hundido allí dos campanas de la dicha iglesia”[3].

Se repusieron en la torre, aunque la parroquia fue suprimida a finales de ese siglo, pues en 1795 el administrador de la Real Fábrica de Salitres que se construye en la villa dice que:

“había mandado el Sr Obispo de Astorga derribar una yglesia (la de San Juan), cuya torre y paredes son de piedra buena, y me han asegurado que venderían muy barato...”,

por lo que solicita su compra para el ensanche de las fábricas. Y propone una nueva utilidad para las campanas, fundirlas para hacer unas calderas de metal:

“se podrian comprar las tres campanas si se quieren hacer calderas vaciadas”.

La respuesta del obispo a la propuesta de compra es que tiene que pensarlo mejor porque ha sido lugar sagrado y cementerio de difuntos, antes de decidir el destino que se le ha de dar.

Al desaparecer la iglesia de San Juan pasó a San Martín, y luego al desaparecer está a Santa María del Moral, conservada en el Museo Parroquial.

Tenemos referencia documental de San Juan sin especificación alguna. Creemos que se refiere a la imagen de San Juan Bautista por ser la única que posee y por la concordancia con su simbología. Sin embargo, se confunde con la imagen de San Juan Apóstol en el desfile procesional del Viernes Santo, según se indica en el Encuentro en Semana Santa.

Desde 1831 se subasta San Juan junto a Jesús Nazareno y Ntra. Sra. María y la trompeta, por lo que es de suponer que desde entonces se celebrara la ceremonia del Encuentro, del Viernes Santo a la mañana. y ese año valen menos: Jesús 72 R., La Virgen 33 R, S. Juan 9 R, la trompeta 9 R, y las cruces de pedir 7 reales.

Al desaparecer la iglesia de San Juan, paso a la iglesia San Martín, después desaparecida esta, a la iglesia de Santa María del Moral.

Representa la subida de las almas del purgatorio al cielo, después de haber purgado sus culpas.

Según consta en el Apeo de todos los bienes de la parroquia, efectuado en 1763 por el Notario e hijo de la Villa de Manuel de Vitacarros Torre, la rectoría o Curato tenía ocho tierras, cuya cabida era de 27 fanegas, más una viña de una cuarta y treinta palos (pág. 17-19). Y la parroquia tenía 17 tierras con una cabida total de 59 fanegas (pág., 20-24).

Se percibían en esta parroquia en la siguiente proporción: granos corderos: 1/3 para el cura 1/3, para el Arcediano del Páramo, y 1/3 para el Convento de San Marcos de León. Garbanzos, vino y lana 2/3 para el cura y 1/3 para el Arcediano del Páramo. El párroco percibía en total, unos años con otros, según el catastro del Marqués de la Ensenada, de 1751, 4 cargas y 4 ochavas de trigo, 12 carcas de cebada, 3 de centeno, 3 celemines de garbanzos, 11 cantaros de vino, 1 cordero y 1/2, 1 arroba de lana.

Que en todas las parroquias constituían en 1 ochava llegando a 9 de cosecha, y que pertenecía, no a los curas sino a las Fábricas de las Iglesias, ascendía a las siguientes cantidades: 2 fanegas de trigo, 6 de cebada y 4 de centeno.

Se percibían también diezmos por los Yermos (tierras poco productibles) en la siguiente proporción: 1/3 el Obispo, 1/3 San Marcos, 1 los párrocos y 1/6 el beneficiario de Yermos, que en dicho año lo era D. José Pesquera de Valladolid.

El primer libro de cuentas de la misma data del año 1672, aunque su fundación es muy anterior, sin que se pueda precisar la fecha exacta. Una vez suprimida esta parroquia pasó a la de San Martín, y, suprimida está última, a la de Santa María. La actual Cofradía de Ánimas es, pues la de San Juan. A ella pertenecían como cofrades, no solo los feligreses de San Juan, sino también los de restantes parroquias, ya que no había otra cofradía de Ánimas en la Villa. Referente a los días de ánimas hay un mandato de la Visita de 1775, por el que se ordena:

“que los días de animas no se toquen las campanas más que hasta las 10 de la noche y no de anochecer al anochecer, como se hace”[4].

Que fundó el Arcipreste Diego de Robles en 1546, siendo el primer capellán Hernando de Robles, criado del Fundador. Era de patronazgo de la familia de los Robles. Sus bienes fundacionales consistían en 26 tierras (69 fanegas en total), y una era de una cuarta. Y Tenía como carga decir una misa semanal (52 al año) y una cantada el día de la fiesta, teniendo que celebrarse todas ellas en su altar.

Fue fundada por Catalina de Velasco en el siglo VXII, cuyos patronos, alternativamente eran Jacinto Velasco y sucesores, y Antonio Velasco Salves y sucesores. Tenía estos bienes: 49 tierras, con cabida total de 127 fanegas; 7 viñas, con 6 y 1/2 fanegas; 3 censos, de 100 reales de principal y 33 reales, al año, 1 casa y 1 cueva. Todos ellos rentaban, al año 10 cargas de pan. (Marqués de la Ensenada). Tenía como carga decir una misa semanal (52 al año) y una cantada el día de la fiesta[5].

Nada menos que 15 eran los aniversarios en esta parroquia, cuyas cargas constituían, generalmente, en aplicar un número de misas anuales, número que oscilaba entre una y veinte, conforme a las rentas que cada aniversario se produjese. Uno de ellos tenía por carga encender la lámpara del Bendito Cristo, y otro, denominado de "Las Beatas", pagar una ochava de trigo, cuatro velas y una jarra de vino el 6 de agosto, fiesta de la transfiguración[6].

En el libro de cuentas de los años 1730-1770, de esta Pía Memoria y en la pág. 1 y ss. tenemos la copia del Testamento que, el 3 de julio de 1523. Hizo D. Hernán Fernández de Robles, Cura de San Juan y Arcipreste de Villafáfila, por el que funda esta Pía Memoria. Para lo cual Manda:

2º Que en esta iglesia se han de decir por su alma "para siempre jamás" una misa y responso diario.

"todo el término redondo de San Fagúndez como he tengo y el término del Monasterio de la Vega, excuto la tierra que está en el término de Otero, a do dicen Sancti Uste; otra, de tres cargas, otra, de dos cargas; otra, de una carga; otra de dos cargas y media de cebada".

Según el Apeo de San Juan tantas veces ya citado, constituían los bienes de esta Fundación 18 tierras, con una cabida total de 430 fanegas, de las que 70 eran de 1ª, 104, de 2ª, 80 de yermas; y el resto de 3ª. Aunque generalmente, las tierras de las fundaciones eran de poca cabida, no ocurre así en ésta, ya que hay una de 23 fanegas, otra de 30, otra de 88; y otra de 247.

4º Solo se podrán ser arrendatarios de tales tierras los feligreses de San Juan.

5º Que estos bienes se administren, por el Cura Párroco y hombres buenos y labradores de San Juan. Efectivamente, todos los años el día de la Transfiguración (6 de agosto) se nombraba un mayordomo y dos capellanes, que dijesen las misas. En dicho día se celebrará una función y se daba un refresco a los religiosos. En el año 1738 rentaban 12 cargas y 6 cuarteles de trigo, y 12 cargas de cebada, que se recogían en la panera de la Pía Memoria.

Por lo que más llama la atención en este testamento es la cláusula siguiente:

“Quiero, y es mi voluntad, que no entiendan Papa, ni Arzobispo, ni Obispo, ni Prelado, ni otra persona, clérigo ni seglar, en la dicha administración de los dichos bienes y heredades, e deponer e quitar clérigo o clérigos que digan las dichas misas e en la gobernación de todo ello, sino solamente los duchos curas e parroquianos e feligreses de la dicha iglesia”.

Dentro de la jurisdicción de San Juan hubo un hospital, nominado de San Juan o Divino Pastor. La primera noticia que tenemos de la existencia de este hospital, llamado así por ubicase en la parroquia de San Juan, en la inmediación de la iglesia, es de 1541, cuando en el padrón se cita entre los vecinos a: “La Toria pobre, espitalera del hospital de San Juan”. Aunque su existencia debe de ser anterior, pues ya he apuntado antes, que en 1538 ya había otros hospitales en la villa aparte del llamado de San Pedro.

Estaba contiguo a la iglesia, con la que comunicaba con la parte cercana a la tribuna de torre de la misma: detalles que hallamos en los libros parroquiales: En la visita del año1730:

“visito Su Ilustrísima el hospital de San Juan, que está contiguo a esta iglesia”[7] y “el 28 de octubre de 1643 murió en el Hospital un pobre que se llamaba Juan Martín natural de Viana del Bollo, enterrándose junto a la puerta de hospital cerca de la tribuna”[8].

Se suprime como parroquia en el año 1775. Aunque no hemos hallado decreto alguno de supresión, ello se deduce del libro de bautismos, 1762-1784, pág. 21 vta., en lo que el bautizante se titula, por primera vez, “párroco de San Martín y San Juan”. En lo sucesivo todas las partidas (de bautismo, casados, y matrimonio) llevarán ese encabezamiento. Su último párroco fue D. Benito Alonso, que pasaría a regir la de San Martín, vacante entonces y a la que había sido enajenada la de San Juan.

Fue demolida antes de 1807 pues la primera referencia que tenemos al respecto la encontramos en las cuentas que dicho año presenta el mayordomo de San Martín, Blas Tejedor. En ellas se anota la siguiente partida de gatos:

“Iden. Es tada ciento y sesenta reales por cercar la iglesia de San Juan, sacar la piedra y ladrillo y conducirlo a la panera de la Pía Memoria”[9].

Pero no debió de ser total la demolición, pues en 1814 todavía se hallaban en pie algunos arcos y la torre, al menos en parte[10]. Alguna de esa piedra se vendió a la parroquia de el Salvador[11].

Villafáfila: Historia y actualidad de una villa Castellano leonesa y sus iglesias parroquiales. 1996. pág. 415-420.

Historia de las explotaciones salinas en las lagunas de Villafáfila. Págs. 97 y 98.

Zamora: Instituto de Estudios Zamoranos “Florián de Ocampo”, 2000. ISBN 84-86873-87-8.

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[1] San Juan en 1165 (Serrano, 1927: doc.59).

[2] A.D.A. Cámara Episcopal, perg. 2/40. Publicado por Cabero, 1989: 45.

[3] Lib. Fáb. de San Martín en 1732.

[4] Lib. Fáb. San Martín, 1746-1807, pág. 81 vta.

[5] Lib. Fáb. San Juan, 1728-1750, pág. 74 vta. y 75.

[6] Lib. de Aniversarios, pág. 1 y ss.

[7] Lib. Fáb. San Juan, 1726-1750, pág. 32 vta.

[8] Lib. de Difuntos, 1598-1774, pág. 293 vta.

[9] Lib. Fáb. San Martín, 1808-1896, pág. 8.

[10] Lib. Fáb. San Martín, 1808-1896, pág. 29 vta.

[11] Lib. Fáb. San Martín, 1808-1896, pág. 95 vta.