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PIERDA FINA - VILLAFÁFILA |
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¿Qué es la Piedra Fina? Solo hay dos elementos que tengan tanta relevancia en Villafáfila salvando sus peculiaridades la Trompeta de Semana Santa[1] y la Piedra Fina.
¡Una piedra tanta relevancia se preguntarán a sí mismos! los que la desconozcan, ¿qué es, de la mejor calidad de todas las piedras, un meteorito, su valor económico, es mágica, o tiene propiedades de sanar, pues nada de todo ella es una piedra pura y dura. A todo aquel no sea de Villafáfila, o simplemente ya no haya nacido con su presencia entre (2001-2024), comenzó siendo simplemente como se dice una piedra simple es una piedra, pero una piedra una pierda mármol negro Marquina de 7 arrobas (80Kg), fina de color gris oscuro, casi negra, con vetas blancas de fina textura, colocada en lo que fue la casa-palacio del marqués de Távara, señores de Villafáfila desde 1542-1836 en su fachada este, que servía de alféizar de una de las puertas de la fachada principal cara este del edificio, que estaba sobre elevada del suelo unos 30 centímetros, que se usaba de asiento público, su ubicación privilegiada desde el que se divisaba toda la plaza Mayor y parte de la de San Martín con cierta perspectiva. Con una historia que la ha hecho particular en el transcurso de los dos últimos siglos de esta Villa de Villafáfila. Su ubicación con el tiempo la convirtió en lugar preferencial de aposentarse en ella, con sus culos, los vecinos de la Villa le fueron dando una gran relevancia, como para bautizarla con el nombre de “Piedra Fina”. todo un símbolo de nuestra infancia. La convirtieron en un gran punto de referencia de la plaza Mayor muchas de las quintadas jóvenes pasaron horas en ella y a su lado, haciendo juegos, confesiones, cortejos, etc. lo que lo convirtió no en una simple pierda, sino en la Piedra Fina, que se ganó su cariño y mito.
Origen de la Piedra Fina No tenemos referencias del origen de la Pierda Fina. Entre las conjeturas de donde sería o no sería, circulaba una de mayor calado, casi por la que se puede decir que fuese así, sin descartar otra, que sería traída en su momento del Monasterio de Santa María de Moreruela cuando fueron des enclaustrados los monjes que lo fueron por tres veces entre la primera y tercera década del siglo XIX[2], hasta finalmente en 1836. Los vecinos de Villafáfila movidos por los párrocos del pueblo del momento de las iglesias de Santa María del Moral, San Martín, El Salvador, y San Pedro, trajeron algunas de las pertenencias del monasterio Santa María de Moreruela, que aún se conservan, los dos sillones del coro[3], algunos santos, San Benito y San Bernardo, unas telas que fueron puestas en el retablo Mayor de la iglesia Santa María del Moral de Villafáfila[4].
Como se refleja en 1812 en el Libro de Cuentas de Santa María del Moral de Villafáfila: “…se asignan doce reales de gasto por alimentación de los feligreses, que en los días festivos iban con carros de bueyes a traer los despojos del Monasterio de Moreruela con destino a esta iglesia”[5]. Lugar, pertenencia y localización de la casa-palacio del marqués de Távara, donde estaba ubicada la Piedra Fina Historia del lugar y pertenencia de la casa-palacio del marqués de Távara El lugar donde estaba ubicada la piedra fina, es la llamada casa-palacio del marqués de Távara que se encontraba en medio del casco urbano, quedando al norte parte de la plaza Mayor, al esté la plaza Mayor su fachada principal que tuvo el escudo, al sur la plaza del Reloj o Pequeña donde se encuentra el Ayuntamiento y al oeste la calle Rejadorada.
Durante la Edad Media, el edificio símbolo del poder en Villafáfila, era el Castillo o fortaleza, situado en el ángulo noroeste del recinto amurallado, hoy, incluido en el caserío. Allí residían los alcaides puestos por los comendadores de la Orden de Santiago, que también tenían una casa en la plaza pero que en 1494 era un solar abandonado. La referencia más antigua que nos ha llegado de ella se produjo por el siguiente hecho, donde las intenciones de dominio de D. Rodrigo Alonso de Pimentel Quiñones[6] IV conde, I Duque de Benavente sobre Villafáfila, se mantienen a lo largo del siglo XV, hasta que, en tiempo de las guerras civiles del reinado de Enrique IV en torno a 1467, y coincidiendo con el enfrentamiento de D. Rodrigo Pimentel Quiñones con su suegro, el Marqués de Villena Juan Fernández Pacheco y Téllez Girón[7] maestre de la Orden de Santiago[8], se apodera de Villafáfila por un interés puramente económico. La entrega de Villafáfila a su hermano D. Pedro Pimentel y Quiñones[9] Señor de Távara por parte del conde su hermano, fue fruto de un concierto entre ambos, por el cual el conde recibía de don Pedro la villa de Almança y el lugar de Pobladura, que poseía desde la muerte de su primera mujer, doña Francisca de Almança. Este concierto se estableció mediante escritura firmada por ambos hermanos el 30-XI-1470[10]. Por ello don Pedro hace entrega al conde de su villa de Almança con su fortaleza, tierra y jurisdicción, pechos y derechos, a cambio de recibir del conde, en un plazo de dos años, otro tanto igual, tanto de rentas, como de jurisdicción y vasallos en otra parte, al recibir la villa de Villafáfila, estableció su residencia temporal en ella, para lo que compró unas casas en 1475, que sería la futura llamada popularmente casa-palacio del marqués de Távara, que llego hasta finales del s. XX. “unas casas de Pedro de Porras y María González, su mujer, con su corral y su patio en la colacion de San Martín, en la Plaza, dentro de la villa, linderos casa de Juan de Villagómez y lagar de Alvaro de León, bodega de Juan de Vaderas y calles publicas y plaza del concejo. En Villafáfila a quinze dias de enero año del nasçimiento de nro salvador de mil e quatroçientos e setenta e çinco años. Testigo: Yván de Collantes, alcaide, Pedro Martínez mozo, Juan de Muélledes y Juan Zapatero. Alfonso Sánchez, escribano y notario publico”[11].
Don Pedro vivía en Villafáfila con su familia, pues diferentes personas a principios del siglo XVI, recuerdan a su segunda mujer, doña Inés Enríquez de Guzmán[12], hija del Conde de Alba de Liste, viviendo en la villa, en la fortaleza primero: “se acordava aver sydo señor de la dicha villa don Pedro Pimentel padre del dicho don Bernardino e ber bivir e morar en ella con su mujer doña Ynes que bivia en la fortaleza que a la sazon avia en Villafáfila”, y después en su casa: “conoce a doña Ynes de mas de çinquenta años (de antes de 1478), e vivio con ella e con el dicho don Pedro puede aver çinquenta años e fue su carretero dos años”. En ella, probablemente, naciera su hijo Bernardino Pimentel y Enríquez, que en 1542 compró la villa, pues los vecinos viejos de Villafáfila recuerdan en 1546 que lo conocen desde pequeño cuando andaba a la escuela en Villafáfila: “conosçio a don Bernaldino desde que fue niño pequeño, criado en esta villa en casa de don Pedro”, o “conosçe a don Bernaldino desque ambos dos, el e este testigo, heran pequeños e andavan a la escuela”, posiblemente en casa del escribano Antº de Villegas, que enseñaba a leer a niños[13]. En agosto de 1497 mediante escritura hecha en Villafáfila, D. Pedro y Dña. Inés fundan mayorazgo sobre las villas de Távara y Alija y sus tierras y otros bienes patrimoniales, en favor de su hijo don Bernaldino[14].
Con la restitución de la villa a la Orden de Santiago por los Reyes Católicos en 1497, don Pedro ya no necesitaba la casa y se la compra su hermano el Conde de Benavente D. Rodrigo Alonso de Pimentel Quiñones en 1499 por 50.000 mrs.
Mas tarde Juan Alonso Pimentel y Pacheco[15] II Duque, V Conde de Benavente, el 4 de julio 1507 se expide una cédula en favor en su favor, haciéndole provisión de la encomienda de Castrotorafe. Una de los las obligaciones como comendador era residir en la encomienda cuatro meses, el conde D. Alonso, para obviar la obligación de residencia durante cuatro meses al año, que tenían los comendadores, adquirió una casa en Villafáfila, la misma que antes había pertenecido a su tío D. Pedro Pimentel y Quiñones señor de Távara, situada en la Plaza, aunque las pocas veces que posaba en Villafáfila, era yendo de camino, y no siempre lo hacía en esta casa-palacio, sino que se hospedaba en casa del arcipreste D. Diego de Robles[16], perteneciente a las familias de hidalgos que estuvieron siempre bajo el patrocinio de los Pimentel, desde mediados del siglo XV. fundó el Capellanía de la Concepción, en la iglesia de San Juan en 1546. “que si algunas vezes yva o venía a la dicha villa de Villafáfila era yendo de camino, et que si algunas veces posaba e estava en la dicha villa eran muy pocas veces e posaba en la casa que se llama de palacio e en la casa del arçipreste”. Le sucedió en la encomienda su hijo, de nombre D. Pedro Pimentel Pedro Pimentel y Velasco (1517-1583), I marqués de Viana del Bollo, trece, Comendador de Castrotorafe (1520) en la Orden de Santiago [17], que venía pocas veces a la villa, salvo en una ocasión: “por causa de que morían en la villa de Benavente, donde residía” “estuvo de asiente çiertos días que serían tres o quatro meses poco más o menos … vio este testigo que él y sus criados posaban en unas casas que en la dicha villa tenya el conde viejo, su padre”. Esta casa fue vendida por Antonio Alonso Pimentel y Herrera de Velasco[18], VI Conde y III Duque de Benavente 1542 a D. Bernardino Pimentel y Enríquez I marqués de Távara[19], en 1559 (era hijo de D. Pedro Pimentel y Quiñones[20] señor de Távara que había ocupado y tiranizado anteriormente) adquirió de la corona cuando éste compró el señorío (alfoz) de la Villa Villafáfila que pertenecía a la Orden de Santiago desde 1229.
El marqués de Távara una de las primeras actuaciones fue comprar casa. En efecto el 31 de enero de 1542, antes de haber tomado posesión de la villa, y conocedor de la opinión contraria de sus vecinos a darle posadas para él y sus criados, se firmó en Barcial del Barco la escritura de compraventa entre el Conde de Benavente, y don Bernardino Pimentel, de unas casas en Villafáfila, compra varias bodegas las que estaban hacia la plaza del Reloj, e inicio de la calle Rejadorada a la derecha, y lagares que estaban junto al palacio que daba a la plaza del Ayuntamiento o Reloj, y contra la calle Rejadorada, en la plaza, linderos casas de Gómez de Castro, corral y lagar de Diego de Villagómez, casa, corral, patio y bodega de Villalobos, clérigo, y con la plaza por dos partes, por lo que serían casi todo lo que hoy es la parte nueva de la plaza de su propiedad, por un valor de 38.000 mrs. Es decir, en la esquina entre las dos plazas. Que eran las mismas que anteriormente había residido siendo niño. a excepción de una bodega “bodega de Juan de Vaderas” más tarde llamada de los Costilla[21], La bodega de San Martín que linda con el palacio del marqués y a P y N con calles, medía de largo 17.7m por 5 de alto. “…y de bodega con lagar y cueva, con dos cubas, situadas en la colación de San Martín, lindera con el palacio marquesal por levante y calle del concejo por el norte”. Se corresponde con la bodega conocida hasta hace algunos años como de D. Ramón Costilla, incluida en la actualidad en el parque anejo a la Plaza Mayor. Como sus nuevos vasallos le movieron pleitos por los abusos a los que les quería someter, don Bernardino se enojó con sus antiguos paisanos y apenas volvió: “haze tres o quatro años estuvo un poco de tiempo en la villa, e luego se fue enojado, diziendo que no le avian querido dar posadas...; Quando viene don Bernaldino, que an sydo muy pocas vezes va a posar a casa de Juan de Castro e del arçipreste, porque despues que trae pleyto, pocas vezes viene a Villafáfila, que se pasa por Otero por no entrar en Villafáfila...; que no a bivido en la dicha villa ny bive, syno quando viene de camyno e pasa para Tábara o de Tábara a Valladolid, posa e biene a posar a casa de Juan de Castro o del arçipreste”. Las casas debían de estar ya en mal estado, y en ellas se encerraban los toros que se corrían el día de San Juan. Comenzaron a ser aderezadas en el invierno de 1545-1546, para convertirlas en casas de palacio como después, en 1560, se denominarían: “unas casas grandes, que llaman el Palaçio que son en esta villa, en medio de ambas plaças con unos corrales traseros que lindan por una parte con casas que ansy mesmo son de su señoría en que al presente vivo yo el presente escribano… que lindan con casas de la de Gaspar de Villalpando, barbero, y por delante con la plaza pequeña de la dicha villa… e por la otra parte de los dichos corrales lindan con el lagar y con la bodega que fue de Francisco Arias, defunto, vº desta villa que agora es de sus herederos”. Desde 1551 a 1566 don Bernardino, y después su hijo, compran casi todas las casas de la manzana, unas enclavadas en la colación de San Martín, y otras, las de atrás en la de San Pedro. Solo la bodega de la esquina noreste permaneció en poder de la familia Costilla hasta el siglo XX. Compras realizadas por el I marques de Távara. 1551 unas casas. 1552 bodega. 1556 suelos. 1562 pedazo de corral que fue bodega. 1566 una bodega con lagar en la colación de San Martín y otra bodega y lagar junto a ella, pero de la colación de San Pedro.
Como podemos ver en la delimitación de la fotografía de lo que era todo lo comprendido a la casa-palacio, era donde estaba la casa principal que daba su fachada más importante contra la plaza. 2 es la comprada por el marqués, una vez reformadas y agrandadas las casas en ellas vivían los representantes del marqués: el corregidor de la villa, y el escribano con sus criados, convirtiéndose en símbolo del poder señorial en la villa, a veces despótico, como el que ejercía el corregidor Soto a finales del siglo XVI, además del conjunto de casas, estaba compuesto corrales, por paneras para guardar grano, utensilios, etc., de mayor tamaña, a cabañales para caballerizas u otros animales. Y en ellas falleció el marqués de Távara en 18 de julio de 1559, otorgando su testamento el día anterior. Así paso el lugar de titular en titular, a partir con D. Pedro de Alcántara Álvarez de Toledo y Silva Mendoza[22] X marqués de Távara, XII duque del Infantado (1770-1790), es conocida como casa del duque del Infantado. Las casas se irían deteriorando con el paso de los siglos, aunque aún en 1779 en un apeo de las propiedades del duque del Infantado, en quien había recaído el señorío, se sigue denominando: “Casa Palacio en la Plaza, colación de San Martín linda y enfrenta al mediodía con la Plaza Pequeña y casas del Ayuntamiento, al naciente salen las puertas principales a la plaza grande, hace esquina con las puertas de la cárcel de esta villa, al poniente con bodega de don Francisco Costilla, al norte con la panera de la cebada que tiene dicho palacio en el que está conexa, hace esquina con la distancia de tres pasos”. La estructura aguantaba mejor que el Ayuntamiento que también se había construido en el siglo XVI, así en 1794 las elecciones municipales se hicieron: “en la casa palacio de su señoría por estar la del ayuntamiento expuesta a arruinarse”. En el momento de la guerra de la Independencia (1808-1814) la casa-palacio fue ocupada por los franceses sufriendo considerables daños y bien pudieran haber formado parte del viejo edificio que estaba en ruinas. El señor de la villa, D. Pedro de Alcántara Álvarez de Toledo y Salm-Salm, XIII duque del Infantado, XII marqués de Távara (1790-184.), y sus administradores, que proceden a la reclamación[23] a los vecinos de Villafáfila de diversas rentas que habían dejado de pagarle correspondientes a los años de ocupación francesa[24].
En agosto de 1815 la justicia le pide una demora en la cobranza de la deuda a su Excelencia el Duque por: “la suma decadencia en que la dejó la destructora guerra como que en toda su serie de años se mantubieron los enemigos un destacamento en este pueblo, y su continuo paso por la localidad que tiene para cruzar las tropas desde León, Astorga y Benavente a Toro y Zamora, asegurando la correspondencia de los exércitos”. El administrador García Patón desde Zamora informa al Duque de la mala disposición de los de Villafáfila y realiza tres acusaciones: La primera hace referencia a la destrucción de la casa-palacio mediante su uso como cuartel por las tropas napoleónicas, y el desmantelamiento de enseres y maderas por parte de los vecinos aprovechando este periodo de crisis: “estos que se dicen humildes vasallos han sido los más ingratos que sin respeto a los beneficios que han recibido desde el año pasado de 1543 hasta el cinco de enero de 1809 con los que han mirado con el mayor desprecio derechos y regalías de S.E. haciendo cuartel de su casa palacio sin respeto de tenerla amueblada con camas y demás propios usos que perora la mayor parte, las paneras haciendo sacar sus granos, sirviendo estas para los caballos durante la Guerra. Por último no quedan más que dos puertas y media quemando todas las demás, y las ventanas arrancando las rejas y balcones de yerro como también demoliendo la cocina hasta los cimientos llevándose las maderas della, y la de dos pisos enteros y lo mismo la de los cielos rasos de tres divisiones sacando aún los cargaderos de las paredes maestras de las divisiones interiores sirviendo dicho palacio en los tiempos que no había franceses de corral para encerrar toda clase de ganados que prendaban los guardas del concejo hasta que pagaban la pena, y dicho palacio de juego de pelota, que no pude contenerlos sin embargo de los oficios que les pasé, saltando corrales y demoliendo los tejados para subir por las pelotas y cojer nidos de toda clase de pájaros, y me obligó a tapiar puertas y ventanas con otros gastos...” Apunta a que la intención de los de Villafáfila era: “...no querer que quedase memoria de que en algún tiempo hubiese sido su señor y por lo tanto se decidieron, y puede decirse que a pasos acelerados, fueron a verificar el derrote y ruina del Palacio, de cuyos fragmentos se aprovecharon...”. Los vecinos se defienden de las acusaciones y alegan que La Guerra de la Independencia y la ocupación francesa supusieron una gran destrucción de los edificios y así lo testimonia el escribano Vitacarros: “La casa de S.E no fue ocupada para la clase de cuartel y sí de principal para la guardia de los franceses por disposición de sus comandantes, así quando estaban de guarnición en ésta, como cuando sus divisiones marchaban y contramarchaban por este crucero y ruta general que hicieron cuando bajaban de León Astorga y Benavente para Toro Salamanca y Zamora , si sólo que en dos remisiones o más de prisioneros que hicieron en Asturias y el Bierzo los tuvieron en la misma casa por su seguridad y comodidad, en el qual tiempo por retirarse y fugarse diferentes prisioneros padecieron perjuicio los cielos rasos y tabiques de la dicha casa y otra veces ocupaban con los renes y justicia así de este pueblo como las de su cantón, y que en las paneras, después de desalojadas de grano hicieron quadra y en la del Pósito Real de esta villa al paso de la división de Dragones y demás caballería y que permanencia de su destacamento por estar una y otra en la Plaza Pública, ... y si la Xª y vecinos se hubiesen olvidado de su respeto y celo se hubiese quemado diferentes veces pues anochecían y no amanecían en ellas, dejando las hogueras puestas en el patio y demás partes ocupadas, y al momento que se sabía su ausencia y otras veces que se estaba de observación se pasaba, como lo hizo este testigo, a reconocer la casa y apagar el fuego que en ella encontraban”.
La casa-palacio del marqués Távara, su última década hasta su venta, perteneció a la casa de Osuna, donde el título de marqués de Távara se había integrado en dicha casa a través de D. Mariano Téllez-Girón y Beaufort Spontin, XII duque de Osuna, XV duque del Infantado, XIII marqués Távara, 1845-1882.
D. Marcelino Trabadillo Fernández de Villafáfila “El Relator”[25], bachiller en leyes por la Universidad de Valladolid, abogado de los Reales Consejos, es Relator[26] de lo criminal en la Audiencia de Madrid, perteneciente a la burguesía madrileña, era ya administrador con anterioridad de toda la hacienda de Villafáfila propiedad del duque del Infantado, y marqués de Távara. En 1857 D. Marcelino compra toda la hacienda de Villafáfila propiedad del Duque de Osuna a D. Mariano Téllez-Girón, XII duque de Osuna, entre otras cosas la casa-palacio.
En estado era lamentable que se hallaban tras la compra al Duque de Osuna en 1857 junto con sus propiedades en la villa. Por tradición oral sabemos de la intención de Marcelino de reconstruir el palacio para lo que reutilizaría los restos del antiguo y adquiriría otros elementos constructivos posiblemente del monasterio de Moreruela, idea era reconstruirla y dotarla como palacio, pero había comprado gran cantidad de terrenos y lugares, tanto en Villafáfila, la Tabla, Bretó, Revellinos, etc. que no lo llegó a materializar esta idea, si reconstruirla después del estado que había quedado tras la guerra de independencia, y luego las reutilizaría. La casa pasó a ser propiedad por heredad a su hijo de D. Luis Trabadillo Ganado[27](hijo de Marcelino), en 1881, a la muerte de su padre, que no debió prestarle demasiada atención, que era pródigo y se arruinó.
D. Luis Trabadillo Ganado acuciado por deudas de sus fallidos negocios, hacia 1922 vende esta casa-palacio. Comprada por D. Pedro Miranda Gutiérrez, “Mirandín”, que reconstruyó una gran casa de dos pisos dedicada a vivienda, comercio, salón de baile y teatro y panera, que este compraría la bodega que estaba contigua que ya hemos descrito “bodega de Juan de Vaderas” más tarde llamada de los Costilla, al norte lo que hoy es la parte nueva de la totalidad de la Plaza Mayor, de mitad contra la calle Rejadorada, que era lindera de la casa-palacio, es la bodega más antigua referenciada de Villafáfila data de 1475, se corresponde con la bodega conocida hasta hace años como de D. Ramón Costilla, y la uniría a todo el solar, que haría pared a su línea.
D. Pedro Miranda Gutiérrez, “Mirandín” transmitió la casa-palacio a sus hijas, Dña. Fidela Miranda y su yerno D. Gabino Gutiérrez, mantuvieron el comercio hasta la muerte de éste. y Publia Miranda que estaba soltera, la casa en las últimas décadas tomo el apelativo también de “casa de Gabino o las Fidelas”.
Hacia 1990 el Ayuntamiento de Villafáfila compró la casa-palacio del marqués de Távara y todo el solar, siendo alcalde D. Luis Fernando Fidalgo Montero. En 1993 acogió la escuela taller las Salinas y después en 1995, la de Otero de Sariegos.
En el año 2001 la casa-palacio del marqués de Távara con todo su solar fueron derribados, siendo alcalde D. Antonio Jesús Rodríguez Valverde.
El lugar pasó a ser un espacio público contiguo y aumentado la plaza Mayor existente de toda la vida.
Localización exacta de la Pierda Fina dentro de la casa-palacio del marqués Távara La localización de la Piedra fina en la casa-palacio del marqués de Távara, al este en la fachada principal que estaba en frente de la plaza Mayor, estaba en la segunda puerta, era la más sobreelevada, contando desde la esquina de la Plaza del Reloj, correspondiente a un almacén y subida de la escalera al piso superior, estaba pintada de un color marrón claro, y formaba parte de la casa principal, era una habitación de paso y desde allí salía la escalera, después venía la puerta del salón de baile, seguido una de un ambigú que se cerró posteriormente. para acabar con la panera, casi en la esquina del frontón, en la que había dos piedras. Todas tenían losas blanquecinas, que igual de conservan, alguna tenía dos a modo de escalón,
La situación de la misma, elevada un poco con vista panorámica sobre toda la plaza, hasta la iglesia de San Martín. Alzada unos 30-40 cm del suelo y su textura pulida, hizo que se convirtiera en un lugar privilegiado y codiciado por niños y mayores para sentarse.
Desde su privilegiada ubicación que se asentaba la Piedra Fina en la casa-palacio del marqués de Távara, sentados en ella se divisaba quedado a la mano de la persona. La visión global con la vista de toda la plaza Mayor, parte media y sur de la plaza de San Martín, con las casas que la rodeaban cada plaza.
Sentada sobre ella según se miraba: Mano izquierda: El norte con vista global de la plaza Mayor, trinquete, parte norte de la pista de baile con las casas que rodean.
Al noreste de la plaza Mayor las entradas de las calles (izq.) de Dr. Fuertes (antes nombrada calle Costanilla) y (dcha.) la calle Lavapiés, solo separadas entre sí por la casa que fue del Dr. Daniel Fuertes.
Al frente: El centro de la plaza Mayor, pista de baile y las casas al enfrente.
Mano derecha, el sur: El globalmente el sur de la plaza mayor, parte media y sur de la plaza de San Martín que está contigua, con las casas que la rodeaban cada plaza.
Al sureste de la plaza Mayor esta contigua la plaza San Martín que se ve de esta plaza la zona media y sur, donde estaba ubicada la desaparecida iglesia de San Martín (hoy edificio de pisos).
Al suroeste esta la biblioteca y bar los Jubilados, lugar que fue escuela de niñas y cárcel, la zona centro sur y parte del sur de la pista de baile.
Forma de la Pierda Fina La Piedra Fina es una pierda mármol negro Marquina 7 arrobas (80Kg), fina de color gris oscuro, casi negra, con vetas blancas, que mide de largo … por … ancho entre unos 80 cm. de largo y de ancho unos aprox. 50 cm., justo daba para sentarse dos personas (lo de poner dos culos en ella, sobarla y afinarla).
Formaba parte de un grupo de piedra labradas, con moldura que estaban colocadas en las puertas de acceso a la casa-palacio, en la plaza, no había otra igual de su color por el pueblo.
Las puertas más al norte contra el frontón correspondientes a una panera, al salón que hizo también de baile tenía las otras piedras.
Había otro grupo de las mismas características, con moldura, aunque algo más largas en la cortina de la fábrica actualmente el mesón las Lagunas y esos edificios.
Mitificación de la Piedra Fina Era tan fina, que las gentes de la Villa, tantas generaciones hicieron costumbre de aposentarse en ella donde solo cabían dos personas, si había más gente se sentaba en el suelo alrededor, que se convirtió en algo simbólico. Al salir al recreo en la escuela de párvulos que estaban la escuela de niñas (hoy biblioteca), o al llegar a la plaza desde cualquier esquina lo primero que hacíamos era mirar si estaba libre y correr a tomar asiento en ella: “¡A la piedra fina!”
El tiempo y la reiteración de aposentar las nalgas en ella le fue dando a ser, un lugar en la plaza muy privilegiado, codiciado, carismático, mágico, popular entre los vecinos de la Villa, llegando a tenerse por la Piedra Fina un gran valor sentimental, que al pedrusco le habían entronizado, nadie cedía, pues tanta gente de bien había participado, en su afanada labor puliendo aún más su superficie, con el culo a su babor. Con paciencia abrillantada en un principal lugar. En un decir teórico pudiera ser, o no tan teórico el partirse el culo por sentarse en ella cual trofeo se tratará o un realce estar culo en ella, y el resto al suelo como dé una condena se tratase, ¡muy fina y tan lisa!, que tal empezó la afición, se convertían en adicción, por sentarse en ella, entre todos le habíamos sacado brillo, por la tremenda fricción que cada día recibida un batallón de culos al que así contribuían entregados a tal misión. Esto hizo que la Piedra Fina fuera muy bien afinada desgastada con ahínco, se interiorizo tanto, que las quintadas, una detrás de otras se sentó en ella, convirtiéndola tan popular y sentimental, que se le dio bautismo y todo el mundo la llamara “La Piedra fina”, esta noble circunstancia, sin duda le que hizo incrementar su valor, ya no era una piedra sino, nuestra Piedra Fina, así se puede decir que estuvo siglo y medio, desde finales del primer tercio del s. XIX a fin del siglo del XX. Tal era ya su poder sobre todos los vecinos de la Villa, que no había nadie que no sucumbiera a su encanto de aposentarse con su culo, entronizarse en ella, nos servía de atalaya avistando todo como si un cernícalo estuviera en alto vuelo. Pero a su merced no solo se producía ello, sino que surgía en su esfera donde de asiento para jugar se hicieron corros de juegos a la contrugada, a picalabreza de pequeños, niños a la taba, chiquillas a las estampitas, en ella se produjeron cientos de confesiones y conversaciones de jóvenes, de amistades, enfados, mozos, a los encantos de juventud, declaraciones de primeros amores, con conquistas, primeros besos, algunas caricias íntimas de adolescentes y sueños rotos, no tenía descanso en el año la Piedra Fina, a cualquier hora del día y de la noche. Así nos relataba en 2011 el Novillero en el antiguo foro de Villafáfila añorando su adolescencia: “Apoyo mi espalda sobre la pared, hace bochorno y el muro orientado al norte, aún conserva el frescor de la noche. Mientras apuro con calma el Malboro, antes de pasar a tomar una caña en el bar de los Jubilados”. Desde allí, rememorando el pasado: “Ese cuadrilátero, la Pista…El mundo giraba en torno a esa pista y la pista giraba en torno a esa piedra, el banco de aquel primer beso, el del tacto torpe de tu primer sostén…”. Las inclemencias del tiempo fueran cual fuese la estación del año, no era impedimento, desprendía su radiante atracción, los inviernos esas chavalerías el poder de la Pierda Fina era más fuerte que el frío de las heladas, nieblas, incluso el estar en ella, la lluvia ni el viento la restaban, los veranos con su tórrida canícula, ¡hay cuantas luces de ocaso con entrega total a sus encantos! Si por sentarnos le hubiéramos dado una simple propina, habría sido la rica el pueblo. Todo ello, de quintada a quintada, incluso de generaciones, abuelos, padres, hijos, te hablaban de allí haber estado aposentados, según pasaba más la estimaban, quien no sepa de ella y escuche dirá que si no era una piedra o pedrusco sería un diamante, pero no, nosotros le contestaríamos era nuestra Piedra Fina. Otro comentario vertido del antiguo foro de Villafáfila añorando los recuerdos infantiles que le suscitaba a Sidi: “Que recuerdos traes de mi niñez, te considerábamos como una joya, con tu cara lisa, tu gris piel con esas betas finas blancas, hacías una atracción hacia nosotros, todos queríamos sentar nuestras posaderas en ti, que ratos a tu alrededor, de juegos como a la taba, a los cromos, comer los helados comprados en lo del rojo, que charlas más duraderas ¡uy si hablaras! que de secretos guardas, como dice el novillero algún roce de manos, un cruzar de miradas dulces y confidencias.” Pero el azar sin ninguna maldad de por medio la hizo enmudecer, a los que ya sabíamos de su sentir, ¿desapareció?, las últimas dos décadas, las primeras del s XXI las nuevas generaciones de la Villa se quedaron sin su finura, disfrute y la pulida con su culo en ella, y de aquello, quedo el dicho que todo el mundo diciendo: “si la Piedra Pina hablara…”. Poesía a la Piedra Fina PIEDRA FINA DE VILLAFÁFILA
Tal era la afición por sentarse en esa piedra, Pues entre todos le habíamos sacado brillo.
por la tremenda fricción cada día recibida por un batallón de culos al que así contribuían entregados a tal misión.
Esto hizo que la piedra fuera muy bien afinada desgastada con ahínco y todo el mundo llamara “la piedra fina”
Esta noble circunstancia Sin duda fue lo que hizo Incrementar su valor.
Cuando aquellas casas desaparecieron hubo mucha gente atenta, para llevarse la piedra Triste, ajada, vacilenta
Hay mucha especulación, sobre quien habrá sido el raptor que para siempre del olvido Capturó con devoción.
tal era el valor sentimental que el pedrusco poseía, Pues, aunque no era bonito, aun así, nadie cedía
Pues tanta gente de bien había participado En su afanada labor Puliendo su superficie Con el culo a su babor.
Yo la puedo imaginar Con paciencia abrillantada En un principal lugar
Y que aún hoy, su dueño se sentará largos ratos, tratando de que la piedra hable con él.
Que le cuente esos relatos que escucho tantos veranos luces de ocaso, sueños rotos Con entrega total a sus encantos.
Y de aquello, quedo el dicho que todo el mundo conoce
“si la piedra fina hablara…”
D. Julio César García Martín La Piedra Fina que pasa a la literatura, de la mano del escritor D. Javier Martín Lorenzo en su libro de novela “Nana y las cebollas”, del 2022. “Sentada en ella Nana entendió una madrugada el significado de su vida pasada y la esperanza que le traería el futuro, junto a su nieta Lola Piedra Fina. Cuando llegué y me senté sobre ella, sentí en mis carnes el frío de su mineral y entonces un escalofrío de ansiedad y angustia recorrió mi cuerpo, como si de un chispazo eléctrico se tratase. Desde su posición se veía toda la plaza y al mirar vi que aún quedaban unos pocos rescoldos de la hoguera prendida unas horas antes. Sabiendo que era un sinsentido lo que estaba haciendo permanecí un buen rato con los ojos cerrados, esperando la señal que hasta la afamada piedra me había llevado. Los minutos fueron pasando y solamente el frío de su textura en mi culo era lo que yo sentía, entonces me levanté y al hacerlo pude comprobar que estaba amaneciendo. Quieta junto a la Piedra Fina permanecí apenas unos segundos más, segundos que fueron suficientes para que me llegase la señal que Sole desde la ultratumba me estaba revelando, regresando sobre mis pasos con la clarividencia mostrada, ¡toda una simbología!, acaso puro simbolismo”[28]. Cuando vuelva a su emplazamiento original, junto a la revivida higuera del huerto de Miguel Hernández, se convertirán en puro simbolismo mágico de Villafáfila. Lugar central de la villa, donde pajarearán las almas de Ramón y Miguel, donde se sentará Nana con su nieta Lola a repasar su vida, donde nuestra niñez nos saldrá al encuentro para rememorar las vivencias con nuestros vecinos y seguir formando una memoria compartida de la villa. Traslados de la de la Piedra Fina al dejar su emplazamiento original, custodia, y vuelta a su lugar Un cúmulo de avatares hizo que la Piedra Fina, durante las dos últimas décadas no estuviera en su lugar y con ello el disfrute como les hemos relatado, no le busquen ninguna mala fe, pues no la hay por parte de nada ni nadie.
Con el derribo hacia el año 2001 de la que fue la casa-palacio del marqués de Távara con todo su solar, siendo alcalde D. Antonio Jesús Rodríguez Valverde[29], pasó a ser un espacio público como plaza, aumentando a la contigua plaza Mayor existente de toda la vida. Pero no hubo gente atenta a la Piedra fina, la piedra triste, ajada, vacilenta que en el trasiego desaparece o supuestamente desaparece. Sin saber bien como desapareció o no lo fue tanto su desaparición o quedo en hipotético algún olvido, o vaya usted a saber o decir, ha generado mucha especulación, cábalas, rumores, conspiraciones, ¡bueno galán! que todo vecino parecía que era presunto culpable sobre la Piedra Fina, sobre quien habrá sido el posible el raptor se decía que para siempre por olvido capturó con devoción, que aún hoy, sentará largos ratos, tratando de que la piedra hable con él, todo eran lucubraciones de lo más dispares. Si una de ellas, que habían comentado de como el dicho dicen, que dice de un tercero, tenía cierto grado de ser posible, pero como el resto de vecinos el tiempo fue pasando. Durante dos décadas, no se la ha visto con su finura, las generaciones que la conocieron le echaban de menos: “andará la pierda fina, con lo bonica quera ella, bien sutuá, en medio la pla Mayor, a la casa el marquesote, controladora ella, dede su alta lozana, de to lo que pasá, de a ca esquina de la pla, no sele escapa ninguno, ni menudo, ni grande, ni sñráta, ni abuela, ni que fuese a baile, o a jugar al corro, o con la procisió del imponente Jesús el Nazareno”[30].
En el transcurso de este trabajó arrancado al comienzo de la pandemia, y buscando datos e indicios, D. José Luis Fernández Alonso “Caña”[31] vecino de la Villa que en aquel momento de supuesta desaparición era operario del Ayuntamiento ya hacía años, con su testimonio sobre la Pierda Fina, que ese relato ya de un tercero que concordaba me pone en la pista, donde manifiesta presuntamente pudo ir a parar después de quitarla de su lugar, comentado que: “La Pierda Fina después del derribo (2001) fue trasladada a una panera propiedad del alcalde de ese momento D. Antonio Jesús Rodríguez Valverdeque durante un tiempo hizo de almacén para el Ayuntamiento donde se guardaba material de todo tipo”.
La ubicación de esta panera que está a mitad de la calle Jesús, su cara sur de la panera y donde tiene la entrada a ella, calle muy céntrica del pueblo, y a 100 m del Ayuntamiento calle abajo del que dicha calle tiene tres salidas: · Al oeste contra la plaza de San Martín. · Al norte con la calle la Fragua (que hace esquina y da la cara y oeste de la panera). · Al oeste con la calle el Rosario. “Cuando dejo de hacer de almacén para el Ayuntamiento la Pierda Fina se traslada a en un almacén propiedad de “Ricar” (D. Ricardo del Río Rodríguez[32]), y es lo que yo sé”[33]
La ubicación del almacén de Ricar está al sur del casco urbano, quedando entre: · 1- al norte contra la casi extinta la laguna de Santa Marta. · 2- al este al llamado desde antiguo al camino de Villarrín, hoy digamos justo donde arranca, que también lleva a Otero de Sariegos, situado al oeste de la Salina Grande. · 3- al oeste hace linde con otra finca, y próximo el regato que bajan aguas de la zona de la Memoria y el Pradico, del ramal de la caven de San Juan, y del Monte, que pasa justo por la cara norte contra la laguna de Santa Marta y juntándose con el desagüe de San Juan, que lleva las aguas a la Salina Grande. · 4- al sur con parte de la finca de su propietario. Ante este testimonio que dé la Pierda Fina fuese guardada en la panera de la calle Jesús, su propietario a D. Antonio Jesús Rodríguez Valverde, alcalde que fue de ese momento y dueño de la panera, preguntado ante dicha posibilidad que fuese allí guardada, responde: “No recuerdo si la Piedra Fina fue allí guardada y después trasladada, además como era un almacén que era abierto por el usuario que necesitara algo de allí almacenado, quien pueda saber si estuvo allí y la llevo”[34]. Se dice en la Villa que la pierda fina fue guardada, tan guardada fue, que no se volvió a ver, o una de dos ¿desapareció?, ¿se olvidaron de ella? ¿o que pasó a cuanto tan afamada piedra, de tan privilegiada situación, muy reconsiderada, que durante más de siglo y medio prestó servicio. Muchos apelaban: “a la buena fe, si persona de esta Villa de Villafáfila, aún la mantiene, que la vuelva a dejar, para poner en su lugar, que solo el hecho, será conllevado si la necesidad hay que dar con perdón real, como fue esta Villa de Reyes, de Orden de Santiago, y marques de Távara, en la plaza al disfrute de cualquier culo que la quiera sobar y afinar”. Un buen tiempo de esta parte, me di en rastrear con estos avances de Internet, a través de mi Web villafafila.net, y las redes sociales asociadas, de si al menos apareciera una foto para tenerla presente, pero nada el intento fue en vano, como podía ser ni un retrato después de tantos allí a sus brazos, parecíamos abocados los que la conocimos de primera mano, a no más, los que no la conocieron, a imaginar por las tantas veces que en su vida oirían de su hablar. Hasta aquí, me quedé en apariencia esperando, sin prisa, si aparecía esa ansiada foto, o que volviese la hija prodiga al lugar, que después de dos décadas la daba casi por perdida, pero no perdida la fe de volver a sobar. No había jugado mi última baza sobre la pista que D. Jose Luis Fernández Alonso “Caña” me había puesto, como si en jugada al gilé[35], las posturas se ciernen sobre la mesa, van cerrando ya hacia el descarte, habiéndome quedado con una carta al as, tres sin aún ver, sería un farol esa baza o una cuarenta y una a la mano. Ese memento sin aparéntate prisa, de marcar la jugada, e ir a preguntar a Ricar dueño del almacén y despejar la incógnita, en todo este punto, “de la partida” de la calle entra un soplo de aire fresco. D. Javier Martín Lorenzo[36], avenido en relación ya años con una hija de la Villa, que su hacer, por inquietudes socio-culturales y persona, ha hecho que se le considere como patrio: “No como rey, pero si, del sequito del rey Fernando el católico, libertador junto a su querida esposa y Reina de Castilla y León, de esta tierra de las garras tiranas de los Pimentel, a su vez Gran señor y Maestre de esta Villa, merced de la Orden de Santiago, que puso sus pies tal día a veinte dos de junio, año del señor de mil quinientos y seis, y dejo en firma a vienti y siete de junio, a la dichosa Concordia de Villafáfila que evitó un enfrentamiento entre hermanos del nacimiento nación o estado de España[37]”. Javi tras años entre la Villa, escribe en la obra ambientada en el pueblo “Nana y las cebollas”[38], editada en 2022, justo entre que recaba información para el libro, “como iba a imaginar que sería cómo un preludio del desenlace de la Pierda Fina”, la búsqueda de información de la Piedra Fina para ambientarla, con ello se topa conmigo[39], (webmaster de villafafila.net que le cedo lo hecho hasta entonteces en este trabajo de la Piedra Fina para el aporte de su libro, como los testimonios personales). El tiempo avanza sin detener, pero la jugada no, pero detecto con la mirada un movimiento, el aire sopla con más fuerza, el recabo más tarde sobre la Piedra Fina por parte de Javi que se incorpora de lleno a la partida, ese afán que lleva en sus venas de su inquietudes y hacer socio-cultural por la Villa, que además ahora desde su posición de concejal, deja también verse, sigue la pista, sin darse cuenta hace un gesto que sus cartas son muy buenas de esa que dice tengo la cuarenta y una, (me pide foto de la casa-palacio y donde estaba la ubicación de la Piedra Fina, yo que venía con el ojo avizor a la Piedra Fina, me hizo mover mis peones, para intuir que cartas marcaba Javi que siempre discreto en sus movimientos, poco tardar en llegarme información, la mejor que se deseaba tener. A parte en un correo, de los muchos que nos comunicamos D. Elías Rodríguez Rodríguez[40] y yo (a Elías le había enviado copia de la primera maqueta que hice de este trabajo) me comunica que el día 1 de junio del 2024 la Piedra Fina va ser presentada al pueblo, para después volver a poner a su sitio, la quiere poner en valor, recuperando el simbolismo anterior y relanzándola de nuevo que permanezca en el futuro. La partida llegó a su fin, de menos era si yo estaba llevando el farol, o cuarenta y una, juntamos todas las cartas en una. La Piedra Fina volvía a nuestras vidas, a poder sentar nuestros culos en ellos, sobarla y volver a darle más finura. Ni dudarlo al día siguiente me comunique con Javi, me hizo confirmación de ello, que la estaban restaurando, la iban a exponer, y después sería puesta más o menos en su lugar de toda la vida, le ofrecí para ese día el trabajo y lo estimase hacer que contara con mi colaboración, junto a Elías, o lo que le precisase, me iría diciendo. Un ratito después con Ricar, muchos días nos vemos alrededor de un café, según me encontré con él, le comenté los acontecimientos, lo que él me confirmó: “Yo la guarde y la he tenido en custodia todo este tiempo, incluso la anterior corporación era sabedora de que la tenía en dicha custodia, encantado que vuelva a su lugar, y la disfrutemos todos los vecinos del pueblo”[41].
La Piedra Fina exactamente en estos años no estaba en el almacén sino fuera a la intemperie, en una pila encima de ella llena de tierra, lo que los elementos climáticos todos estos años le hizo perder su tonalidad y brillo en su cara, además del momento seguramente del derribo y traslados, sufrió cierto deterioro en uno de sus lados como podemos observar en la foto. Desde el Ayuntamiento, la han mandado restaurar, se la ha limpiado, sacado a la cara y devolviendo todo su color y brillo, añadiéndole la parte que le faltaba, ha quedado como originalmente la conocíamos. Para finalizar, ya casi a días de la presentación, Javi me cede unas fotos de cómo estaba la pierda fina tras dos décadas y después de tras su restauración, así añadirlas a este trabajo, además ya habíamos acordado, que del trabajo iban a sacar un editable, el cual cedimos gustosamente para que con su venta fuese destinado para financiar el pedestal que se pondrá en la plaza Mayor aprox. de la ubicación original que tenía. Ya en marcha la presentación, a casi menos del mes, empezó por la Villa recorriendo el secreto a voces, no es secreto, entre sus los vecinos, ha vuelto “LA PIEDRA FINA”. La Piedra Fina de vuelta y restaurada, entre la noticia publicada el 04-05-2024 principal sobre la higuera que inspiró a D. Miguel Hernández Gilabert [42] hunde sus raíces en un pueblo zamorano (Un esqueje del centenario árbol que se conserva en la Casa Museo del poeta en Orihuela será plantado en la plaza Mayor de Villafáfila para perpetuar su “legado literario”[43]. Se coló sin mucho ruido al final del artículo: “Por otra parte, el concejal de Cultura anunció que, al margen de plantar el «hijo» del centenario árbol frutal que tantas veces cobijó al poeta con su enrevesado ramaje, en la Plaza Mayor de Villafáfila también se recolocará un antiguo zócalo de una vivienda que los vecinos denominaban la «piedra fina». Tras la reforma ejecutada hace alrededor de tres décadas en la Plaza Mayor, la «piedra fina», que recaló en Villafáfila procedente del monasterio de Granja de Moreruela y que se convirtió en el «punto de encuentro» de los vecinos, ha sido localizada recientemente. Ante este hallazgo, el Ayuntamiento tiene previsto recolocar la «piedra fina» en su ubicación original, con el objetivo de restaurar un «emblema» de Villafáfila.”
El día 1 junio[44], a las 12:30 h en el salón de actos del Ayuntamiento, donde se hizo entrega del esqueje del centenario árbol que se conserva en la Casa Museo del poeta D. Miguel Hernández Gilabert en Orihuela fuente de su inspiración que será plantado en la plaza Mayor de Villafáfila. También fue presentada la Pierda Fina a toda la todos los vecinos de Villafáfila, donde D. Elías Rodríguez Rodríguez, hizo una locución de presentación, sobre lo que hemos ido recogiendo y expuesto.
“Cuando vuelva a su emplazamiento original, junto a la revivida higuera del huerto de Miguel Hernández, se convertirán en puro simbolismo mágico de Villafáfila. Lugar central de la villa, donde pajarearán las almas de Ramón y Miguel, donde se sentará Nana con su nieta Lola a repasar su vida, donde nuestra niñez nos saldrá al encuentro para rememorar las vivencias con nuestros vecinos y seguir formando una memoria compartida de la villa”[45]. Viva nuestra Piedra Fina, a donde aposentarnos, nuestras nalgas, culos, a darle sobe, pulirla, sacarle brillo, y sobre todo que sea más fina, “si la piedra fina hablara…”.
Libreto sobre la Piedra Fina De los textos del trabajo fueron adaptados para la impresión de un libreto sobre la Pierda, acompañados con fotografías, donde participaron: Texto y datos históricos: Elías Rodríguez Rodríguez, y José Luis Domínguez Martínez Fotografía: www.villafafila.net (José Luis Domínguez Martínez). Diseño de cubierta, maquetación: Lydia García Gómez. Corrección: Javier Martín Lorenzo Lydia García Gómez. Coordinación: Javier Martín Lorenzo Patrocinio: Fundación Caja Rural de Zamora Edición: Ayuntamiento de Villafáfila
Dicho libreto fue editado por el Ayuntamiento de Villafáfila, por un precio de 5€, cuya finalidad de venta, servía como donativo para para el aporte de la construcción de un monolito donde se asentaría la Piedra Fina.
Monolito con la Piedra Fina en la plaza Mayor El día 16 de agosto festividad de San Roque, patrón de Villafáfila, después de la procesión, se hizo presentación de la Pierda Fina ubicada en su monolito más o menos en el lugar que ocupo en su día.
Bendecida Volusiano Calzada Fidalgo[46], y fue presenta por el Ayuntamiento a los vecinos, descubierta por el Alcalde D. Antonio Jesús Rodríguez Valverde y la teniente Alcalde Dña. Yolanda Prieto Figuera.
Portando una Placa que reza: Piedra Fina Simbol y emblema de Villafáfila “A la piedra fina te quiero, que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero” Villafáfila 16 de agosto de 2024
Desde este momento, como muchas décadas atrás, la Piedra Fina vuelve a brillar, y Vuelve la afición por sentarse, en esa piedra, Pues entre todos le habíamos sacado brillo,
por la tremenda fricción cada día recibida por un batallón de culos al que así contribuían entregados a tal misión.
Noticias en el periódico, web y redes sociales 04 mayo 2024 La higuera que inspiró a Miguel Hernández hunde sus raíces en un pueblo zamorano 01 junio 2024 Opinión de Zamora: La Piedra Fina de Villafáfila, bajo la higuera de Miguel Hernández. Video Inauguración del monolito de la Piedra Fina en Villafáfila https://www.youtube.com/watch?v=DeJ4_MlJxtk 02 de junio de 2024 Villafáfila se reencuentra con su "Piedra Fina", ahora hermanada con la higuera de Miguel Hernández 05 julio 2024 Venta y publicación sobre la Piedra Fina Villafáfila. facebook.com/villafafila.nettoro https://www.facebook.com/story.php/?story_fbid=795230042718710&id=100066951634072&_rdr Alegato hacia la Piedra Fina La Piedra Fina que durante dos décadas (2001-2024) no ha permanecido en su lugar de ubicación, en el que durante siglo y medio de la que fue parte de la casa-palacio del marqués de Távara, al albor de la plaza Mayor, de estar entre los vecinos de la Villa de Villafáfila, que generación en generación, abuelos, padres, hijos, nietos…, fueron cargando, aposentando en ella, las nalgas, culos, atusarla, día tras día, horas tras horas pulirla, acicalándola, dándole esplendor a su natural brillo, queriéndola, amándola, la hicimos nuestra, dimos nombre como un hija por Piedra Fina, nos regalaba su posición privilegiada a toda la vista de la plaza Mayor y en parte de San Martín, la elevamos a mito, solo otro elemento como ella a tal altura tiene ese honor la trompeta de Semana Santa. Allí en ella se ha reído, llorado, amado, maldecido, estío, frío de helada, se han declarado amistad o rotas las pasiones, jugado, hemos crecido a su calor, desde chicos a grandes. Que no se busque ninguna mala fe a todo este tiempo de no haberla tenido entre nosotros, que no se culpa nadie, si acaso culpémonos todos los vecinos de Villafáfila, ninguno la robo, ninguno tampoco nos preocupamos para que no hubiese sucedido. Pues ahora que vuelve a reinar en su nuevo trono, aprendamos de ello, estas últimas generaciones no han podido disfrutarla, de nuestra boca ya oían de ella, pero, transmítales nuestro vivir, nuestra tradición en ella, lo que ha sido en todas nuestras vidas, que ellos la vivan y disfruten, sea legado nuestro hacia ellos, y ellos sigan legando como nuestros antepasados hicieron con nosotros, y si alguna vez surgen indicios no se deje levantar de su lugar. Autor: José Luis Domínguez Martínez. ©villafafila.net ®villafafila.net toro La Piedra Fina de Villafáfila.
Biografía-texto:
Lib. Fáb. Santa María del Moral. 1805-1853, pág. 22.
Lib. Fáb. San Martín, 1808, pág. 18 y 19.
Manuel de la Granja Alonso: El Monasterio de Moreruela en Santa María del Moral Villafáfila (Zamora). Desamortizaciones del siglo XIX. Imagenería y sillería. Separata Revista “Cistercium”. Año LI. Enero-Marzo 1999, nº 214.
Manuel de la Granja Alonso: El arte de una villa castellano-leonesa, Villafáfila. 2008, pág.103 y 104.
Manuel Gómez Moreno: Catálogo Monumental de la Provincia de Zamora 1903-1905, pág. 266, editado 1927.
Guerra de la Independencia en una villa zamorana: Villafáfila (1808-1814). C.E.B “Ledo del Pozo” pág.200. historiasdevillafafila.blogspot.com https://historiasdevillafafila.blogspot.com/2017/08/la-guerra-de-la-independencia-en-una.html villafafila.net - http://villafafila.net/independencia/independencia.htm
Elías Rodríguez Rodríguez: Marcelino Trabadillo Fernández “El Relator”. historiasdevillafafila.blogspot.com https://historiasdevillafafila.blogspot.com/2014/09/marcelino-trabadillo-fernandez-el.html
Elías Rodríguez Rodríguez: Don Luis el señorito. https://historiasdevillafafila.blogspot.com https://historiasdevillafafila.blogspot.com/2019/08/don-luis-el-senorito.html
Elías Rodríguez Rodríguez: Intervenciones e intereses de los condes de Benavente en Villafáfila en los siglos XV y XVI. Anuario del Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, ISSN 0213-8212, Nº 14, 1997, págs. 487-512. villafafila.net - http://villafafila.net/condesbenavente/condesbenavente.htm
Elías Rodríguez Rodríguez Catastro de Ensenada de Villafáfila en 1752, en las posesiones de D. Francisco Costilla Zambranos hidalgo de Villafáfila.
Elías Rodríguez Rodríguez: Referencias personales, orales y escritas historiasdevillafafila.blogspot.com.
Wikipedia: Miguel Hernández Gilabert https://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_Hernández
Wikipedia: Pedro de Alcántara Álvarez de Toledo y Silva Mendoza https://es.wikipedia.org/wiki/Pedro_de_Alcántara_Álvarez_de_Toledo_y_Silva_Mendoza
Wikipedia: Pedro de Alcántara Álvarez de Toledo https://es.wikipedia.org/wiki/Pedro_de_Alcántara_Álvarez_de_Toledo
Wikipedia: D. Mariano Téllez-Girón y Beaufort Spontin https://es.wikipedia.org/wiki/Mariano_Téllez-Girón
Julio César García Martín: Poesía: Piedra Fina de Villafáfila.
José Luis Fernández Alonso: Operario del Ayuntamiento. Referencias personales, orales
Antonio Jesús Rodríguez Valverde: Alcalde 1995-2003. 2023-. Referencias personales, orales.
Ricardo del Río Rodríguez: Custodia de la Piedra Fina 2001-2024. Referencias personales, orales.
Javier J. Martín Lorenzo: Autor del libro Nana y las Cebollas. Artículo referenciado el libre de Nana y las cebollas en: villafafila.net - https://villafafila.net/libronana/libronana.htm Referencias personales.
Goyo Cañibano Vicente: Referencias personales, orales.
José Luis Domínguez Martínez: ©villafafila.net ®villafafila.net toro. Referencias personales, orales y escritas.
José Luis Domínguez Martínez: Las bodegas dentro de casco urbano de Villafáfila (sin publicar).
José Luis Domínguez Martínez: Alcaldes en la democracia 1979-2024 (sin publicar).
Fotografía: Elías Rodríguez Rodríguez. Javier Martín Lorenzo. José Luis Domínguez Martínez. Familia Fidalgo Fernández. Familia Delás Gómez. Ayuntamiento de Villafáfila. Instituto Geográfico Nacional https://fototeca.cnig.es/fototeca/ Pedro Alcántara Álvarez de Toledo Y Salm Salm XII duque del Infantado. https://es.m.wikipedia.org/wiki/Archivo:Pedro_de_A1cántara_Álvarez_de_Toledo_y_Salm_Salm,_XIII_duque_del_Infantado_Museo_del_Prado.jpg Mariano Téllez Girón https://es.wikipedia.org/wiki/Mariano_Téllez-Girón https://www.google.es/maps
Video: Inauguración del monolito de la Piedra Fina en Villafáfila https://www.youtube.com/watch?v=DeJ4_MlJxtk
Transcripción, maquetación, montaje, litografías: José Luis Domínguez Martínez.
Todo texto, fotografías, litografías, transcripción, maquetación y montaje, los derechos son pertenecientes a sus autores, queda prohibida sin autorización cualquier tipo de utilización. Todo texto y fotografía ha sido autorizado al almacenamiento, tratamiento, trabajo, transcripción y montaje a José Luis Domínguez Martínez, su difusión en ©villafafila.net ®villafafila.net toro y cualquier medio que precie el autorizado. [1] José Luis Domínguez Martínez: La trompeta de Semana Santa de Villafáfila. villafafila.net - https://villafafila.net/trompeta/trompeta.htm [3] Manuel de la Granja Alonso: El Monasterio de Moreruela en Santa María del Moral Villafáfila (Zamora). Desamortizaciones del siglo XIX. Imagenería y sillería. Separata Revista “Cistercium”. Año LI. Enero-Marzo 1999, nº 214. [4] Manuel Gómez Moreno: Catálogo Monumental de la Provincia de Zamora 1903-1905, pág. 266, editado 1927. [5] Lib. Fáb. Santa María del Moral. 1805-1853, pág. 22. [6] Rodrigo Alonso de Pimentel Quiñones (1445 Benavente-04 de septiembre de 1499 Benavente). IV conde de Benavente, I Duque de Benavente, III Conde De Mayorga. Hijo de Alonso de Pimentel y Enríquez, III Conde de Benavente y María Vigil de Quiñones Toledo. Esposo de María Luisa Pacheco Portocarrero, VI señora de Moguer. Pareja de Catalina Rodríguez de Cabrera y Leonor II de Pimentel. Hermano de Juan Pimentel, Señor de Allariz y Pedro Pimentel, señor de Távara. Medio hermano de Juan Alfonso Pimentel Quiñones, o das Grotas Fundas; Leonor Pimentel y Quiñones; Diego Carrillo de Mendoza, III conde de Priego; Francisco de Mendoza y Quiñones; Hurtado de Mendoza Elvira de Mendoza; Catalina de Mendoza; Aldonza de Mendoza; Guiomar de Mendoza y Fernando Carrillo de Mendoza y Quiñones, 5. conde de Priego. [7] Juan Fernández Pacheco y Téllez Girón (Belmonte, 14191-Santa Cruz de la Sierra, cerca de Trujillo, 4 de octubre de 1474 I Marqués de Villena I duque de Escalona I conde de Xiquena, Maestre de la Orden de Santiago. Hijo Alfonso Téllez Girón y Vázquez de Acuña y madre María Pacheco II señora de Belmonte. [8] AZCONA T. 1986. [9] Pedro Pimentel y Quiñones (entre 1430 y 1440-06 de febrero de 1504), señor de Távara. Hijo de Alonso de Pimentel y Enríquez, III Conde de Benavente y María Vigil de Quiñones Toledo Marido de Francisca de Almansa, señora de Távara y Inés Enríquez de Guzmán Padre de Bernardino Pimentel y Enríquez, I marqués de Távara; Ana Pimentel y Enríquez y Leonor Pimentel Hermano de Rodrigo Alonso de Pimentel Quiñones, I Duque de Benavente y Juan Pimentel, Señor de Allariz Medio hermano de Juan Alfonso Pimentel Quiñones, o das Grotas Fundas; Leonor Pimentel y Quiñones; Diego Carrillo de Mendoza, III conde de Priego; Francisco de Mendoza y Quiñones; Hurtado de Mendoza; Elvira de Mendoza; Catalina de Mendoza; Aldonza de Mendoza; Guiomar de Mendoza y Fernando Carrillo de Mendoza y Quiñones, 5. conde de Priego. [10] A.H.N. Nobleza. Osuna Leg. 3921-6. [11] Escritura original en poder de las hermanas Trabadillo. [12] Inés Enríquez de Guzmán: hija de Enrique Enríquez de Mendoza, conde de Alba de Liste y María de Guzmán Suárez de Figueroa, Señora de Alba de Liste. [13] A.R.Ch.V. Pleitos Civiles Pérez Alonso f. 127-4 y Ceballos Leg. 1321. [14] A.H.P.Za. Marquesado de Távara. [15] Juan Alonso Pimentel y Pacheco, (hacia 1470 Villa de Benavente-1530) II Duque de Benavente, V Conde de Benavente, V Conde de Mayorga. Hijo de Rodrigo Alonso de Pimentel Quiñones, I Duque de Benavente y María Luisa Pacheco Portocarrero, VI señora de Moguer. Marido de Ana Herrera de Velasco, Condesa y Inés de Mendoza y Zúñiga. Padre de Blanca Pimentel, condesa de Castañeda; Juan Alfonso Rodríguez Pimentel, Señor De Ribera; Pedro Pimentel, marqués de Viana; María Ana Pimentel y Velasco; Condesa Da. Catalina Pimentel; Antonio Alonso Pimentel y Herrera de Velasco, III duque de Benavente; Rodrigo Alonso de Pimentel y María Pimentel de Mendoza. Hermano de Beatriz Pimentel Pacheco; María de Pimentel y Pacheco; Luis Alfonso Pimentel y Pacheco, I Marqués de Villafranca del Bierzo y Leonor II de Pimentel. [16] Diego de Robles: hidalgos de Villafáfila, perteneciente a las familias de hidalgos, familia de la órbita de los Pimentel se formó en el monasterio, de Santa María de Moreruela, “que se crio en él, bien ocho o nueve años” recibiría la educación eclesiástica que le permitiría ordenarse, que fue arcipreste de Villafáfila desde 1523. Fundó el Capellanía de la Concepción, en la iglesia de San Juan 1546, siendo el primer capellán Hernando de Robles, Era de patronazgo de la familia de los Robles su familia. Sus bienes fundacionales consistían en 26 tierras (69 fanegas en total), y una era de una cuarta. Y Tenía como carga decir una misa semanal (52 al año) y una cantada el día de la fiesta, teniendo que celebrarse todas ellas en su altar. [17] Pedro Pimentel y Velasco (1517-1583), I marqués de Viana del Bollo, señor de Allariz, Alpaciz, Trece, Comendador de Castrotorafe (1520) en la Orden de Santiago. y Aguiar. Hijo Alonso Pimentel Pacheco, V conde y II duque de Benavente, madre Ana de Herrera y Velasco esposa María Manrique de Lara y Córdoba, hija de Pedro Fernández Manrique y Luna, IV conde de Osorno [18] Alonso Pimentel y Herrera de Velasco Benavente, 1514 - Valladolid, 1575: en Benavente (Zamora), hijo de Alonso Pimentel y Pacheco, V conde y III duque de Benavente, V conde de Mayorga y de Ana de Herrera y Velasco, hija de Bernardino Fernández de Velasco y Mendoza, I duque de Frías, III conde de Haro y VII condestable de Castilla, y de su primera mujer Blanca de Herrera, V señora de Pedraza, esposa María Luisa Enríquez y Téllez-Girón, I duquesa de Huéscar María Luisa Téllez Girón y Enríquez, hijas Fernando Enríquez De Velasco Almirante y María Girón de la Vega la Mayor. [19] Bernardino Pimentel y Enríquez, (S.XV-1559 Villafáfila) I marqués de Távara. Hijo de Pedro Pimentel y Quiñones, señor de Távara y Inés Enríquez de Guzmán. Nieto del Conde de Benavente Rodrigo Alonso de Pimentel Quiñones, IV Conde de Benavente I Duque de Benavente. Marido de Dª. Constanza de Bazán Osório, marquesa de Távara. Padre de Pedro Pimentel y Osorio, II Marqués de Távara; Dª. Juana Pimentel y Inés Pimentel y Castro Hermano de Ana Pimentel y Enríquez y Leonor Pimentel. El marquesado de Távara fue creado en 1541, por Carlos I para Bernardino Pimentel y Enríquez, señor de Villafáfila. [20] Pedro Pimentel y Quiñones (entre 1430 y 1440-06 de febrero de 1504), señor de Távara. Hijo de Alonso de Pimentel y Enríquez, III Conde de Benavente y María Vigil de Quiñones Toledo Marido de Francisca de Almansa, señora de Távara y Inés Enríquez de Guzmán Padre de Bernardino Pimentel y Enríquez, I marqués de Távara; Ana Pimentel y Enríquez y Leonor Pimentel Hermano de Rodrigo Alonso de Pimentel Quiñones, I Duque de Benavente y Juan Pimentel, Señor de Allariz Medio hermano de Juan Alfonso Pimentel Quiñones, o das Grotas Fundas; Leonor Pimentel y Quiñones; Diego Carrillo de Mendoza, III conde de Priego; Francisco de Mendoza y Quiñones; Hurtado de Mendoza; Elvira de Mendoza; Catalina de Mendoza; Aldonza de Mendoza; Guiomar de Mendoza y Fernando Carrillo de Mendoza y Quiñones, 5. conde de Priego. [21] Referencia hecha del Catastro de Ensenada de Villafáfila en 1752, en las posesiones de D. Francisco Costilla Zambranos hidalgo de Villafáfila. [22] Pedro de Alcántara Álvarez de Toledo y Silva Mendoza (27 de noviembre de 1729 - Heusenstamm, Alemania, 2 de junio de 1790), hijo de Miguel Álvarez de Toledo y Pimentel, X marqués de Távara, grande de España y VIII conde de Villada, y de María Francisca de Silva Hurtado de Mendoza, XI duquesa del Infantado, grande de España. Casó con Francisca Javiera de Velasco Pacheco, hija del XI duque de Frías,3 y después, en 1758 con la princesa María Ana de Salm-Salm. Tuvo por hijo a Pedro de Alcántara Álvarez de Toledo y Salm-Salm. https://es.wikipedia.org/wiki/Pedro_de_Alcántara_Álvarez_de_Toledo_y_Silva_Mendoza [23] A.R.Ch.V. Pleitos Civiles Lapuerta olv. 2006-3. [24] Elías Rodríguez Rodríguez: Guerra de la Independencia en una villa zamorana: Villafáfila (1808-1814), C.E.B “Ledo del Pozo” pág.200. https://historiasdevillafafila.blogspot.com/2017/08/la-guerra-de-la-independencia-en-una.html, http://villafafila.net/independencia/independencia.htm [25] Marcelino Trabadillo Fernández “El Relator” (Villafáfila 1805–1881 Madrid), hijo de D. Segundo Trabadillo Cuadrado (Villafáfila 1783-1830) y Dña. Petra Fernández Velasco, (Villagarcía de Campos 1783-1867 Villafáfila). Elías Rodríguez Rodríguez: Marcelino Trabadillo Fernández “El Relator”. https://historiasdevillafafila.blogspot.com/2014/09/marcelino-trabadillo-fernandez-el.html [26] Los relatores eran unos profesionales liberales que intervenían en los tribunales presentando los pleitos y casos, algo similar a los secretarios judiciales actuales. [27] Luis Trabadillo Ganado (Madrid 1853-1939 Villafáfila) hijo de D. Marcelino Trabadillo Fernández (Villafáfila 1805-1881 Madrid) y Dña. Ceferina Ganado de Trabadillo (¿?-1856 Madrid). Elías Rodríguez Rodríguez: Don Luis el señorito. https://historiasdevillafafila.blogspot.com/2019/08/don-luis-el-senorito.html. [28] Javier Martín Lorenzo: Nana y las cebollas. Editorial Círculo Rojo, año 2022. [29] Antonio Jesús Rodríguez Valverde (Villafáfila-1970) alcalde de Villafáfila entre los años 1995-2003 y desde 2023. [30] Relato que recoge el sentir sobre la desaparición de la piedra Fina de los vecinos de la Villa. [31] José Luis Fernández Alonso “Caña” (Villafáfila 1944) testimonio sobre la Piedra fina de cuando se quitó. [32] Ricardo del Río Rodríguez “Ricar” (Villafáfila-1957), vecino que recogió la Piedra Fina cuando la trasladaron de la panera del alcalde D. Antonio Jesús Rodríguez, por los primeros años del 2001, y que la ha custodiado desde entonces, en el almacén propio a principio del Camino de Otero. [33] José Luis Fernández Alonso “Caña” (Villafáfila 1944) testimonio sobre la Piedra fina de cuando se quitó. [34] Palabra dada 2021 por D. Antonio Jesús Rodríguez Valverde, alcalde que fue de ese momento y dueño de la panera que supuestamente fue guardada al quitarse la Pierda Fina de su lugar. [35] El gilé,1 giley o cuarenta y una es un juego de cartas con descarte de la familia envite en el que se emplea la baraja española. Reglas: En el juego del giley participan preferentemente cuatro jugadores ampliándose este número hasta cinco. Se utiliza una baraja española de 28 naipes compuestas por el As, el Rey, el Caballero, la Sota, el siete, el tres y el dos de cada palo. El As vale 11 puntos; rey, caballo, sota, tres y dos, 10 puntos; el siete, 7 puntos. El objetivo del juego es sumar con cartas del mismo palo el máximo número de puntos posibles. Desarrollo de una partida: El repartidor, que habrá sido escogido por medio de un sorteo, reparte dos cartas a cada jugador en el sentido antihorario. Después de mirar las cartas se hace una primera ronda de apuestas. Si todos los jugadores pasan, las cartas se barajan y se reparten, dejándose de lado las primeras repartidas. Una vez finalizada la primera ronda, se reparten dos cartas más a todos los jugadores que continúen en la partida y seguidamente se procede a la segunda ronda de apuestas. Si después de la segunda ronda quedan dos o más jugadores en juego, comienza la fase del descarte. Cada jugador puede deshacerse de las cartas que considere oportunas y recibe otras tantas para completar una mano final de cuatro cartas. Al finalizar el descarte tiene lugar la ronda final. Todos los jugadores que hayan quedado en juego muestran sus manos para determinar el ganador. La puntuación máxima con cuatro cartas de un mismo palo (giley) es 41 puntos; seguida de 40 (cuatro cartas de valor 10); luego 38 (As, dos cartas de valor 10 y siete); y 37 (tres cartas de valor 10 más el siete). El resto de manos combinan cartas con dos o más palos diferentes, siendo 31 puntos la mejor mano (As y dos cartas de valor 10). En el caso de empate a puntos gana el repartidor o el jugador inmediatamente sentado a su mano derecha. Una variante del juego establece que, para puntuaciones iguales, el rango de los palos determina el ganador; siendo éste, de mayor a menor: oros, copas, espadas y bastos. Con este sistema el repartidor pierde todo privilegio. Antes de la partida se debe determinar a qué variante se va a jugar. https://es.wikipedia.org/wiki/Gilé [36] Javier Martín Lorenzo “Javi” (Valladolid1966) en Villafáfila conocido como Javi para distinción de otros (el de Tere). Jardinero de formación y profesión, trabaja para el Excmo. Ayuntamiento de Valladolid como capataz de zona de los parques y jardines públicos. Ha escrito y publicado obras literarias, Tras El descendimiento (2009) y El peregrino (2021). villafafila.net - https://villafafila.net/libronana/libronana.htm [37] Elías Rodríguez Rodríguez: La Concordia de Villafáfila. 27 junio 1506. Instituto de Estudios Zamoranos, Florián de Campo. 2006. villafafila.net https://villafafila.net/concordia/concordia.htm [38] Javier Martín Lorenzo: Escribe Nana y las cebollas, editorial Círculo Rojo, año 2022, una hermosa y atrayente novela, llena de miserias humanas, trágicas vivencias y reflexiones, siendo a la vez un himno a la vida y canto de esperanza por la justicia social y personal. Todo, en un marco real, Villafáfila, con su gente y su historia, costumbres y tradiciones, mientras suenan de fondo los bellísimos poemas del poeta para el deleite de quien desee conocer a Nana y los gajos de su cebolla. villafafila.net https://villafafila.net/libronana/libronana.htm [39] José Luis Domínguez Martínez (Villafáfila-1976), webmaster de villafafila.net, y autor de este trabajo. [40] Elías Rodríguez Rodríguez (Villafáfila-1958) historiador de la Villa. [41] Ricardo del Río Rodríguez “Ricar” (Villafáfila-1957), vecino que recogió la Piedra Fina cuando la trasladaron del almacén del alcalde. [42] Miguel Hernández Gilabert (Orihuela, 30 de octubre de 1910-Alicante, 28 de marzo de 1942) fue un poeta y dramaturgo de especial relevancia en la literatura española del siglo XX Aunque tradicionalmente se le ha encuadrado en la generación del 36, Miguel Hernández mantuvo una mayor proximidad con la generación anterior hasta el punto de ser considerado por Dámaso Alonso como «genial epígono» de la generación del 27.34 Actualmente y tras las interesantes aportaciones de A. Sánchez Vidal se le asocia a la Escuela de Vallecas. [43]https://www.laopiniondezamora.es/comarcas/2024/05/04/higuera-inspiro-miguel-hernandez-hunde-101895843.html [44] Opinión de Zamora: La Piedra Fina de Villafáfila, bajo la higuera de Miguel Hernández. https://www.laopiniondezamora.es/comarcas/2024/06/01/piedra-fina-villafafila-higuera-miguel-103224944.html [45] Elías Rodríguez Rodríguez: La Piedra Fina. Simbología de la villa, (Presentación de la Piedra Fina el 1 de julio de 2024). [46] Hijo de Villafáfila, misionero y actual vicario parroquial de San Juan y San Vicente en Zamora. Padres. Leónides Calzada Gómez (Villafáfila 1908-Villafáfila) y Florencia Fidalgo del Teso (Villafáfila-Villafáfila). |