PREGÓN - SEMANA SANTA -VILLAFÁFILA 2016

D. JORGE RODRÍGUEZ DE LA TORRE

 

 

        

D. Jorge Rodríguez de la Torre.

 

Antes de comenzar, quiero transmitir mis más sinceros agradecimiento a los que me habéis invitado a esta celebración que me ha hecho recordar mis años de infancia. Me siento muy  orgulloso de estar entre vosotros que sois mi pueblo.

 

Cuando Jesús Ruiz me llamó por teléfono y pronunció la palabra pregón, vino a mi recuerdo la figura de la pregonera del pueblo y pensé ¿Que hacía? La respuesta es clara: anunciaba a los del pueblo que alguien había llegado con una mercancía de la que nos podíamos beneficiar. Es decir: anunciaba una buena noticia: Comprendí que el pregón tenía que ser eso: una buena noticia para todos: ¿Y qué noticia más importante que el anuncio de la celebración del acontecimiento que cambió la historia de la humanidad? Jesús ha resucitado. Al que habían crucificado las autoridades como un  malhechor a morir, Dios lo devuelve a la vida, justificando así, como verdaderas cada una de las palabras y cada uno de los acontecimientos que había llevado a cabo durante su vida, y sobre todo, proclamando a todo el mundo que este hombre es su hijo.

 

Este acontecimiento cambia el significado de nuestra vida humana. La muerte no es el final de camino si no el comienzo de una vida. Seguiremos llorando cuando un ser querido se nos va, pero no serán lágrimas de desesperación sino de esperanza, porque ya participa de la Resurrección de Jesús. Todo se ve de distinta forma a la luz de la Resurrección. La vida y la muerte. Todo es pasajero menos la eternidad. Cuando la vida se pone fea por mil motivos, siempre habrá una esperanza. Dios padre nunca abandona a sus hijos.

 

Hay personas que pretenden presentar a Jesús como un mero hombre que se puso de parte de los pobres y por eso lo mataron, se olvidan del más importante: Jesús es el hijo de Dios y eso es precisamente lo que garantiza su Resurrección. De no ser así no tendría ningún sentido lo que estamos aquí y lo que vamos a celebrar en la Semana Santa.

 

Pero a la Resurrección sólo llega por el camino de la muerte; Jesús también tuvo que pasar por ella y todos sabemos qué tipo de muerte tuvo que soportar. La cruz era el castigo que se daba a los malhechores y Jesús murió como tal. Pero ¿por que mataron a Jesús o mejor por que murió?

 

Lo que celebramos en nuestras fiestas que no es lo mismo.

 

¿Por qué lo mataron? según el sumo sacerdote debía morir por blasfemo. Se había declarado hijo de Dios y eso iba en contra de su monoteísmo religioso.

 

Según Poncios Pilatos debía morir por que se había declarado Rey de los Judíos y eso iba en contra del Cesar cuyo poder estaba en el pueblo Judío.

 

¿Por qué murió? leemos el evangelio. Habiendo amado a los suyos los amó hasta el extremo y nadie ama tanto como el que da la vida por ellos.

 

Jesús entrega su vida para salvar a la humanidad.

 

En las bienaventuranzas dice: bienaventurados los que son perseguidos por defender la justicia, el fue uno más de esta persecución.

 

El Domingo de Ramos entra triunfante en Jerusalén. Acepta que le proclamen Rey porque.

 

El era Rey; pero no se calla cuando ve convertido el tempo de Dios en una cueva de bandidos. Son sus Palabra.

 

Se enfrenta a la autoridad religiosa por defender la dignidad del templo, símbolo de Dios. Ahí firmó su sentencia de muerte.

 

Jesús se ofrece como víctima solidaria de tantos seres humanos que han sido asesinados injustamente y murió perdonando a los que maltrataban. Jesús murió joven porque era sincero. Arrojado al surco, aplastado contra la tierra, traicionado, abandonado, incomprendido murió amando. Pero como decíamos al principio Jesús venció a la muerte y se presentó con un fruto nuevo en las manos. La Resurrección.

 

Cuando los discípulos se hicieron conscientes de este gran acontecimiento, comprendieron que esta verdad debía ser anunciada a todos los hombres y salieron a proclamarla por plazas y calles del mundo entero. Esto es precisamente lo que vosotros hacéis como cristianos cuando salís por las calles de Villafáfila en las procesiones de Semana Santa. Os hacéis testigos y pregoneros de esta Buena Noticia.

 

Las procesiones son una manifestación y un testimonio de fe. Os animo a que sigáis así y doy mi enhorabuena a los que trabajáis para que año tras año esta tradición no se pierda, sino que incluso la estáis haciendo más solemne, recuperando cosas nuevas. Porque, además tenéis unas imágenes que son autenticas obras de arte.

 

Recuerdo de pequeño oír a mi madre hablarme del Nazareno, de la cara tan expresiva que tiene. Era la primera vez que oí hablar del Monasterio de Moreruela. De mayor me he enterado de que probablemente no solo esa sino otras más pudieron llegar a Villafáfila como consecuencia de la desamortización. Eso y el conjunto de iglesias de Villafáfila han sido la causa de que el pueblo puede disfrutar de tanta belleza. Los últimos monjes del Monasterio parece ser que murieron en este pueblo lo cual lo hace más posible. Los monjes tenían un gran sentimiento a las obras de arte religioso. Las procesiones eran para aquellas gentes sencillas que no sabían leer ni escribir, catequesis a través de las imágenes. De ahí la necesidad de tantas imágenes.

 

Yo tuve que ausentarme de Villafáfila cuando tenía once años; pero os aseguro que guardo muy bien en mi memoria aquellos días. Al ser monaguillo (mi recuerdo a D. Camilo que en paz Descanse) asistir a las funciones de la iglesia era una de mis obligaciones ¿cuáles son mis recuerdos más importantes? Ante todo el fervor que se tenía al Nazareno (manifestado en la subasta). Me llamaba la atención la carrera de la procesión del encuentro; siempre tenía la impresión de que terminaría con la imagen en el suelo (se ve que eran profesionales porque siempre llegaron puntuales al encuentro). El descendimiento que habéis vuelto a reponer. El cansancio de los que portaban la urna. Pero sobre todo el recuerdo de la tarde de tinieblas del viernes santo. Me imagino que también lo recordáis los que sois de mi edad.

 

El canto del miserere también repuesto: que de muestra que Villafáfila sigue teniendo buenos cantores.

 

Según el evangelio a esa hora en la que muere Jesús, hubo un trueno que hizo temblar la tierra.

 

A nosotros, chavales, nos correspondía imitar el terremoto haciendo el mayor ruido posible y vaya que lo hacíamos... A partir de ese momento se dejaba de tocar la esquila y se tocaba la carraca. Hasta el domingo de resurrección.

 

Hoy día muchas gentes del mundo rural que se que han de que, como Jesús, les están despojando de sus vestiduras. Una razón más para no dejarnos vencer. Por eso aunque agradecer a todos: cofrades y penitentes y a todos los que acompañan con sus cantos y oraciones en las procesiones, que son muchas: La procesión de Ramos, la del Silencio, la de la Vera Cruz, la del Encuentro, la del Santo Entierro, la Soledad, toda una verdadera riqueza de arte sacro y fervor religioso, merece la pena luchar para que no se pierda tanta riqueza, y este año bisiesto tendéis la oportunidad de contemplar el repuesto, con gran acierto Descendimiento. Una autentica dramatización del descendimiento de Jesús en la Cruz. Como bien sabéis, gracias a José de Arimatea y Nicodemo que consiguieron permiso de Pilatos para hacerse cargo del condenado, Jesús hubiese terminado en cualquier sitio. Así de cruel el futuro de un crucificado.

 

Y permitirme unas palabras sobre un personaje aunque no lo tenéis en Villafáfila. Me refiero al Cirineo. Aunque obligado, ayudó a Jesús a llevar la cruz. En nuestra vida necesitamos muchos cirineos que ayuden a llevar tantas cruces: la cruz de la enfermedad, la de la soledad, de la pobreza y tantas más... son las cruces de la vida y necesitamos esa mano amiga que nos ayude en nuestras caídas camino de nuestro calvario.

 

Queridos paisanos estamos recordando también la vida de nuestro pueblo. La vida que se transmite de generación en generación, es una herencia que no podemos olvidar en honor a nuestros antepasados.

 

Ellos también salen en las procesiones en nuestro recuerdo. En honor a ellos debemos defender y seguir transmitiendo nuestras tradiciones.

 

Muchas gracias y feliz Semana Santa.

 

Jorge Rodríguez de la Torre.

 

20 marzo 2016, Villafáfila.


Autor:

José Luis Domínguez Martínez.

 

Texto:

D. Jorge Rodríguez de la Torre

Pregonero de la Semana Santa 2016.

 

Fotografía:

José Luis Domínguez Martínez.

 

Transcripción y montaje:

José Luis Domínguez Martínez.

 

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