
D. Jorge Rodríguez de la Torre. |
Antes de comenzar, quiero transmitir mis más sinceros
agradecimiento a los que me habéis invitado a esta celebración
que me ha hecho recordar mis años de infancia. Me siento muy
orgulloso de estar entre vosotros que sois mi pueblo.
Cuando Jesús Ruiz me llamó por teléfono y pronunció la palabra
pregón, vino a mi recuerdo la figura de la pregonera del pueblo
y pensé ¿Que hacía? La respuesta es clara: anunciaba a los del
pueblo que alguien había llegado con una mercancía de la que nos
podíamos beneficiar. Es decir: anunciaba una buena noticia:
Comprendí que el pregón tenía que ser eso: una buena noticia
para todos: ¿Y qué noticia más importante que el anuncio de la
celebración del acontecimiento que cambió la historia de la
humanidad? Jesús ha resucitado. Al que habían crucificado las
autoridades como un malhechor a morir, Dios lo devuelve a la
vida, justificando así, como verdaderas cada una de las palabras
y cada uno de los acontecimientos que había llevado a cabo
durante su vida, y sobre todo, proclamando a todo el mundo que
este hombre es su hijo.
Este
acontecimiento cambia el significado de nuestra vida humana. La
muerte no es el final de camino si no el comienzo de una vida.
Seguiremos llorando cuando un ser querido se nos va, pero no
serán lágrimas de desesperación sino de esperanza, porque ya
participa de la Resurrección de Jesús. Todo se ve de distinta
forma a la luz de la Resurrección. La vida y la muerte. Todo es
pasajero menos la eternidad. Cuando la vida se pone fea por mil
motivos, siempre habrá una esperanza. Dios padre nunca abandona
a sus hijos.
Hay
personas que pretenden presentar a Jesús como un mero hombre que
se puso de parte de los pobres y por eso lo mataron, se olvidan
del más importante: Jesús es el hijo de Dios y eso es
precisamente lo que garantiza su Resurrección. De no ser así no
tendría ningún sentido lo que estamos aquí y lo que vamos a
celebrar en la Semana Santa.
Pero
a la Resurrección sólo llega por el camino de la muerte; Jesús
también tuvo que pasar por ella y todos sabemos qué tipo de
muerte tuvo que soportar. La cruz era el castigo que se daba a
los malhechores y Jesús murió como tal. Pero ¿por que mataron a
Jesús o mejor por que murió?
Lo
que celebramos en nuestras fiestas que no es lo mismo.
¿Por
qué lo mataron? según el sumo sacerdote debía morir por
blasfemo. Se había declarado hijo de Dios y eso iba en contra de
su monoteísmo religioso.
Según Poncios Pilatos debía morir por que se había declarado Rey
de los Judíos y eso iba en contra del Cesar cuyo poder estaba en
el pueblo Judío.
¿Por
qué murió? leemos el evangelio. Habiendo amado a los suyos los
amó hasta el extremo y nadie ama tanto como el que da la vida
por ellos.
Jesús entrega su vida para salvar a la humanidad.
En
las bienaventuranzas dice: bienaventurados los que son
perseguidos por defender la justicia, el fue uno más de esta
persecución.
El
Domingo de Ramos entra triunfante en Jerusalén. Acepta que le
proclamen Rey porque.
El
era Rey; pero no se calla cuando ve convertido el tempo de Dios
en una cueva de bandidos. Son sus Palabra.
Se
enfrenta a la autoridad religiosa por defender la dignidad del
templo, símbolo de Dios. Ahí firmó su sentencia de muerte.
Jesús se ofrece como víctima solidaria de tantos seres humanos
que han sido asesinados injustamente y murió perdonando a los
que maltrataban. Jesús murió joven porque era sincero. Arrojado
al surco, aplastado contra la tierra, traicionado, abandonado,
incomprendido murió amando. Pero como decíamos al principio
Jesús venció a la muerte y se presentó con un fruto nuevo en las
manos. La Resurrección.
Cuando los discípulos se hicieron conscientes de este gran
acontecimiento, comprendieron que esta verdad debía ser
anunciada a todos los hombres y salieron a proclamarla por
plazas y calles del mundo entero. Esto es precisamente lo que
vosotros hacéis como cristianos cuando salís por las calles de
Villafáfila en las procesiones de Semana Santa. Os hacéis
testigos y pregoneros de esta Buena Noticia.
Las
procesiones son una manifestación y un testimonio de fe. Os
animo a que sigáis así y doy mi enhorabuena a los que trabajáis
para que año tras año esta tradición no se pierda, sino que
incluso la estáis haciendo más solemne, recuperando cosas
nuevas. Porque, además tenéis unas imágenes que son autenticas
obras de arte.
Recuerdo de pequeño oír a mi madre hablarme del Nazareno, de la
cara tan expresiva que tiene. Era la primera vez que oí hablar
del Monasterio de Moreruela. De mayor me he enterado de que
probablemente no solo esa sino otras más pudieron llegar a
Villafáfila como consecuencia de la desamortización. Eso y el
conjunto de iglesias de Villafáfila han sido la causa de que el
pueblo puede disfrutar de tanta belleza. Los últimos monjes del
Monasterio parece ser que murieron en este pueblo lo cual lo
hace más posible. Los monjes tenían un gran sentimiento a las
obras de arte religioso. Las procesiones eran para aquellas
gentes sencillas que no sabían leer ni escribir, catequesis a
través de las imágenes. De ahí la necesidad de tantas imágenes.
Yo
tuve que ausentarme de Villafáfila cuando tenía once años; pero
os aseguro que guardo muy bien en mi memoria aquellos días. Al
ser monaguillo (mi recuerdo a D. Camilo que en paz Descanse)
asistir a las funciones de la iglesia era una de mis
obligaciones ¿cuáles son mis recuerdos más importantes? Ante
todo el fervor que se tenía al Nazareno (manifestado en la
subasta). Me llamaba la atención la carrera de la procesión del
encuentro; siempre tenía la impresión de que terminaría con la
imagen en el suelo (se ve que eran profesionales porque siempre
llegaron puntuales al encuentro). El descendimiento que habéis
vuelto a reponer. El cansancio de los que portaban la urna. Pero
sobre todo el recuerdo de la tarde de tinieblas del viernes
santo. Me imagino que también lo recordáis los que sois de mi
edad.
El
canto del miserere también repuesto: que de muestra que
Villafáfila sigue teniendo buenos cantores.
Según el evangelio a esa hora en la que muere Jesús, hubo un
trueno que hizo temblar la tierra.
A
nosotros, chavales, nos correspondía imitar el terremoto
haciendo el mayor ruido posible y vaya que lo hacíamos... A
partir de ese momento se dejaba de tocar la esquila y se tocaba
la carraca. Hasta el domingo de resurrección.
Hoy
día muchas gentes del mundo rural que se que han de que, como
Jesús, les están despojando de sus vestiduras. Una razón más
para no dejarnos vencer. Por eso aunque agradecer a todos:
cofrades y penitentes y a todos los que acompañan con sus cantos
y oraciones en las procesiones, que son muchas: La procesión de
Ramos, la del Silencio, la de la Vera Cruz, la del Encuentro, la
del Santo Entierro, la Soledad, toda una verdadera riqueza de
arte sacro y fervor religioso, merece la pena luchar para que no
se pierda tanta riqueza, y este año bisiesto tendéis la
oportunidad de contemplar el repuesto, con gran acierto
Descendimiento. Una autentica dramatización del descendimiento
de Jesús en la Cruz. Como bien sabéis, gracias a José de
Arimatea y Nicodemo que consiguieron permiso de Pilatos para
hacerse cargo del condenado, Jesús hubiese terminado en
cualquier sitio. Así de cruel el futuro de un crucificado.
Y
permitirme unas palabras sobre un personaje aunque no lo tenéis
en Villafáfila. Me refiero al Cirineo. Aunque obligado, ayudó a
Jesús a llevar la cruz. En nuestra vida necesitamos muchos
cirineos que ayuden a llevar tantas cruces: la cruz de la
enfermedad, la de la soledad, de la pobreza y tantas más... son
las cruces de la vida y necesitamos esa mano amiga que nos ayude
en nuestras caídas camino de nuestro calvario.
Queridos paisanos estamos recordando también la vida de nuestro
pueblo. La vida que se transmite de generación en generación, es
una herencia que no podemos olvidar en honor a nuestros
antepasados.
Ellos también salen en las procesiones en nuestro recuerdo. En
honor a ellos debemos defender y seguir transmitiendo nuestras
tradiciones.
Muchas gracias y feliz Semana Santa.
Jorge Rodríguez de la Torre.
20
marzo 2016, Villafáfila.
Autor:
José Luis Domínguez Martínez.
Texto:
D. Jorge Rodríguez de la Torre
Pregonero de la Semana Santa 2016.
Fotografía:
José Luis Domínguez Martínez.
Transcripción y montaje:
José Luis Domínguez Martínez.
Todo texto, fotografías, transcripción y montaje, sus derechos
son pertenecientes a sus autores, queda prohibida sin
autorización cualquier tipo de utilización.
Todo texto y fotografía ha sido autorizado al almacenamiento,
tratamiento, trabajo, transcripción y montaje a José Luis
Domínguez Martínez, su difusión en villafafila.net, y cualquier
medio que precie el autorizado. |